Este cuento bien podría ser una fábula, en donde el ingenio o astucia cobra un valor esencial para salir de un apuro. ‘La liebre y el cocodrilo’ es un cuento para niños popular de Uganda. Este cuento corto africano muestra cómo con inteligencia se puede escapar de una situación de riesgo.
TIEMPO DE LECTURA: 4 MINUTOS
El cuento africano para niños La liebre y el cocodrilo
‘Nubecita’, la hermana de Liebre, se casó con Cocodrilo, y se fue a vivir en una isla que había en medio del lago en donde vivían todos los cocodrilos.
Resulta que a Liebre le encantaba comer huevos y Cocodrilo ponía muchos huevos y los iba guardando en el granero. Pero Liebre eso no lo sabía…
Un día, Liebre fue a visitar a su hermana. Le recibieron con mucha alegría. Pero ‘Nubecita’ y Cocodrilo tenía que salir al campo a trabajar, y Liebre, que se quedó sola en la casa, se puso a curiosear. ¡Y qué maravilloso espectáculo vio al abrir la puerta del granero! No podía creerlo… ¡tantos huevos tan grandes y amarillos para él!
No pudo reprimir su instinto, y se puso a comer huevos como un loco. Claro, que enterró las cáscaras para que no se notara nada… Y por la noche, cuando su hermana hizo la cena, Liebre no podía comer nada. ¡Estaba lleno!
Al día siguiente ocurrió lo mismo… y al siguiente del siguiente. Así, hasta que Liebre anunció que tenía que regresar a su casa.
– Está bien, yo te llevaré- dijo Cocodrilo- Pero antes voy a echar un vistazo a mis huevos…
– ¿Tus huevos?
– Sí, tengo muchos… ¡75! Y los guardo en el granero. Voy a contarlo.
– Espera, espera, que voy contigo- dijo Liebre, que se dio cuenta de que se había metido en un buen lío- ¡Deja que los cuente yo! ¡Se me dan muy bien los números!
La astucia de la liebre en ‘La liebre y el cocodrilo’
Cocodrilo estuvo de acuerdo, y se quedó en la puerta mientras Liebre contaba. Solo quedaba un huevo, pero Liebre comenzó a contar y se iba cambiando de sitio en el granero para que pareciera que cambiaba de zona por la cantidad de huevos que había:
– Sesenta y seis, sesenta y siete… setenta, setenta y uno… ¡setenta y cinco! ¡Ya está! ¿Estás todos?- preguntó haciéndose el ingenuo Liebre.
– ¡Sí, son los que tengo, 75!- respondió Cocodrilo satisfecho.
– ¿Y cómo es que los tienes contados?- preguntó Liebre.
– No querrás que no conozca a cada uno de mis hijos… – respondió Cocodrilo.
– Vaya… Ahora será mejor que me lleves a casa- dijo Liebre, quien se despidió rápidamente de su hermana.
Pero cuando iban ya Cocodrilo y Liebre por la mitad del lago, ‘Nubecita’ fue a contar los huevos al granero, y vio que solo había uno. Entonces, gritó con todas sus fuerzas a orillas del lago:
– ¡Cocodrilo, que Liebre se ha comido los huevos! ¡Tíralo al lago!
Pero Cocodrilo era un poco sordo y hacía un poco de viento, y dijo:
– ¿Qué dices? ¡No te oigo!
– Yo sí lo oigo, Cocodrilo- dijo Liebre- Dice mi hermana que viene viento muy fuerte, que nades más deprisa para que no nos pille.
Y Cocodrilo nadó más deprisa y dejó a Liebre en la orilla. Al regresar, se dio cuenta de lo que había pasado, pero ya no pudieron encontrar a Liebre, porque se había ido de allí muy lejos para instalarse en un nuevo hogar.
Qué temas puedes trabajar con el cuento ‘La liebre y el cocodrilo’
Utiliza este cuento africano de ‘La liebre y el cocodrilo’ para reflexionar sobre:
- El ingenio o astucia.
- La resolución de problemas.
- La gula y los impulsos que nos juegan malas pasadas.
Reflexiones sobre este cuento africano para niños, ‘La liebre y el cocodrilo’
Está claro que con ingenio se puede salir de casi cualquier apuro. Y a ingenio no le gana nadie a la liebre, un animal que en los cuentos africanos representa las mismas virtudes y debilidades que suelen tener las personas:
- Para salir de un problema, usa la astucia: Las liebres son animales muy astutos, o al menos así los presentan en muchos cuentos. Es una virtud de la que hacen gala muchas personas. Y es la que a menudo nos ‘salva’ de algún apuro o problema, como sucede en esta historia con Liebre, que consigue salvar la situación del problema en el que se había metido con una inteligente idea. Pero esta astucia, que a veces es picaresca, puede ir acompañada también de otros defectos. En este caso, en el cuento ‘La liebre y el cocodrilo’, la liebre se metió en ese lío por culpa de la gula y después tuvo que salir de él engañando a su cuñado, Cocodrilo.
- Cuidado con los impulsos: Liebre, la protagonista del cuento ‘La liebre y el cocodrilo’, escenifica un defecto muy común en los humanos. Es el dejarnos llevar por los impulsos y caer en una tentación. En este caso, la gula. Liebre no pudo reprimir sus deseos de comer los huevos que veía, y aunque sabía que antes debía preguntar, se lanzó sin más a por ellos. Los sentidos pudieron y doblegaron a la razón. Es un defecto que puede llevarnos a problemas muy serios.
Una reflexión más de ‘La liebre y el cocodrilo’
- Salir del apuro con mentiras: El ingenio de Liebre para salir de ese apuro en la historia de la liebre y el cocodrilo le llevó también a caer en otro defecto muy propio de los humanos, que es el engaño. Liebre tuvo que mentir a Cocodrilo diciendo que había contado 75 huevos en el granero a pesar de que solo había uno, y volvió a engañarle al decir que su hermana estaba indicándole que nadara más rápido. Y aún así, a pesar de las mentiras, el ingenio salvó a Liebre y supo irse a tiempo antes de recibir un castigo.
«El ingenio siempre puede salvarnos de una situación complicada.»
— (Reflexiones sobre ‘La liebre y el cocodrilo’)
Algunas fábulas cortas para niños sobre el ingenio
¿Te gustaría profundizar algo más en este tema de la astucia y picaresca para salir de un problema? Prueba con estas fábulas cortas:
- Cuidado con lo desconocido, La zorra, el lobo y el caballo: Ser precavido también está relacionado con la astucia. Ambos valores son compatibles y muy necesarios para evitar problemas.
- El perro, el gallo y la zorra: Esta fábula corta de Esopo es muy clara y también nos habla de cómo salir de un problema mediante el ingenio, siempre y cuando se utilice con prudencia.
- El león viejo y la zorra: Ante alguien que busca con ingenio un beneficio a nuestra costa, podemos contrarrestar y defendernos con este mismo arma, con ingenio.
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