Este cuento infantil de origen oriental, ‘El rey prudente’, nos habla de valores como la humildad para conseguir la paz interior y la felicidad. Pero también nos recuerda la importancia de aprender a escuchar los buenos consejos. No te pierdas este cuento y sus reflexiones finales, que encontrarás un poco más abajo.
TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS
El cuento infantil ‘El rey prudente’
Había una vez un rey honrado y humilde al que todos adoraban. Vivía en un lejano país de Asia, con su familia en un palacio pequeño, pues no quería suscitar envidias entre sus súbditos.
Era justo, estaba en contra de las guerras y la violencia, y apostaba por conseguir la felicidad de todos. Para ello, se aseguraba de que todos tuvieran trabajo y pudieran vivir en paz.
Un día, el rey se dirigió al salón del palacio a comer, como cada día, pero entonces se fijó en sus palillos de madera y vio lo gastados que estaban. Entonces, llamó al consejero, un hombre muy mayor ya.
– Deseo encargar unos palillos nuevos, porque estos ya están muy deteriorados… Por favor, pide al orfebre que fabrique unos de marfil y esmeraldas.
El consejero le miró fijamente y el rey intuyó que pasaba algo.
– ¿Qué sucede?- le preguntó entonces.
– Majestad, hoy mismo dejo mi cargo de consejero. Busque a un sustituto antes de esta noche…
La respuesta del consejero al rey prudente
El rey se quedó destrozado. ¿Por qué así, de repente, su fiel consejero quería dejar el puesto? ¿Por pedirle unos palillos nuevos?
– Pero… ¿por qué decides abandonarme ahora? ¡No lo entiendo!
– No puedo atender a su petición, señor- contestó el consejero.
– ¿Por qué?- preguntó el rey.
– Si sustituye sus palillos de madera por unos de marfil y esmeraldas, después pedirá una vajilla de oro… y se dará cuenta de que sus ropajes son demasiado humildes, así que habrá que pedir ropa más lujosa, con seda y terciopelo… Señor, cuanta más riqueza tenga… más querrá. Así se alimenta la codicia. Los caprichos no tienen fin. Y como le aprecio tanto y no quiero ver cómo se convierte en un hombre tirano, prefiero no estar aquí en ese momento.
El rey comenzó a llorar emocionado. Jamás nadie le había hablado con tanta sinceridad. Era el mejor consejo que había escuchado.
– Tienes razón… no necesito nada de eso. Olvida lo que te encargué.
El rey comenzó a comer con sus viejos palillos y la comida le supo mejor que nunca. Aquella historia se extendió por el reino, y al rey comenzaron a llamarle ‘el rey prudente’.
Qué temas puedes trabajar con el cuento del rey prudente
Utiliza este precioso cuento popular anónimo del rey prudente para reflexionar sobre:
- La humildad.
- Cómo se alimenta la avaricia.
- La importancia de escuchar buenos consejos.
Reflexiones sobre el cuento del rey prudente
La avaricia nace de un simple primer deseo, que a su vez crece y nos lleva a desear más y más. Antes de que ocurra, existe una forma de impedirlo: no desear más de lo que necesitamos.
- La avaricia que nos provoca ansiedad: Ya sabes lo que dicen, que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. Este cuento del rey prudente nos recuerda que la codicia, el desear más de lo que necesitamos, nos lleva a una espiral sin freno de avaricia, de materialismo.
Deseamos más y más y no encontramos fin. Y sin embargo, no somos más felices. ¿Por qué? Porque nunca nos sentimos completos. Es un círculo infinito que crea nuevos deseos cada vez que los conquistamos. Lo material por curioso que parezca, no nos llena. Es precisamente lo inmaterial lo que ocupa un mayor espacio dentro de nosotros. Este deseo de más y más crea frustración y ansiedad, lo que no nos permite conseguir la felicidad y la paz.
Más reflexiones sobre El rey prudente
- El valor de la humildad: El rey prudente es feliz porque tiene lo que necesita. Ni más, ni menos. Piensa en el bien de los demás y es austero para no despertar envidias. Toda esta humildad hace que los demás le respeten y admiren. Humildad no es sumisión. Humildad es comprender que no hay nadie por encima ni por debajo. Reconocer los valores que tenemos sin perder de vista lo que aún podemos aprender. Y es precisamente lo que el rey prudente demostró escuchando y atendiendo el mensaje de su consejero.
- Un buen consejo vale más que todo el oro: Sin duda, en este cuento del rey prudente también se pone de manifiesto la importancia de aprender a escuchar. No a oír, sino a escuchar. Es decir, a interiorizar y entender lo que nos dicen. Un buen consejo es más valioso que el dinero y las joyas. En esta ocasión, el consejero evitó que el rey echara a perder todo lo que había construido hasta el momento.
Otros cuentos con maravillosos valores
¿Te gustó el cuento del rey prudente? Aquí tienes otros interesantes cuentos populares con muchos buenos valores entre sus principales mensajes:
- El valor de la verdad: Este cuento chino nos habla en esta ocasión del valor de la sinceridad. Y es que muchas veces no es tan fácil decir la verdad… cuando están tantas cosas importantes en juego.
- El cerdito verde: ¿Buscas un cuento sobre la tolerancia y el respeto por las diferencias? Este nos llega desde Colombia, y es una preciosa versión del clásico del Patito feo.
- Los remendones y el cuco: Este cuento popular español nos habla de generosidad y caridad y sus recompensas, frente al egoísmo y la avaricia.
Y recuerda que también puedes escuchar muchos cuentos narrados en forma de podcast en el canal de Tucuentofavorito.com:
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