Aquí tienes uno de los maravillosos cuentos que Rudyard Kipling (1865-1936) escribió sobre los animales: ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’. Su libro ‘Así fue cómo’, está repleto de historias que bien podrían ser antiguas leyendas, y que además nos transmiten una serie de valores esenciales. En esta ocasión, este precioso cuento nos habla de la humildad y el respeto. También, por supuesto, acerca de la astucia y la resolución de problemas.
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El cuento de Cómo la ballena se hizo con su garganta
Cuentan que hace mucho tiempo, la ballena, de una voracidad tremenda, se comía todos los seres vivos que poblaban los mares del mundo. Así, con su enorme boca y su más aún enorme garganta, se tragaba peces grandes y chicos. Desde una estrella de mar hasta un pulpo. Desde un pequeño camarón hasta un tiburón. No había animal en el mar que se le resistiera.
Hasta que un día, se quedó sin comida. Solo quedaba un pequeño pez muy astuto, el ‘pez-stuto’, que se escondía justo detrás de la oreja de la ballena (ya dijimos que era un pez astuto). Ahí estaba seguro, y por más que lo intentara, la ballena nunca podía atraparlo.
Un día, la ballena gritó muy enfadada:
– ¡Tengo hambreeee!
Y el pez astuto dijo:
– ¿Alguna vez probaste un humano?
– ¿Un humano? No. ¿A qué saben?-preguntó ella extrañada.
– Pues dicen que son algo correosos, pero sabrosos. Viven en la tierra, pero de vez en cuando, puedes encontrar alguno sobre el agua. Ahora mismo, si nadas 50 nudos al norte y longitud 40 oeste, encontrarás uno sobre una pequeña balsa.
La ballena, muy contenta, partió deprisa, siguiendo esas coordenadas. Y efectivamente, allí pescaba tan tranquilo un hombre, joven, pero de muchos recursos, sobre una pequeña balsa de madera. Llevaba unos pantalones de lona azul y unos tirantes también azules (no vayas a olvidar lo de los tirantes). Y la ballena, al verle, se echó hacia atrás, atrás y atrás… Abrió todo lo que pudo su enorme boca y después de tomar impulso, ¡ñam!, se tragó al hombre, balsa incluida. Y tirantes (no olvides los tirantes).
El molesto hombre de tirantes azules y Cómo la ballena consiguió su garganta
Pero tan pronto como el hombre (de infinitos recursos) se vio en aquella cálida pero oscura cueva, comenzó a saltar, a patalear, a cantar. Hizo todo el ruido que pudo. Y de tanto taconeo, a la ballena le entró hipo.
– ¡Oh! ¡Realmente este hombre es muy fastidioso!- se quejó entonces la ballena- ¿Qué debo hacer?
– Bueno… pídele que salga- respondió el pez-stuto.
La ballena entonces pidió al marinero de pantalón y tirantes azules (no los olvides) que saliera, pero él se negó.
– De eso nada, ballena. O me llevas hasta el puerto o no salgo y seguirás teniendo hipo todo el tiempo.
Y siguió bailando.
– Debes llevarlo a su casa…- dijo el pez-stuto.
La ballena, cansada del hombre, decidió hacerle caso, y nadó, nadó y nadó hasta el puerto.
– Ya estamos. Hombre, ya puedes salir- dijo la ballena, abriendo mucho la boca para dejarle paso.
Pero el hombre, que ya dijimos que era de infinitos recursos, había estado haciendo con su balsa hecha trocitos, un cuadrado de madera enrejado. Se quitó los tirantes azules (ya dijimos que eran importantes) y ató bien su ‘colador’ cuadrado. Y al salir, lo encajó bien en la garganta del animal, bien atorado, para que no pudiera quitárselo al saltar. Y según salía de la ballena, iba cantando:
«Por medio de esta reja
Terminé tu comedera…»
El final del cuento ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’
El marinero regresó feliz a su hogar, en donde se casó y vivió por muchos años. La ballena, por su parte, no pudo deshacerse de su ‘colador’, y desde entonces, no puede comer más que los peces más pequeños que caben entre las rejas. Y es el motivo por el que las ballenas dejaron de comer todo tipo de animal acuático. Y mucho menos niños, niñas o personas mayores…
Por su parte, el pez-stuto, se escondió bajo el lodo, junto a las raíces de una enorme alga marina, en un rincón del Ecuador. Pingle (que así se llamaba nuestro pez) tenía miedo de que la ballena estuviera enojada con él. Y se convirtió en un pez asustadizo.
Dicen que la ballena se volvió a encontrar un día con el pez-stuto, y que volvieron a ser buenos amigos. A la ballena se le había pasado el enfado.
Qué temas puedes trabajar con el cuento de Cómo la ballena se hizo con su garganta
Utiliza este cuento de Rudyard Kipling, ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’, para reflexionar sobre todos estos temas:
- La resolución de problemas.
- El valor del respeto.
- La astucia.
- El valor de la humildad.
- La necesidad de perdonar.
Reflexiones sobre el cuento Cómo la ballena se hizo con su garganta
La protagonista de esta historia de ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’, era una ballena vanidosa y prepotente. Se creía dueña y señora de los mares, hasta que un humilde marinero la puso en su lugar…
- Todos los seres vivos son importantes: En ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’, nos presentan a un enorme animal que sin embargo se alimenta de peces muy pequeños. Esto le recuerda que no es la única en el mar, que debe convivir con muchos otros seres, y sobre todo, que debe respetarlos. Nadie más que nadie ni menos que los demás. Todos tienen su lugar, y es la lección que el hombre le dio en esta historia a la ballena.
- Para salir de un problema, usa el ingenio: Sin duda, en ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’, el hombre es junto con el pez-stuto, el otro gran protagonista. La lección que le dio a la ballena no solo fue de humildad y respeto, sino también de cómo debemos usar la inteligencia para solucionar problemas. Él, que solo tenía una balsa pequeña de madera, una caña de pescar y unos tirantes, consiguió salir del gaznate del enorme animal y solucionar el problema que el resto de animales marinos tenían con él. De esta forma, dejarían de tener miedo. Al menos los animales más grandes. Y al fin y al cabo, las ballenas también necesitan alimentarse para sobrevivir…
Más reflexiones sobre el cuento ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’
- El pez-stuto y sus consejos: Por muy buenos consejos que creamos dar, no somos perfectos… Nadie lo es. Ni siquiera el pez-stuto, que a pesar de ser tan listo, erró en el consejo que le dio a la ballena. Bueno, en cierta manera, porque al final el resto de animales pudo agradecerle ese inesperado encuentro entre la ballena y el hombre. Por supuesto, en ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’, el consejo del pez-stuto no le sirvió a este enorme animal, y eso hizo que se enfadara mucho. Lo que le llevó, más adelante, a asumir su lugar y a perdonar.
- La importancia de perdonar: Al final de esta historia de ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’, se menciona el reencuentro entre la ballena y el pez-stuto. A pesar del miedo que el pequeño pez siente por su antigua compañera de viajes, descubre que ella no guarda ya rencor y vuelven a establecer un lazo de amistad. Y es que el perdón siempre es constructivo.
«La inteligencia es la mejor herramienta para resolver problemas, pero aún los más listos, pueden equivocarse»
(Reflexiones sobre ‘Cómo la ballena se hizo con su garganta’)
Otras increíbles historias de animales para leer con los niños
¿Te gustó esta tierna y original historia de Cómo la ballena se hizo con su garganta? Descubre estos otros cuentos de animales igual de asombrosos:
- Cómo al dromedario de le salió su joroba: Lo encontrarás también con el título de ‘Cómo consiguió el camello su joroba’, aunque el cuento de Kipling hace referencia al dromedario, y al castigo que recibió por su pereza y nula solidaridad.
- El hijo del elefante: Otro de los maravillosos cuentos de Kipling sobre animales y que en esta ocasión nos habla de coraje y tenacidad. Además explica cómo a los elefantes les creció la trompa. Una historia fascinante.
- Leyenda del colibrí: Esta historia parte de una leyenda maya muy antigua, que explica cómo los dioses crearon a este bello y ligero ave y qué cometido le dieron. ¡Te sorprenderá!
Y recuerda que también puedes escuchar preciosos relatos narrados por medio de podcast. Encontrarás muchos aquí: