No te pierdas esta increíble historia, la de ‘Momotaro, el niño melocotón. Es la leyenda de un valiente guerrero que tenía como mayor virtud la bondad en su corazón. Su nacimiento fue todo un prodigio. ¿Te lo vas a perder? Descubre aquí su relato y los valores que nos deja su aventura.
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La leyenda japonesa de Momotaro, el niño melocotón
Cuentan que hace mucho existió una pareja de ancianos vivía en un humilde poblado de Japón, en una casita de madera en medio de un bosque. Él era leñador, y su mujer le ayudaba a recoger los troncos que él cortaba. El mayor sueño de la pareja era tener un hijo, pero ya eran muy mayores y prácticamente habían perdido la esperanza.
Sin embargo, una mañana sucedió algo increíble: Ambos salieron como cada día a trabajar. Y mientras el hombre cortaba troncos, la mujer se acercó a la orilla del río. De pronto, vio flotando sobre el agua un enorme melocotón. Llamó a su marido y entre los dos consiguieron rescatarlo y llevarlo a tierra firme. ¡Era un melocotón gigante!
Lo más sorprendente llegó después: el melocotón se abrió por la mitad y del interior salió un pequeño niño de tez muy blanca y ojos negros como el carbón. La pareja se miró con lágrimas en los ojos: ¡su deseo se acababa de cumplir! Pusieron de nombre al niño Momotaro, que en japonés significa ‘niño melocotón’.
La pareja de ancianos enseñó los valores esenciales al pequeño. De tal forma, Momotaro creció ayudando en el trabajo a sus padres, valorando cada día todo lo que tenía, y mostrando cada día más humildad, generosidad y bondad. Todos adoraban a ese joven apuesto y bello de corazón.
Pero en la aldea no reinaba la paz: unos terribles demonios llegaban cada año y arrasaban con todo, llevándose el dinero y las joyas que los aldeanos habían conseguido guardar.
Cuando Momotaro cumplió la mayoría de edad, a sus vecinos se les ocurrió que tal vez podría salvarles de aquella tortura. ¡Quién mejor que él, que reunía las mejores cualidades posibles! El joven no dudó ni un momento.
– ¡Por supuesto que lo haré! ¡Yo acabaré con esos demonios y al fin podréis vivir felices!- les prometió.
La partida de Momotaro a la isla de los demonios
Un buen día, llenó su mochila de bolitas de maíz que su madre le dio, y salió hacia Onighasima, la isla en donde vivían los demonios.
Pero al poco de comenzar su camino, se encontró con un perro.
– ¡Por favor! ¿Tendrías algo de comer? ¡Me muero de hambre!- le dijo el animal.
Momotaro no lo dudó ni un instante.
– ¡Claro! Llevo bolitas de maíz. Te daré algunas. Pero, oye, ¿y si te vienes conmigo? Voy a la isla de Onighasima. Necesito dar un escarmiento a unos malvados demonios.
– Por supuesto, iré contigo- respondió el perro, mientras comía.
Ambos emprendieron de nuevo la marcha, y al poco se encontraron con un mono.
– ¿Dónde vais por aquí?- preguntó con curiosidad.
– Vamos a Onighasima, a terminar con unos demonios. ¿Te vendrías con nosotros? A cambio, te ofrezco comida.
El mono, que es de por si un animal muy curioso, no tardó en responder.
– ¡Encantado! ¡Iré con vosotros! Quiero ver cómo son esos terribles demonios de los que hablas…
Los tres continuaron su marcha, y poco antes de llegar a la orilla del mar, se encontraron con un hermoso faisán.
– ¿Qué buscáis por aquí?- preguntó el ave.
– Vamos a la isla de Onighasima para derrotar a unos demonios que atemorizan a mi gente- dijo Momotaro.
– Vaya, eso suena bien… ¿Queréis que me una a vosotros?
– ¡Claro! ¡Será fantástico tenerte en el equipo- respondió el joven.
Momotaro y sus amigos se encuentran con los demonios
Al llegar al puerto, se hicieron con un velero y pusieron rumbo a la isla. El faisán, poco antes de llegar, se acercó volando para observar qué hacían los demonios.
– ¡Es buen momento! ¡Están dormidos! Aunque se protegen justo detrás de un altísimo muro- les dijo el ave al regresar.
Así que Momotaro dejó el velero en la orilla. Al llegar al muro, el mono escaló con agilidad, saltó al otro lado y les abrió la enorme puerta de madera y metal. Entonces, los cuatro gritaron a la vez, y los demonios se sobresaltaron.
– ¿Quiénes sois? ¿Qué es esto?- gritaron aterrorizados.
Los animales asaltaron a los demonios. El mono les arañaba, el faisán les comenzó a picar en la cabeza, y el perro a morderles en las extremidades.
– ¡Parad, parad! ¡Nos rendimos!- gritaron fuera de sí los demonios.
– Está bien- dijo entonces Momotaro- Os dejaremos vivir a cambio de dos condiciones: la primera, que a partir de ahora no os acerquéis nunca más a mi aldea, y la segunda, que me devolváis todo lo que le robasteis a mi gente.
Los demonios, que estaban realmente acorralados, accedieron. Momotaro comenzó a llenar bolsas de dinero y joyas que los demonios guardaban de sus robos a la aldea. Regresó junto con los animales.
Al verles llegar, los habitantes de la aldea rompieron en un sonoro aplauso.
– ¡Lo ha logrado! ¡Momotaro lo ha conseguido!
– Lo hice gracias a mis amigos- respondió él con humildad.
Desde entonces, Momotaro pasó a ser un héroe legendario en el país. Alguien que supo liberar a su pueblo del mal y devolver la paz y la felicidad a toda su gente, con valentía, inteligencia y humildad.
Qué temas podemos trabajar con la leyenda de Momotaro, el niño japonés
Utiliza esta preciosa leyenda japonesa de ‘Momotaro’ para reflexionar sobre todos estos temas:
- El valor de la cooperación.
- La bondad de corazón.
- El coraje y la generosidad.
- La inteligencia para resolver problemas.
- El valor de la humildad.
- Los deseos del corazón se cumplen.
- La gratitud ante los gestos de generosidad que nacen del corazón.
Reflexiones sobre la leyenda de Momotaro, el niño melocotón
¿Te has dado cuenta de la cantidad de leyendas japonesas que nos hablan del amor filial entre padres e hijos? ¿Del deseo concedido de tener un hijo? En esta leyenda, Momotaro hace realidad el máximo deseo de una pareja que no había podido tener descendencia, demostrando que no hay nada imposible, y que los designios del destino nos dan muchas sorpresas. Pero esta historia comparte muchas más reflexiones…
- La unión hace la fuerza: Momotaro no hubiera conseguido derrotar a los demonios si no es por la ayuda de sus nuevos aliados, que no hicieron más que mostrar su gratitud por el trato recibido. La generosidad nace de la bondad. Pero a la larga, esa generosidad es devuelta en forma de gratitud por quienes la recibieron. La actitud de Momotaro consigue la fidelidad y el respeto de sus nuevos compañeros.
- Los grandes logros se consiguen desde la humildad: Los héroes no son personas narcisistas y prepotentes. Los verdaderos héroes muchas veces son anónimos, desconocidos. Pero su coraje y sus grandes cualidades humanas les hacen únicos. La humildad consigue que alguien destaque de entre el resto. Y es que los grandes logros suelen conquistarse desde la humildad.
Una reflexión más sobre la leyenda de Momotaro
- La buena educación: ¿Alguna vez te paraste a pensar en qué consiste una buena educación? En Momotaro, la pareja de ancianos educa a su hijo no en las habilidades físicas o intelectuales, sino en valores, en valores esenciales. Es lo que ayuda a que Momotaro sea tan querido entre todos sus vecinos.
La bondad abre puertas, y aunque muchas veces nos haga caer al toparnos con personas que se aprovechan de ella, al final del camino será la mayor virtud con la que llegaremos a nuestra meta. Momotaro, que nace del amor, demuestra que lo imposible no existe y que los verdaderos héroes se gestan en los valores esenciales.
«Los grandes héroes, las grandes hazañas, nacen desde la humildad»
— (Reflexiones sobre la leyenda de Momotaro, el niño melocotón)
Otras preciosas historias japonesas para descubrir
Si te gustó la leyenda de Momotaro, descubre también estos otros relatos japoneses. ¡Te van a encantar!
- El espejo: Esta leyenda nos habla del amor y el vínculo que unen a las madres con sus hijas. ¡Sorprendente!
- El cortador de bambú y la princesa de la luna: Un anciano cortador de bambú descubre mientras trabaja a una hermosa niña nacida de un rayo de luna. Desde entonces, pasa a ser esa hija que siempre soñó tener. Descubre esta bella historia que también nos habla de libertad y autonomía.
- El sennin: Un cuento japonés que nos recuerda que cualquiera de nuestros deseos puede cumplirse si tenemos fe verdadera.
Y recuerda que muchas de las leyendas también puedes escucharlas a través de los podcast de Tucuentofavorito.com. Encontrarás el canal de podcast en Spotify y en Ivoox.