Esta antigua leyenda, ‘El boomerang y la luna’, explica el origen de la luna de una forma muy original, pero también nos habla de vanidad, prepotencia y por supuesto, de humildad. Una gran lección y un relato originario de los indios aborígenes de este hermoso país.
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La extraña historia australiana del boomerang y la luna
Cuentan los más ancianos del país australiano que hace mucho, pero que mucho tiempo, antes incluso de que existiera el hombre, Byamee, el Gran Espíritu según los australianos, escuchó hablar un buen día a estos cuatro animales: el águila, el canguro, el koala y el emú. Discutían acerca de sus virtudes y sus inmensos poderes, asegurando ser más veloces y fuertes que el mismísimo Byamee.
– Soy la más poderosa, mucho más que el Gran Espíritu- decía con fanfarronería el águila.
– De eso nada. Eso es porque no me viste trepar. Puedo llegar a lo más alto en nada de tiempo- decía el koala.
– Ninguno puede brincar como yo lo hago. Podría alcanzar el cielo si quisiera- dijo el canguro.
– El más fuerte y veloz soy yo, sin duda- apostilló el emú- Dejad ya de decir tonterías. Nadie podría ganarme en una carrera.
El Gran Espíritu Byamee decidió intervenir:
– ¿De verdad pensáis que podéis llegar más alto de lo que yo soy capaz de llegar? ¿O correr tan rápido que podríais perderos de mi vista?
Los animales, lejos de retractarse, siguieron manteniendo lo que acababan de decir. Así que Byamee les retó a competir contra él.
La competición de ‘El boomerang y la luna’
El primero fue el canguro. De un salto, casi alcanza la copa de un árbol. Más allá fue el águila, que comenzó a volar tan alto, que solo podía verle Byamee.
El emú, por su parte, comenzó a correr a tal velocidad, que en nada dejaron de verlo (salvo Byamee, claro). Y el koala subió a lo más alto de un árbol en tiempo récord.
Los animales ya habían demostrado todas sus habilidades. Ahora esperaban impacientes la demostración de Byamee. El Gran espíritu se dirigió entonces hacia una hoguera encendida. Escogió una de las ramas que ardían, ligeramente curvada en forma de boomerang.
Tomó impulso y la lanzó con tanta fuerza hacia el cielo, que llegó lejos, lejos, muy lejos. Y allí se quedó, luciendo en lo más alto del firmamento para siempre. Y así es cómo la luna llegó al cielo.
Qué temas puedes trabajar con esta leyenda del boomerang y la luna
Más allá de la original historia sobre el origen de la luna, esta leyenda, ‘El boomerang y la luna’, también nos invita a reflexionar acerca de:
- La vanidad.
- El valor de la humildad.
Reflexiones sobre El boomerang y la luna
Nadie es más ni menos que nadie. Todos tenemos virtudes y defectos. La gran lección de humildad que el Gran Espíritu les dio a nuestros animales protagonistas de esta leyenda del boomerang y la luna sirve para reflexionar acerca de este gran valor esencial:
- No presumas de tus virtudes: La prepotencia o vanidad nos lleva a veces a presumir de nuestras grandes virtudes, sin darnos cuenta de que esas virtudes no nos hacen mejores que otros. Cada cual tendrá las suyas, igual de valiosas. No significa esconderlas, por supuesto. Simplemente, no alardears de ellas de forma prepotente. Es lo que Byamee quiso que entendieran con esta lección del boomerang y la luna.
- La luna que nace del fuego: Esta leyenda, además de hablar de la humildad como escudo protector frente a la vanidad, ofrece un curioso origen de la luna. Y en esta historia del boomerang y la luna, lo relaciona con dos cosas: el fuego y una lección de humildad. Según esta leyenda, la luna nace del fuego, de una rama con forma de boomerang, y se queda en lo más alto del cielo suspendida para recordarnos que ninguno de los seres que habitamos la Tierra somos más poderosos que la Naturaleza en sí y el Dios que la creó.
«Vosotros podréis correr mucho, saltar, escalar o volar por encima de las montañas, pero yo soy capaz de crear esos árboles que escaláis, esa montaña que sobrevoláis, esa Tierra por donde corréis…», parece decir Byamee en esta historia. La lección del Gran Espíritu, por lo tanto, fue recordarles a todos los animales que presumían de sus virtudes, que todos en realidad son similares entre sí. Cada cual con su gran habilidad, pero iguales. Que forman parte de un Todo y que ese Todo ha sido creado por alguien más poderoso que todos ellos.
«Nadie es más ni menos que nadie. Aprovechemos nuestras virtudes y habilidades sin presumir de ellas»
(Reflexiones de ‘El boomerang y la luna’)
Más leyendas sobre la Naturaleza
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- El sol rojo: Esta leyenda de Paraguay nos cuenta el origen del atardecer. En esta ocasión, está relacionada con una historia de amor.
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