Cuando por soberbia rechazamos aquello que en realidad deseamos, puede que terminemos perdiéndolo para siempre. Es lo que viene a decirnos ‘La garza real’, una fantástica fábula del francés Jean de La Fontaine. Aquí encontrarás el texto de esta fábula corta, su versión en verso y reflexiones sobre los mensajes que transmite.
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La fábula corta La garza real, de Jean de La Fontaine
Caminaba una garza real cerca de un río, con sus elegantes plumas gris perla y el cuello bien estirado. ¡Menudo porte tenía! Todos los animalillos la miraban al pasar. Y ella, sabiendo el interés que despertaba, se estiba aún más.
De pronto vio ante sí un apetitoso sollo. Nadaba junto a una carpa. Desde luego, eran unos peces muy codiciados. Pero en ese momento no tenía hambre, y decidió dejarlos pasar.
Poco después empezó a notar apetito y se acercó al río, pero entonces solo vio vulgares tencas.
– Vaya, la verdad es que tengo algo de hambre, pero ¿cómo iba una garza real a comerse una simple tenca, con lo vulgar que es ese pez?
Así que la garza real prefirió esperar. Pasaron las horas y de nuevo volvió a acercarse al río. Esta vez, vio asomarse a un gobio.
– ¡Peor aún!- protestó la garza real- ¡Si daba por vulgar a la tenca, ni qué decir de este simple gobio! No dejaría que ningún animal me viera con este alimento en el pico.
Se alejó hambrienta la garza, pero al cabo de un rato, ya no pudo más, y sin pensarlo más, se comió un pequeño caracol que vio entre los arbustos.
Moraleja: «Quien quiere ganar mucho, corre el riesgo de perderlo todo. Y quien rechaza lo que tiene por simple soberbia, terminará agachando la cabeza cuando la necesidad apriete».
(‘La garza real’ – Jean de La Fontaine)
La versión en verso de La garza real, de Jean de La Fontaine
Aquí tienes la versión rimada de esta fábula, la que en su día escribió el fabulista francés:
Un pájaro zancudo, largo de pico y cuello,
(de la garza real hablo),
iba en cierta ocasión costeando un río.
El agua estaba clara, el río muy tranquilo,
y el sollo con la carpa, aquí y allá nadaban dando giros.
La garza por entonces podría haber comido
cualquiera de los dos apetitosos peces,
pero prefirió esperar a tener más apetito.
Pero de ahí a algunos momentos, la gana sobrevino.
y volvió a acercarse a la plácida orilla del río.
Vio cómo iban saliendo de los húmedos sitios hermosísimas tencas,
pero no le agradaron, y prefirió aguardar mejor pasto.
– ¡Comer yo tencas!- dijo- Yo, la garza real, comer unos manjares tan mezquinos!
Salió entonces el gobio.
– ¡Qué hastío! ¿Yo gobio? ¡Ni pensarlo! ¿Para eso debería yo abrir mi pico?
Pues lo abrió para menos, porque la suerte quiso que no volviera a salir
ningún otro pescado, ni grande ni chico.
Le apretó el hambre, y al final tuvo que comerse un pequeño caracol
que encontró de casualidad en el camino.
Moraleja: «Conviene que no seamos tan mal ‘contentadizos’. Los que más se acomodan, son siempre los más hábiles. Quien quiere ganar mucho, corre riesgos excesivos de perder lo que tiene. Y en ser muy desdeñosos, hay peligro».
(La garza real – Jean de La Fontaine)
Qué temas podemos trabajar con la fábula de ‘La garza real’
Utiliza esta fantástica fábula corta de Jean de La Fontaine para reflexionar acerca de:
- La soberbia.
- El valor de la prudencia.
- Por qué debemos contentarnos tantas veces con lo que se nos ofrece.
- La vanidad.
Reflexiones sobre la fábula La garza real
Esperar puede estar bien en determinadas ocasiones. Pero rechazar lo que se nos presenta como una oportunidad porque creemos que no es el momento o simplemente esperamos algo mejor, tiene sus riesgos. Puede que al final no volvamos a tener la oportunidad que rechazamos.
- Más vale pájaro en mano: ¿Conoces este refrán español tan popular? Nos recuerda que ante una oportunidad, es mejor que la aprovechemos por si acaso no vuelve más. El refrán completo dice: ‘Más vale pájaro en mano, que ciento volando’.
Las oportunidades pueden alejarse. Lo que tenemos al alcance de la mano, es como una señal que nos dice ‘venga, ahora o nunca’. ¿Significa eso que nos tenemos que contentar con cualquier cosa? No. Debemos aprender a diferenciar y apreciar el límite de lo que queremos y deseamos (pero rechazamos pensando que algo mejor está por venir) de lo que tenemos a nuestro alcance pero en realidad ni lo deseamos ni lo necesitamos.
«Las oportunidades no siempre aparecen dos veces. Aprende a aprovecharlas en el momento oportuno.»
— (Reflexiones sobre ‘La garza real’)
Más reflexiones sobre la fábula La garza real
- Cuidado con la soberbia: La primera vez, la garza real rechazó un apetitoso manjar porque no tenía hambre. No pensó que tal vez más tarde no podría comer. Una falta de prudencia que le salió bien cara. Pero en realidad lo peor fue la soberbia que le llevó a rechazar unos peces que no creía ‘de categoría’, a pesar de tener apetito.
La garza real era tan vanidosa que no podía ‘arriesgarse’ a perder esa imagen de ‘fina y elegante’. Si los otros animales le veían comer un pez común, ella creía que pensarían que no era tal su categoría. Por soberbia prefirió pasar hambre a comer un pez simple y otros animales le señalaran.
- Al final la necesidad aprieta: Como has visto, la garza real terminó comiendo algo más simple aún que una tenca o un gobio. Tuvo que contentarse al fin con un pequeño caracol, pues los peces dejaron de salir a la superficie y el hambre le obligó a comer lo primero que estuvo a su alcance. La necesidad es una cura instantánea de la vanidad y la soberbia.
«La necesidad es una buena cura de humildad para la soberbia.»
— (reflexiones sobre ‘La garza real’)
Otras fantásticas fábulas de La Fontaine para leer con los niños
Si te gustó la fábula de La garza real, prueba a leer también estos otros relatos cortos del fabulista Jean de La Fontaine:
- Las mulas de carga: Esta fábula nos habla de las consecuencias de la prepotencia o ‘fanfarronería’. Cuidado con ello, que a menudo la vida después nos da una soberana lección de humildad.
- Los tábanos y las abejas: En esta ocasión, La Fontaine nos habla de las mentiras y la habilidad que tienen para camuflarse bajo la máscara de la verdad. De ahí la importancia de aprender a desconfiar y a ser prudentes.
- La cigarra y la hormiga: Todo un clásico que nos habla del esfuerzo y el trabajo pensando en un medio y largo plazo. Y por supuesto, las recompensas al sacrificio y la perseverancia.
Y recuerda que también puedes escuchar muchas fábulas narradas en forma de podcast. Busca entre todas estas: