Tal vez no sepas quién es Gracia Darling. Murió joven, con solo 26 años, pero consiguió salvar muchas vidas con tan solo 22 años. De hecho, le concedieron la medalla de plata a la valentía por la Real Institución Nacional para la Preservación de la Vida de un Naufragio. ¿Su hazaña? Su coraje le llevó a arriesgar su vida para salvar de morir en medio de una tempestad a nueve náufragos. Te contamos su inspiradora historia.
TIEMPO DE LECTURA: 5 MINUTOS
La increíble hazaña de Gracia Darling, en 1838
Gracia Darling era la cuarta hija del farero de Longstone Island (al sureste de Irlanda del Norte). Vivía con su familia (sus padres y sus seis hermanos) en el faro. La parte baja era la sala de estar y una escalera de caracol conducía a las habitaciones. Gracia dormía en la parte media, la del anillo blanco del faro. Su habitación tenía una pequeña ventana desde donde podía ver el mar.
El 6 de septiembre de 1838, una terrible tempestad sorprendió a un robusto buque de vapor que transportaba cerca de sesenta personas, el Forfarshire. Había partido desde Hull en dirección a Dundee, y a mitad de camino la borrasca se hizo más y más intensa.
Era de noche, y todo estaba muy oscuro. Desde el barco pudieron ver a lo lejos el faro de la isla Farne, en la costa de Northumberland, y se dieron cuenta del peligro. Estaban cerca de una zona abrupta y las olas arrastraban al buque contra los escollos.
Las olas cada vez eran más altas, y su fuerza golpeaba con furia el casco del barco. Pronto se abrieron las primeras grietas. La tempestad cada vez era mayor y a pesar de todos los esfuerzos de la tripulación por mantenerse a flote, el barco se partió por la mitad. Muchos hombres murieron.
La decisión de Gracia Darling
Pero once personas consiguieron aferrarse a la proa, que aún se mantenía a flote, a merced de las olas. Entre ellos, una mujer con sus dos hijos. Conscientes del peligro, del destino fatal que podía sepultarlos en el fondo del mar, rezaban con la esperanza de ver los primeros rayos de la mañana. Al amanecer, vislumbraron a lo lejos el faro de Longstone. El mar estaba revuelto. La tempestad no había amainado aún.
Gracia no había podido dormir por la tormenta en toda la noche. Miró por la ventana de su cuarto y vio algo a lo lejos. Buscó el catalejo de su padre y entonces descubrió a los náufragos sobre los restos de un barco de vapor.
– ¡Padre! ¡Padre!- gritó la muchacha, bajando apresurada la escalera de caracol- ¡Tenemos que ir a por ellos!
– ¿Qué dices? ¿De qué hablas?- preguntó entonces el padre.
– He visto a una decena de marineros sobre un trozo de barco. Si no vamos a por ellos, morirán…
– Pero hija, ¿has visto la tempestad que hay? ¡No puedes salir ahora con un barco!- dijo asustada la madre.
– Padre, no puedo pedirte que vengas. Pero yo pienso salir ahora mismo a buscar a esos marineros que sabe Dios cuánto tiempo llevarán ahí y cuáles serán las fuerzas que les queden. Están agarrados a unos restos de barco… y en cuanto llegue la pleamar, morirán…
El rescate de los náufragos
La valentía de la chica sorprendió a sus padres, quienes no pudieron negarse. Gracia subió junto a su padre a una barca de apenas cinco o seis plazas y juntos remaron contra corriente, luchando contra las olas y los enormes remolinos que aún quedaban de la tormenta.
Llegaron hasta los náufragos, tras remar durante aproximadamente un kilómetro y medio, y consiguieron rescatarlos a todos. Primero subieron al bote a cuatro hombres y la única mujer superviviente del naufragio, Sarah Dawson. Sus hijos de 5 y 7 años, desgraciadamente habían fallecido durante la noche. Su madre abrazaba entre lágrimas sus cuerpos…
Después el padre de Gracia, William, regresó a por cuatro supervivientes más y el cuerpo de un sacerdote, que tampoco pudo resistir la noche de tempestad a pesar de haber conseguido agarrarse a los restos del barco cuando se partió en dos.
La historia de Gracia pronto se hizo popular y había quien viajó miles de kilómetros para conocerla. Recibió una medalla al mérito y todo el cariño de vecinos y personas que enviaron regalos y alimentos hasta el recóndito faro de Longstone en agradecimiento por aquel gesto de coraje.
Qué temas puedes trabajar con la historia inspiradora de Gracia Darling
Esta historia de Gracia Darling está basada en un hecho real, que se hizo muy popular. Una joven de tan solo 22 años consiguió salvar la vida de nueve personas, gracias a su valentía y decisión. Un relato que nos recuerda la importancia de:
- La empatía.
- La valentía, el coraje.
- La bondad.
- El sacrificio.
Reflexiones sobre la historia de Gracia Darling
No es fácil dar el paso para ayudar a otros cuando ese paso exige un alto sacrificio. Gracia Darling arriesgó su vida por salvar la de otras personas. Afortunadamente, todo salió bien. Pero su ejemplo es una muestra de coraje y heroicidad que no todo el mundo está dispuesto a asumir:
- No es tan fácil ayudar a otros: Cuando una ayuda supone un peligro para nuestra integridad física, cuesta más tomar una decisión. En el caso de Gracia Darling, además, la heroicidad se centra en que arriesgó su vida por salvar a unos desconocidos. Sabía que el mar podría terminar con ella y con aquellos marineros, y aún así, decidió arriesgarse. ¿Qué le llevó a hacer esto? El coraje y la empatía.
- El motor que mueve la bondad es la empatía: La joven Gracia Darling saltó como un resorte al ver que aquellos hombres estaban en peligro. Aquello que le otorgó tanta valentía para lanzarse al mar en plena tempestad se llama empatía. Sintió el miedo, el terror que aquellos hombres debían estar pasando. El frío, la desesperación. ¿Cómo no iba a hacer algo por ellos? Ella hubiera querido que la ayudaran de estar en su misma situación, hubiera querido que alguien arriesgara su vida para salvarla. Eso haría, a eso le llevó la empatía. A sentir lo que necesitaban aquellos hombres y encontrar el coraje suficiente para intentar solucionar su problema.
«Es la empatía la que nos lleva a la solidaridad y la bondad.»
— (Reflexiones sobre la historia de Gracia Darling)
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- Alcanzar un sueño: Esta es una anécdota del atleta Jesse Owens, o más bien, una gran lección que dio a unos niños durante una visita a un colegio.
- Algo no anda bien: El nieto de Gandhi, Arun Gandhi, recuerda esta enseñanza de su padre, quien le indicó la importancia de la confianza en una relación.
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