El propio esfuerzo. Un cuento corto para reflexionar

Este cuento corto, ‘El propio esfuerzo’, nos anima a reflexionar acerca de las recompensas al esfuerzo y la necesidad de ‘quejarse menos’ y dar forma a nuestros deseos por medio de un proyecto para conseguir nuestras metas. Es un relato muy corto, que esconde sin embargo, una importante moraleja. Más abajo encontrarás las reflexiones sobre el mensaje que transmite.

El cuento ‘El propio esfuerzo’, para niños, adolescentes y adultos

El cuento 'El propio esfuerzo'
El cuento ‘El propio esfuerzo’

Observaba un joven desde un puente, con mirada afligida, a un grupo de pescadores. Poco a poco, sus cestas se iban llenando de peces.

– ¡Ojalá tuviera yo esa cesta llena de peces! Podría venderlos en el mercado y comprar más alimentos con el dinero que me dieran por ellos…

Entonces, preguntó a uno de ellos:

– ¿Cuántos peces llevas?

– ¡48!- gritó el pescador desde el embarcadero.

El joven comenzó a soñar con todo lo que podía conseguir con tantos peces…

– Si fueran míos, sería feliz, porque podría venderlos para conseguir más comida- respondió el joven en voz alta.

El viejo pescador se acercó a él entonces y le dijo:

– Yo te daré esta misma cantidad de peces si me haces un favor… Debo ir al pueblo a hacer un recado. Solo tienes que quedarte aquí sujetando bien la caña y sacando los peces que vayan picando…

Por supuesto que aceptó el joven y se instaló en el lugar del pescador. Comenzó a pasar el tiempo, más del que imaginaba él. El joven, que empezaba a impacientarse y a cansarse un poco de pescar, cambió de actitud al comprobar que los peces empezaban a picar.

¡Qué contento se puso! No dejaba de sacar peces y más peces. Y entonces apareció el anciano. Miró el cesto y sonrió con satisfacción:

– Veo que lograste todos los peces que ansiabas. Tuyos son, pues yo cumplo mis promesas. Y te daré un último consejo: cuando veas a otros conseguir con esfuerzo lo que tanto deseas, no malgastes tu tiempo en ilusiones y deseos… ¡lanza tú mismo el anzuelo y ponte a pescar!

Qué temas puedes trabajar con el cuento ‘El propio esfuerzo’

Es evidente que este cuento, ‘El propio esfuerzo’, nos habla de:

  • El valor del esfuerzo y sus recompensas.
  • Las fantasías e ilusiones que nos hacen sufrir.
  • La paciencia y la perseverancia.
  • Los buenos consejos.
  • La honestidad: las promesas, se cumplen.

Reflexiones sobre le cuento ‘El propio esfuerzo’

Sin duda, no hay recompensas sin esfuerzo. Sí, a veces la suerte nos sonríe y obtenemos de pronto muchos bienes sin esforzarnos, pero esto no suele ser lo más normal… y por supuesto, todo lo que llega sin esfuerzo no se valora de la misma manera:

  • La dulce recompensa del esfuerzo: En este cuento del propio esfuerzo, el joven protagonista se pasaba el día observando lo que otros conseguían con su esfuerzo, y deseaba tener lo mismo que tenían ellos, sin darse cuenta de que estaba al alcance de su mano, pero que para conseguirlo, más allá de desearlo, debía ponerse ‘manos a la obra’. Todo lo que nos llega a través del esfuerzo ilusiona más, nos llena más y nos hace felices, porque son frutos que recogemos de lo que nosotros mismos invertimos, un reconocimiento a lo que valemos. No es lo mismo que el sentimiento que surge al recibir algo de forma gratuita o inesperada. Por supuesto que ilusiona, claro, pero en el fondo somos conscientes de que es un regalo, no algo que hayamos conseguido nosotros mismos. No enriquece del mismo modo ni acrecienta nuestra autoestima y amor propio.
  • Paciencia y perseverancia para conquistar tus sueños: Las cosas no llegan deprisa, en el primer momento, al primer intento. Para conseguir una meta, es indispensable, además del esfuerzo, grandes dosis de paciencia y perseverancia. En el caso de este cuento, ‘El propio esfuerzo’, el joven al principio se impacientaba, al comprobar que pasaba el tiempo y el pescador no regresaba. Cambió al perseverar, al decidir seguir adelante, y al darse cuenta de que comenzaba a recoger los primeros frutos de su esfuerzo.

«No pierdas el tiempo soñando… ¡actúa!»

(Reflexiones sobre el cuento ‘El propio esfuerzo’)

Más reflexiones sobre el cuento del propio esfuerzo

  • No imagines ni desees… ¡actúa!: El buen consejo del pescador podría ser la moraleja de este cuento de ser una fábula. Por mucho que desees algo, si no actúas, lo más probable es que nunca lo consigas. Antes de perder el tiempo soñando, lo mejor es actuar cuanto antes.
  • La honestidad del pescador: Las promesas, se cumplen. En ‘El propio esfuerzo’, uno de los dos protagonistas, el pescador, le da dos buenas lecciones al joven afligido. Una de ellas, ya la hemos visto, es que con esfuerzo pueden conseguirse nuestros sueños o deseos. Y la otra tiene que ver con el valor de la honestidad. Las promesas deben cumplirse para generar confianza en los demás.

Otros geniales relatos sobre el valor del esfuerzo

Si quieres profundizar aún más en este importantísimo valor del que nos habla el cuento ‘El propio esfuerzo’, prueba a leer también todos estos otros relatos, que por supuesto, incluyen, reflexiones finales sobre los mensajes que transmiten:

  • La cigarra y la hormiga: Todo un clásico entre las fábulas más populares de Esopo, que nos habla del esfuerzo frente a la pereza. En este caso, nuestros dos protagonistas son una hormiga y una cigarra.
  • La abeja haragana: En esta ocasión, este cuento de Horacio Quiroga, nos advierte de las consecuencias de la pereza frente al trabajo y el esfuerzo.
Cuento infantil sobre el esfuerzo: La abeja haragana
La abeja haragana, un cuento para niños con valores
  • El arte de la caligrafía: Este cuento popular chino también recuerda que en el aprendizaje son muy importantes el esfuerzo, la paciencia y la perseverancia.

Y recuerda que también puedes encontrar cuentos narrados que tratan sobre este valor en el canal de podcast:

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Publicado por Estefania Esteban

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Soy Estefania Esteban y soy periodista y escritora de literatura infantil.

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2 comentarios

  1. Muy buena las lecturas, ojalá se pudiera encontrar el masificarlas porque mucha falta nos hace en este sistema que nos obliga a consumir lo superfluo e inclusive muchas veces lo dañino. Saludos

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