Uno de los capítulos más famosos del Principito de Antoine de Saint-Exupéry es el que narra el encuentro entre el Principito y el zorro. Es una hermosa metáfora que describe el amor, en este caso, en forma de amistad. Una persona pasa a ser única y especial cuando ‘nos domestican’. Te contamos qué quiere decir esto.
TIEMPO DE LECTURA: 5 MINUTOS
La historia del Principito y el zorro: qué es amar
El Principito estaba muy triste porque había conocido más rosas como su rosa en el planeta Tierra y pensaba que su rosa era una mentirosa. Decepcionado, lloraba amargamente cuando de pronto se acercó un pequeño zorro.
– ¡Buenos días!- escuchó que decía alguien desde la lejanía.
– Buenos días- respondió él con educación. Se dio la vuelta pero no vio a nadie.
– ¡Estoy aquí, bajo el manzano!- indicó el zorro. Entonces el niño lo vio.
– ¿Quién eres? ¡Eres muy lindo!
– Soy un zorro.
– ¡Ven a jugar conmigo! Estoy muy triste… – dijo el Principito recordando a su rosa.
– No puedo, no estoy domesticado.
– ¿Qué es domesticar?
– Veo que no eres de aquí- dijo entonces el zorro- ¿Qué buscas?
– Busco hombres… ¿qué es domesticar?
– ¿Hombres? No me gustan. Cazan zorros pero también crían gallinas. Eso sí es interesante. ¿Tú buscas gallinas?
– No, busco amigos. ¿Qué es domesticar?
El zorro explica qué es ‘domesticar’ en ‘El Principito y el zorro’
– Bueno, es algo muy olvidado ya. Significa ‘crear lazos’.
– ¿Crear lazos?
– Sí. Tú eres un niño más, como muchos otros. Tú no me necesitas y yo no te necesito. Pero si me domesticas, tú serás único. Yo sentiré necesidad de ti y tú sentirás necesidad de mí.
– Ah, ya entiendo- dijo el Principito- En mi planeta hay una rosa… Creo que me ha domesticado.
– ¿En tu planeta hay cazadores?
– No.
– ¡Perfecto! ¿Y gallinas?
– Tampoco.
– Bueno, no hay nada tan perfecto…
El zorro suspiró y siguió con su idea:
– Para mí el trigo dorado es todo igual. No me aporta nada. Pero tu cabello es dorado como el trigo, y si me domesticas, cada vez que lo mire, me recordará a ti y entonces será especial. Incluso amaré el sonido entre las espigas. Por favor, domestícame. Así mi vida dejará de ser monótona.
– No sé si tengo tiempo. Busco amigos…
– Pero para tener un amigo, debes domesticarlo. ¡Domestícame!
– ¿Y qué hay que hacer?
– Debes tener mucha paciencia y venir a verme todos los días. Te sientas aquí y solo observas y esperas. Cada día yo iré acercándome más, hasta que pueda sentarme a tu lado y me deje acariciar por ti. Entonces, ya habremos creado lazos de amistad y estaré domesticado.
El Principito domestica al zorro en ‘El Principito y el zorro’
El Principito hizo lo que le dijo el zorro, solo que además le pidió que acudiera siempre a la misma hora, ya que de esta manera él podría sentirse feliz justo un momento antes, pensando en que se acercaba el momento de verle.
– Los rituales son necesarios- le dijo- Hacen que tu corazón salga de la rutina y de un brinco de felicidad.
Y el Principito consiguió domesticar al zorro. Pero él tenía que partir.
– Voy a llorar- dijo el zorro.
– Tuya es la culpa. Tú me pediste que te domesticara. Ahora, no ganas nada.
– Sí gano. Por el color del trigo.
– Pero vas a llorar.
– Sí.
El zorro siguió hablando:
– Ahora verás las otras rosas y entenderás lo que te dije. Ve a despedirte de ellas y luego vuelve a despedirme de mí y te contaré un secreto.
El Principito fue a donde estaban las rosas. Efectivamente, ya no le parecían iguales a su rosa.
‘El Principito y el zorro’: La despedida entre el niño y el zorro
– No sois como mi rosa- les dijo- Mi flor es única y vosotras no significáis mucho para mí… Mi rosa es aquella a la que cuidé, tapé con un biombo y protegí del frío. Es aquella a la que salvé de las orugas y atendí cada vez que estornudaba. Ella me necesitaba y yo la necesitaba a ella.
Las rosas se sintieron molestas.
Después, el Principito regresó donde el zorro para despedirse de él.
– Adiós- dijo el niño.
– Adiós- dijo el zorro- Pero antes voy a contarte mi secreto: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
– Lo esencial es invisible a los ojos- repitió el Principito para recordarlo bien.
– El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea importante…
– El tiempo que perdí por mi rosa… – dijo el Principito para recordarlo bien.
– Los hombres han olvidado este secreto, pero tú debes recordarlo. Eres responsable de quien has domesticado para siempre.
El Principito se alejó repitiendo todas estas frases a fin de no olvidarse.
Escucha este capítulo del Principito y el zorro con estos podcast
Utiliza este reproductor para escuchar el relato del Principito y el zorro. También puedes escuchar este capítulo del libro de Antoine de Saint-Exupéry AQUÍ, en el canal de podcast de Tucuentofavorito.com
El vídeo del Principito y el zorro
Te recomendamos ver (y escuchar) también la narración de este precioso capítulo del Principito que ha hecho ‘Ojo al cuento’. Ilustraciones de Victoria Cabedo y voz de Jorge Ratia. ¡¡Disfruta de esta maravilla!! Para verlo, PINCHA AQUÍ.
Reflexiones sobre el capítulo del Principito y el zorro
Estamos ante uno de los capítulos más bellos del Principito. El capítulo XXI, ‘El Principito y el zorro’, nos habla de amistad, de amor, de compromiso, de confianza y de valores esenciales. ¡Una auténtica joya:
- El amor crea un vínculo especial: La descripción del amor mediante la metáfora del Principito y el zorro es realmente hermosa. El amor es capaz de crear un lazo invisible que une por siempre a dos seres vivos. No hablamos ya de amor ente personas, porque puede ser amor con una mascota o incluso, por qué no, con una flor. Es un vínculo forjado poco a poco, con paciencia y confianza. Un vínculo que hace que ese ser sea único entre millones y millones de seres. Es un sentimiento de necesidad del uno y el otro, algo que el poeta Mario Benedetti supo plasmar en este precioso poema de ‘Táctica y estrategia’ que bien podría ser la conclusión de esta enseñanza del zorro:
Poema ‘Táctica y estrategia’, de Mario Benedetti:
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
(Mario Benedetti)
El zorro, que en todas las fábulas se representa como un animal ingenioso y muy astuto pero huidizo, es capaz de dar una increíble lección al Principito llena de sabiduría. Y es capaz también de ‘sacrificar’ su libertad por él. Deja que le domestiquen aunque sabe que el amor no solo trae alegría, sino también sufrimiento, que es lo que siente cuando el Principito se va.
«El amor crea una necesidad de crear un vínculo especial y único.»
— (Reflexiones sobre ‘El Principito y el zorro’)
Más reflexiones sobre El Principito y el zorro
- La confianza y la paciencia, esenciales: La amistad no surge de repente. Necesita de un proceso de acercamiento, conocimiento, paciencia… Surge de compartir muchos momentos, experiencias, anécdotas. La amistad se forja con confianza y lentamente. Pero con paciencia, se conseguirá crear un vínculo que dure para siempre.
- El amor no puede cortar las alas de la libertad: El amor es libre y se expresa en libertad. En ‘El Principito y el zorro’, el zorro quiso ser domesticado pero sabe que no puede detener al Principito y que un día deberá partir y seguir su camino. El amor es libre y no puede comprar ni atar a nadie. Solo es pleno si otorga alas al otro en lugar de cadenas.
- Lo esencial es invisible a los ojos: Se puede ver una sonrisa, una lágrima o escuchar un grito de rabia. Pero son solo expresiones de lo que en realidad no se ve, pero se siente. Lo más importante es precisamente lo que no pueden ver los ojos pero sí sentir el corazón: el amor, la tristeza, la frustración, el miedo, la alegría… El corazón es capaz de sentir cosas que no se pueden ver y esto es precisamente lo que mueve de verdad al mundo.
«Lo más importante es precisamente lo que no pueden ver los ojos pero sí sentir el corazón.»
— (Reflexiones sobre ‘El Principito y el zorro’)
Otros preciosos capítulos del Principito explicados para niños
El libro del Principito está repleto de hermosas metáforas. Descubre también todas estas:
- Los baobabs: El planeta del Principito estaba lleno de baobabs que arrancaba nada más nacer. ¿Sabes por qué hacía esto el niño?
- El Principito y las rosas: Este es el capítulo que precede al que acabas de leer. En él, el niño siente una terrible decepción al pensar que su rosa le mintió al asegurar que era única en el universo.
- El Principito y la rosa: Y este es el capítulo en donde el Principito describe a su rosa y explica cómo es la relación de amistad que tiene con ella.
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2 respuestas
El principito es un libro que se debe leer en distintas etapas del individuo. Debido a la complejidad del contenido metafòrico que enfoca los valores universales.
A muy temprana edad, un niño (a) lo apreciarà como un relato simple de amistad entre cada uno de los personajes. Sin embargo, un adolescente o adulto, tendrà la capacidad interpretativa de profundizar en la obra misma.
Gracias por la reseña. Considero que el Principito es una joya de la literatura universal, pues resalta verdades profundas de una manera franca, sencilla y lógica, pero fresca y amena, desde la perspectiva de un niño. Al respecto, me encantó la reseña de esta obra que aparece en la página amarás leer.com