‘La cigarra y la hormiga’ es una popular fábula sobre el esfuerzo y el trabajo, escrita por el gran fabulista griego Esopo, aunque fue recreada por Jean de La Fontaine y por Samaniego. Se trata de una fábula corta llena de valores, ideal para leer a los niños.
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ToggleUna fábula sobre el esfuerzo para los niños: La cigarra y la hormiga
Era verano y hacía calor. Una cigarra descansaba plácidamente bajo la sombra de un arbusto, mientras observaba a la hormiga trabajar sin descanso. La pobre hormiga iba y venía del campo a su hormiguero, llevando encima pesados granos de trigo, mientras que la cigarra canturreaba sin parar.
– Ven a descansar conmigo, hormiga, que hace calor. ¿Para qué trabajas tanto?- le recriminó la cigarra.
– Necesito guardar mucho alimento para el invierno– contestó entonces la hormiga-. Cuando comience a helar, no quedará nada.
– ¡Aún falta mucho! Yo prefiero disfrutar de la vida y del momento- contestó orgullosa la cigarra.
– Deberías recoger comida como yo lo hago, cigarra. Y si no, luego te lamentarás.
El tiempo pasó deprisa y llegó el otoño, y con él, las primeras heladas. El invierno no tardó en llegar también y la cigarra, que se había quedado sin comida, fue a visitar a la hormiga:
– Amiga hormiga, por favor, ¿puedes darme algo de alimento? No tengo nada para comer…
La hormiga la miró enfadada:
– Ya te avisé y no me hiciste caso. En lugar de descansar tanto tendrías que haber pensado en este momento. Ahora tendrás que buscarte la comida.
Y entonces echó a la cigarra de su casa.
Moraleja: ‘Si solo piensas en el presente y no te adelantas al futuro, luego tendrás problemas’
(La cigarra y la hormiga)
Escucha la fábula de La cigarra y la hormiga narrada
Ahora también puedes escuchar esta fábula de La cigarra y la hormiga narrada, utilizando el reproductor de podcast de fábulas en el canal de Tucuentofavorito.com o bien con este reproductor:
Valores que podrás trabajar con esta fábula de Esopo
Con esta fábula corta, ‘La cigarra y la hormiga’, podrás trabajar estos valores:
- El valor del esfuerzo.
- La prudencia.
Reflexiones sobre la fábula de Esopo ‘La cigarra y la hormiga’
Esta fábula corta de Esopo se centra sobre todo en recordarnos lo importante que es pensar en el día de mañana y no solo centrarse en disfrutar en la ociosidad del presente. La laboriosa hormiga se esforzó y trabajó para asegurarse el alimento en invierno, mientras que la perezosa cigarra no quiso trabajar y luego se topó con un gran problema. Aunque también podemos sacar más reflexiones sobre esta fábula:
- No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy: La cigarra pensaba en descansar y en que el invierno aún estaba lejos. Es el clásico: ‘ya lo haré’. Pero sin embargo, nunca lo hace y se topa con un gran problema cuando llega la necesidad.
- El importante valor de la prevención: La prudencia viene a ser como el miedo que nos alerta de que puede llegar algo malo. Ese miedo es necesario y puede salvarnos de algún problema. Es lo que la hormiga sentía ante la llegada del frío, aunque estuviera lejos. La cigarra, totalmente distraída y privada de ningún tipo de alerta ni miedo al futuro, prefirió vivir feliz y plácida hasta que se topó con la realidad y el gran problema, que le pilló desprevenida.
- La poca solidaridad de la hormiga: En esta fábula también llama la atención la reacción de la hormiga cuando la cigarra le pide ayuda. Es cierto que la cigarra se labró su propio destino, pero en las manos de la hormiga estaba el ser generosa y salvar la vida de la cigarra. Sin duda, este gesto también parece una crítica a aquellos que tienen y no quieren compartir alegando que ‘ellos se lo buscaron’.
Algunas preguntas para saber si tu hijo entendió el mensaje de la fábula
Puedes usar esta fábula para mejorar la atención de tu hijo, y comprobar si entendió el mensaje de la fábula. Usa para ello estas preguntas:
1. ¿Qué hacía la hormiga en verano?
2. ¿Y la cigarra?
3. ¿Qué pasó cuando llegó el frío?
4. ¿Le ofreció la hormiga alimento a la cigarra?
La fábula de La cigarra y la hormiga por Félix María Samaniego
Esta es la versión de esta fábula por Félix María Samaniego, quien hace más hincapié en la codicia de la hormiga frente a la petición de ayuda de la cigarra:
Cantando la Cigarra
pasó el verano entero,
sin hacer provisiones
allá para el invierno;
Los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.
Viose desprovista
del preciso sustento:
sin mosca, sin gusano,
sin trigo, sin centeno.
Habitaba la Hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
la dijo: «Doña Hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva este invierno
esta triste Cigarra,
que alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme;
que fielmente prometo
pagaros con ganancias,
por el nombre que tengo».
La codiciosa Hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
«¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana,
¿qué has hecho en el buen tiempo?».
«Yo, dijo la Cigarra,
a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento».
«¡Hola! ¿con que cantabas
cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como,
baila, pese a tu cuerpo».
(Félix María Samaniego)
La versión de La cigarra y la hormiga de Jean de La Fontaine
Y aquí tienes otra versión de esta conocida historia. En esta ocasión, del fabulista francés Jean de La Fontaine:
Todo el verano cantó
la Cigarra, pobre artista.
Y estaba muy desprovista
cuando el invierno llegó.
Sin la más leve porción
de mosca ni de lombriz,
a llamar fue la infeliz
de la Hormiga a la mansión.
– Ruego a usted, dijo a la Hormiga
me preste un poco de grano
hasta que llegue el verano,
cara vecina y amiga.
Antes de agosto, sin duda,
pagaré, a fe de animal,
réditos y capital.
Venga, señora, en mi ayuda.
La Hormiga, dura y mezquina
(es su defecto mayor),
– ¿Qué hizo durante el verano?
Dijo a la triste vecina.
– ¿Qué hice, señora?, Cantar,
Respondió la interpelada.
– ¿Cantó entonces la afligida?
Pues bien, ahora, ¡bailad!
Jean de la Fontaine
La obra de teatro de La cigarra y la hormiga
¿Te gustaría interpretar esta fábula corta de Esopo en obra de teatro? Aquí encontrarás el guion para adaptarlo según el número de participantes. Ideal para niños de primaria:
Otras fantásticas fábulas cortas de Esopo
El fabulista griego Esopo nos dejó muchísimas fábulas que aún hoy son totalmente ‘educativas’. Sirven para niños y adultos. Todas ellas van acompañadas de una serie de reflexiones sobre la moraleja que conllevan. Aquí tienes algunos otros buenos ejemplos:
- El cuervo orgulloso: No intentes aparentar alguien que no eres. Y ten cuidado de hasta dónde te puede llevar la vanidad. ¡No sea que termines haciendo el ridículo como el cuervo de esta historia!
- La zorra y la serpiente: Los celos son muy peligrosos. En lugar de intentar mejorar y brillar por nosotros mismos, intentamos emular a otros, sin darnos cuenta de que cada uno es como es…
- Bóreas y el sol: Puede más la persuasión que la imposición. Recordemos esto cada vez que queramos cambiar el comportamiento de otra persona.
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