El zorro y la perdiz, una fábula popular de Chile sobre la ingratitud

Descubre esta fábula anónima, originaria de Chile, ‘El zorro y la perdiz’, que nos habla de la importancia que tiene el valor de la gratitud, y las consecuencias de ser ingrato y no cumplir nuestras promesas. No te pierdas esta divertida fábula y sus reflexiones finales.

TIEMPO DE LECTURA: 5 MINUTOS

La fábula chilena ‘El zorro y la perdiz’

Fábula de Chile: El zorro y la perdiz
La fábula ‘El zorro y la perdiz’

Existe una historia muy antigua que el pueblo mapuche, del sur de Chile, ha contado a lo largo de los tiempos. Se trata de una fábula que gira en torno a un zorro y una perdiz.

Existió una vez un zorro, que habitaba precisamente la zona del pueblo mapuche. Pues este animal tenía un problema: cantaba tan mal, que ninguna zorra quería casarse con él. Y el pobre animal, deambulaba de un lado para otro cual alma en pena…

– ¿Qué puedo hacer?- se preguntó un día, pues no quería quedarse soltero el resto de su vida- ¡Ya lo tengo! ¡Buscaré el cantante más experto para que me enseñe! ¿Quién podría ser? Los ciervos no… además, no querrían acercarse a mí… Los insectos tampoco… Umm… ¡Ya lo tengo! ¡La perdiz!

Así que el zorro se fue en busca de la perdiz moteada, contento, entusiasmado ante la idea de poder aprender a cantar. Llegó cansado pero con mucha ilusión hasta la vivienda de la perdiz. El ave, que estaba tan tranquila preparando su comida, se asustó al escuchar los golpes en la puerta y ver la cara anaranjada del zorro por la mirilla.

– ¿Qué quieres?- le preguntó temblorosa.

– No tengas miedo, que vengo a pedir un favor. Abre, que no te haré nada.

La perdiz no sabía si fiarse o no, pero ante la cara de pena del zorro, terminó dejándole pasar.

El zorro y la perdiz: cómo la perdiz solucionó el problema

– Verás, amiga- dijo entonces el zorro- Tengo un problema enorme: como canto mal, no encuentro compañera que quiera estar a mi lado…

– Vaya, normal que cantes mal- dijo entonces la perdiz- Tienes una boca demasiado grande.

– Vaya, pero eso no tiene solución- dijo entonces llorando el zorro.

– Bueno, se me ocurre una idea- soltó entonces la perdiz- Pero no trabajo gratis…

– Por eso no te preocupes. Te pagaré lo que quieras… joyas, comida, lo que me pidas.

– Bueno, pues espera un momento que vengo enseguida- dijo mientras salía de la habitación la perdiz.

Al rato regresó con su cesta de costura. El zorro, al ver aquello, se asustó.

– Pero, ¿qué vas a hacer con eso?

– No tengas miedo. ¿No te has dado cuenta de que los animales que mejor cantan tienen la boca pequeñita? Pues haremos una reducción de boca cosiendo los laterales.

El zorro estaba tan desesperado, que accedió.

– ¡Ay, que duele mucho!- gritó el animal ante el primer pinchazo.

– Quien algo quiere, algo le cuesta… no seas quejica y aguanta un poco- respondió la perdiz.

El zorro aguantó como pudo los pinchazos y al cabo de un rato, la perdiz dijo orgullosa:

– ¡Listo! Ahora estás mucho más guapo, con una boquita de piñón, y seguro que al fin cantas bien.

El zorro entonó una melodía para probar… ¡Qué bien sonaba! Al fin podía decir que sabía cantar.

La ingratitud del zorro le pasa factura…

– Bien, y ahora, debes pagarme– dijo la perdiz.

– ¿Pagarte yo? ¿Con el daño que me has hecho? ¡Ni hablar! Bastante tienes con que no te coma ahora mismo- dijo amenazante el zorro.

La pobre perdiz, asustada, salió volando por la ventana, mientras el zorro se fue de la casa totalmente satisfecho.

Un día después, la perdiz se encontró al zorro durmiendo junto a un camino, y decidió vengarse de él. Se acercó sigilosa, puso su pico junto a la oreja del zorro y tomando mucho aire, gritó con todas sus fuerzas.

El zorro se pegó tal susto, que dio un tremendo brinco y gritó abriendo mucho, mucho, la boca. Tanto, que se soltaron de golpe todos los puntos, rasgándose más aún su boca. ¡Ahora la tenía más grande que antes!

La perdiz se fue satisfecha mientras el zorro la observaba con remordimientos. ‘Si no hubiera sido tan desagradecido’, pensó, ‘esto no habría pasado’. Y el zorro se quedó por siempre solo, sin pareja.

Moraleja: «Si no muestras gratitud hacia quien te ayudó, puede que aquello que conseguiste, termine desapareciendo»

(‘El zorro y la perdiz’ – Fábula chilena)

Qué temas puedes trabajar con la fábula del zorro y la perdiz

Utiliza esta fábula de Chile, ‘El zorro y la perdiz’, para reflexionar acerca de:

  • La resolución de problemas.
  • El valor de la gratitud.
  • La confianza.
  • Por qué debemos cumplir nuestra palabra.
  • El ingenio.
  • Las mentiras.
  • El arrepentimiento.

Reflexiones sobre la fábula del zorro y la perdiz para niños

Las promesas deben cumplirse, o ese incumplimiento nos pasará factura… Esta fábula del zorro y la perdiz nos habla de la importancia de un valor que tantas olvidamos: el de la gratitud.

  • Por qué el valor de la gratitud es importante: La gratitud es un valor esencial que se aprende, aunque el sentimiento de gratitud suele ‘salir de dentro’. Alguien hace algo importante por nosotros y el deseo es el de corresponder ayudándole a él de alguna forma. En este caso, en ‘El zorro y la perdiz’, el zorro no sólo no sintió ese sentimiento de gratitud, sino que además, su soberbia le hizo amenazar a la pobre perdiz, quien asustada, terminó por alejarse.

Sin embargo, no siempre el más fuerte se sale con la suya… el ingenio de la perdiz le ayudó para tomarse su particular ‘venganza’. La ingratitud puede generar rencor y hasta un sentimiento de venganza muy peligroso.

  • La importancia de cumplir las promesas y las mentiras: El zorro de esta fábula del zorro y la perdiz se había comprometido en pagar al ave, y sin embargo, el zorro le engañó. Las mentiras tarde o temprano terminan pasando factura.

El ingenio de la perdiz fue suficiente. ¿Que el zorro no quería pagar su trabajo? Pues fuera trabajo, Y así, deshizo en un momento todo lo que había hecho, para desesperación del zorro, que consiguió arrepentirse, sí, pero demasiado tarde. Y es que los engaños, las mentiras, nos llevan a cometer actos de los que siempre terminamos arrepintiéndonos, pero cuyo arrepentimiento nunca consigue deshacer aquello que hicimos mal.


«Las mentiras tarde o temprano terminan pasando factura»

— (Reflexiones sobre ‘El zorro y la perdiz’)

Otras fábulas fascinantes sobre la gratitud

Si te gustó esta fábula chilena del zorro y la perdiz, no te pierdas estas otras fábulas que también tratan de lleno el tema de la gratitud.

  • El hombre y la culebra: Aquí tienes una fábula de Esopo que nos habla no sólo de gratitud, o más bien de las consecuencias de la ingratitud, sino también, de justicia.
  • El león y la cigüeña: Esta fábula de la India nos recuerda que debemos ser agradecidos porque nunca sabes si más adelante vas a volver a necesitar a la persona que una vez te ayudó y a la que no supiste valorar.
Fábula del león y la cigüeña
El león y la cigüeña
  • El lobo colgado de un árbol: En esta ocasión te ofrecemos una fábula popular de Francia que de nuevo nos explica las consecuencias de la falta de gratitud y del incumplimiento de nuestras promesas.

¿Sabías que también puedes escuchar fábulas narradas mediante podcast? Las encontrarás en el canal de podcast de Tucuentofavorito.com en Spotify y también en el de Ivoox. Prueba con todas estas:

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Publicado por Estefania Esteban

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Soy Estefania Esteban y soy periodista y escritora de literatura infantil.

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