La compra del asno. Fábula de Tomás de Iriarte sobre el poder de las apariencias

No te pierdas esta popular fábula de Tomás de Iriarte, ‘La compra del asno’, que nos habla de ingenio, astucia, pero también del peligro de dejarnos llevar por las emociones y las apariencias. Los sentidos pueden engañarnos, porque las cosas muchas veces no son lo que parecen… No te pierdas la fábula y sus reflexiones finales.

TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS Y MEDIO

La fábula de la compra del asno, para niños y mayores

La compra del asno, una fábula de Tomás de iriarte
Fábula de ‘La compra del asno’

Vivía un joven solo y con muy poco dinero. Estaba pasando una mala racha, y un día comprobó con mucho pesar que no tenía ya nada para comer. Miró a su alrededor y no encontró nada valioso para vender. Sólo tenía un viejo burro, que eso sí, le hacía mucha compañía. Y aunque le dio mucha pena, vio que era su única solución. Así que fue a la cuadra, en donde su animal descansaba mientras perseguía moscas con la mirada.

– Amigo, espero que me perdones, pero debo venderte para comprar alimentos- le dijo.

Pensó al verle sin embargo, que poco iban a darle por él. Estaba viejo y muy delgado. Y se le ocurrió vestirle con lujosas telas y unos cascabeles.

– Ya verás como parecerás ser un burro joven y fuerte.

Usó las telas y colchas de seda doradas y rojas que guardaba de su madre para cubrir el lomo del animal. Así de paso, consiguió tapar las calvas en su pelaje. Y colgó unos cascabeles dorados a los lados. Sobre la montura, colocó un cojín bien hermoso. ¡Qué elegancia! Su borrico parecía otro.

Así fue la compra del asno

Y así, tan bien ataviado, lo llevó hasta la plaza del pueblo, y no tardó en acercarse el primer interesado.

– Muchacho, te ofrezco diez monedas de plata por ese espléndido burro que llevas- le dijo.

El joven se puso muy contento. Era mucho más de lo que valía, sin duda, pero pensó que tal vez podía sacar algo más.

– Pues… en realidad no pensaba venderlo…

– ¡Doce monedas de plata!- dijo el hombre, que estaba realmente hechizado por aquel burro.

– Está bien- dijo entonces el muchacho- ¡Acepto!

Y así, aquel hombre firmó el trato y se llevó al animal, al tiempo que el muchacho salía corriendo de allí tan contento.

El hombre se fue con su burro y a mitad de camino, se encontró con un conocido.

– Vaya, ¿y ese burro?- preguntó al verle.

– Lo acabo de comprar. Me ha costado bastante, doce monedas de plata, pero bien lo vale. ¡Mira qué porte!

– Bueno, eso parece… Pero ¿has comprobado cómo es el animal sin tanto ropaje?

Comenzaron a quitarle las telas doradas y rojas, el cojín de seda, los cascabeles… y de pronto vieron a un burro escuálido, viejo, y hasta con un aliento bastante pestilente. Su nuevo dueño se pegó un buen chasco:

– ¡Yo sí que he sido burro al dejarme impresionar por tanto adorno!

Moraleja: «No te dejes engañar por las apariencias, que tantas veces esconden una realidad bien distinta».

(‘La compra del asno’ – Tomás de Iriarte)

Fábula original de la compra del asno, de Tomás de Iriarte

Aquí tienes la fábula original escrita por Tomás de Iriarte, sobre la que se basa la adaptación que acabas de leer. Así dice la fábula del escritor canario, que empieza con esta dedicatoria: «A los que compran libros sólo por la encuadernación»:

Ayer por mi calle
pasaba un borrico,
el más adornado
que en mi vida he visto.

Albarda y cabestro
eran nuevecitos,
con flecos de seda
rojos y amarillos.

Borlas y penacho
llevaba el pollino,
lazos, cascabeles
y otros atavíos;
y hechos a tijera,
con arte prolijo,
en pescuezo y anca
dibujos muy lindos.

Parece que el dueño,
que es, según me han dicho,
un chalán gitano
de los más ladinos,
vendió aquella alhaja
a un hombre sencillo;

y añaden que al pobre
le costó un sentido.

Volviendo a su casa,
mostró a sus vecinos
la famosa compra,
y uno de ellos dijo:

«Veamos, compadre,
si este animalito
tiene tan buen cuerpo
como buen vestido».

Empezó a quitarle
todos los aliños,
y bajo la albarda,
al primer registro,
le hallaron el lomo
asaz malherido,
con seis mataduras
y tres lobanillos,
amén de dos grietas
y un tumor antiguo
que bajo la cincha
estaba escondido.

«Burro –dijo el hombre-,
más que el burro mismo,
soy yo, que me pago
de adornos postizos».

A fe que este lance
no echaré en olvido,
pues viene de molde
a un amigo mío,
el cual, a buen precio,
ha comprado un libro
bien encuadernado,
que no vale un pito.

(‘La compra del asno’ – Tomás de Iriarte)

Qué temas puedes repasar con la fábula de ‘La compra del asno’

Utiliza esta fábula de Tomás de Iriarte, ‘La compra del asno’, para trabajar todos estos temas:

  • El ingenio en la resolución de problemas.
  • Las apariencias y su relación con el engaño y las mentiras.
  • El sentimiento de decepción.
  • De cómo podemos aprender de nuestros errores.
  • La desconfianza evita muchos problemas.

Reflexiones sobre la fábula ‘La compra del asno’

Ya lo ves, ‘las apariencias engañan’, y tanto que sí:

  • Nunca te dejes llevar por los sentidos: Si algo aprendió uno de los dos protagonistas de esta fábula de ‘La compra del asno’, es que los sentidos engañan. Las apariencias muchas veces se alejan bastante de la realidad. Así que lo más sensato, es ir más allá de lo que vemos y buscar la verdadera esencia y realidad de lo que tenemos enfrente. Al hombre que compró el asno, le faltó perspicacia y prudencia.
  • Un poco de desconfianza tampoco viene mal: Si el hombre de esta historia de la compra del asno hubiera desconfiado algo de esa apariencia tan elegante del burro, el final hubiera sido bien distinto. No debemos fiarnos del todo de aquello que nos ofrecen. No te fíes sobre todo de algo que aparentemente parece ‘perfecto’. La desconfianza nos puede salvar de engaños, timos y sobre todo, de una terrible decepción.
  • Usa el ingenio para resolver problemas: El otro protagonista de esta fábula de la compra del asno usó la inteligencia y la astucia para salir de un apuro. Necesitaba dinero y su única forma de conseguirlo era intentando hacer pasar a su burro viejo por uno joven y elegante. Lo consiguió con un disfraz y un excelente plan. Resolvió así su problema, aunque ya ves, a costa del engaño y la decepción del comprador.

«La desconfianza nos puede salvar de engaños, timos y sobre todo, de una terrible decepción»

(Reflexiones sobre la fábula ‘La compra del asno’)

Otras fábulas de Tomás de Iriarte que van a sorprenderte

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La hormiga y la pulga, una fábula de Tomás de Iriarte
La fábula de La hormiga y la pulga
  • El canario y el grajo: Una excelente fábula que nos habla del mal que puede llegar a hacer la envidia.

Y recuerda que también puedes escuchar fábulas narradas mediante podcast. Búscalas en el canal de Tucuentofavorito.com en Spotify y en el de Ivoox:

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Publicado por Estefania Esteban

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Soy Estefania Esteban y soy periodista y escritora de literatura infantil.

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