Cuidado con la confianza que nos puede llegar a hacer imprudentes… Esta fábula corta originaria de china (de Liu Zongyuan) , ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’, nos recuerda precisamente que no podemos extrapolar una experiencia particular al resto. Y por supuesto, que nunca debemos dejar de ser prudentes (y algo desconfiados) con los desconocidos.
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La fábula china de La ingenuidad del pequeño ciervo
Un buen día, uno de los habitantes de Linjiang, capturó en el bosque un pequeño ciervo que andaba solo y desorientado entre los árboles. «Probablemente su madre murió», pensó el hombre.
Decidió llevarlo a su casa para salvarlo de los depredadores. En cuanto llegó, sus perros acudieron contentos a recibir al nuevo ‘inquilino’. El cervatillo se apartó asustado. Nunca había visto animales de ese tipo.
El hombre, temeroso de que le hicieran daño, decidió apartar a los perros. A todas partes llevaba al pequeño ciervo con él, para que los perros entendieran que era bien recibido y querido en la casa.
Poco a poco, el pequeño ciervo fue acercándose a los perros y comenzó a jugar con ellos. Y pronto se hicieron buenos amigos. A todas partes iban juntos. El pequeño cervatillo, de hecho, se sentía uno más de la ‘manada’.
Pasó el tiempo y el pequeño cervatillo se convirtió en un ciervo joven y esbelto. Un día, salió junto a sus amigos los perros a la calle. Y de pronto vio a otro grupo de perros callejeros al otro extremo de la calle. Su instinto le llevó a correr hacia ellos, deseando jugar y hacer nuevos amigos. Pero los perros, lejos de acogerlo como hicieron en su día los de aquel buen hombre que le salvó en el bosque, se le echaron encima y le dieron una buena paliza. El pobre ciervo no entendió qué había pasado.
Moraleja: «Nunca te fíes de extraños, ni te dejes llevar por la confianza que aprendiste en experiencias pasadas».
(‘La ingenuidad del pequeño ciervo’ – Liu Zongyuan)
Qué temas puedes trabajar con la fábula ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’
Utiliza esta fábula china de ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’ para reflexionar acerca de:
- La prudencia.
- Por qué no debemos dejarnos llevar por la ‘confianza’ con extraños.
- La ingenuidad.
- El valor de la empatía.
- La bondad.
- El peligro de la sobreprotección de los hijos.
Reflexiones sobre esta fábula de ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’
El exceso de confianza nos lleva a cometer grandes errores. Tendemos a ‘imaginar’ la bondad de otros sin darnos cuenta de que ante lo desconocido nunca debemos bajar la guardia:
- La bondad del hombre: Podríamos dividir esta fábula de ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’ en dos partes. La primera tendría que ver con la bondad y la empatía como condición del hombre y de los animales que acogen al cervatillo. La persona que encuentra al ciervo en mitad del bosque. No duda en ponerlo a salvo y llevarlo a su propia casa, en un gesto de caridad y empatía que le honra. Además, le protege de sus otros animales y les enseña a querer y cuidar del pequeño ciervo.
Sin embargo, la segunda parte de esta fábula nos ofrece la cara más cruel de la Naturaleza, que también, cómo no, podemos encontrarla en los hombres. No siempre impera la bondad. Los perros callejeros, que no trataron con el ciervo cuando era pequeño, ven ante sí un enemigo potencial, y deciden atacarlo por miedo a su vez a ser atacados por él.
«Que la inocencia y la ingenuidad no te hagan olvidar la necesidad de ser prudente.»
— (Reflexiones sobre ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’)
Más reflexiones sobre ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’
- La inocencia que nos hace daño: En realidad, el principal error del ciervo al salir de la casa junto con sus amigos los perros fue la ingenuidad. Su inocencia y falta de información sobre el mundo que le rodea le llevó a pensar que todos los perros eran como sus amigos. Por eso se dice que es tan peligrosa la sobreprotección de los hijos. Aislarlos de la realidad, privarlos de la información del riesgo y los peligros que nos rodean, les hacen tan ingenuos y vulnerables como el ciervo de esta fábula de ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’.
El pequeño ciervo no sabía que los perros también podrían ser el enemigo… No sospechó nada y por ello, su instinto de prudencia no se activó a pesar de encontrarse con desconocidos.
- La utilidad del miedo a lo desconocido: Tendemos a pensar que el miedo es una emoción negativa que nos bloquea, pero no siempre es así. El miedo a lo desconocido, por ejemplo, es necesario, porque nos permite ser prudentes y nos ayuda a protegernos contra ‘el enemigo potencial’.
Si en ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’, nuestro protagonista, ya siendo ciervo adulto, hubiera sentido miedo ante los perros desconocidos, no se habría acercado a ellos con la intención de jugar. El sentido de la prudencia le hubiera llevado a mantener a cierta distancia, observar y valorar si aquellos animales podrían ser amigos o más bien, enemigos.
«El miedo es una emoción necesaria que nos ayuda a ser prudentes ante lo desconocido.»
— (Reflexiones sobre ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’)
Otras fábulas chinas para reflexionar
Si te gustó la fábula de ‘La ingenuidad del pequeño ciervo’, prepárate también a disfrutar de estas otras fábulas chinas. Todas incluyen reflexiones sobre el mensaje o mensajes que transmiten.
- La astucia del cazador: Las argucias que utilizan las mentiras no suelen tener el mismo buen resultado que el esfuerzo y la sinceridad. Puede que en algunas ocasiones parezca un ‘camino rápido’ para conseguir ciertos resultados, pero a la hora de la verdad, puede meternos en grandes problemas. Esta metáfora nos habla precisamente de esto.
- El señor que amaba los dragones: ¿Cuántas veces no nos habremos sentido decepcionados al comprobar la realidad de un sueño o deseo que teníamos? Una cosa es el amor platónico e idealizado y otra, la realidad.
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Y recuerda que también puedes escuchar numerosas fábulas cortas narradas que te ayudarán a reflexionar. Busca entre todas estas: