Esta preciosa leyenda maya, ‘El pájaro dziú’, cuenta la historia de un pájaro cuyo coraje y valentía sirvió para salvar al maíz del fuego y lograr con ello que el hombre no perdiera este alimento para siempre. Una historia muy antigua que nos llega desde México y que explica también por qué este pequeño pájaro no tiene que construirse un nido para poner sus huevos.
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La increíble leyenda maya del pájaro dziú
Cuentan que hace mucho, pero que mucho tiempo, el dios de la lluvia, Chaac, decidió un día pasear por los campos de la Tierra. Entonces se dio cuenta de lo débiles que eran las cosechas.
– ¡Están muy secas! ¡No podrán resistir mucho tiempo!- pensó asustado. ¿Qué podía hacer para arreglarlo? ¡Ya lo tengo! Las quemaré todas. Y una vez que la tierra se haya regenerado, las plantas nacerán mucho más fuertes.
Para poner en marcha su plan necesitaba a los pájaros, así que mandó llamar a todos y les dijo:
– Os necesito. Debéis buscar las semillas de todos los cultivos y protegerlas. Quemaré todas las plantas, y cuando la tierra sea de nuevo fértil, debéis plantar de nuevo las semillas para que las cosechas crezcan fuertes.
Los pájaros asintieron muy contentos, felices de poder ser útiles. Entre todos ellos, estaban el dziú, un pájaro con plumas de colores y ojos color café, y el toh, un pájaro negro con una larga y hermosa cola. Ambas aves pensaron en salvar la misma semilla. El dziú se dijo:
– Debo salvar la semilla del maíz, pues es la planta más importante para el hombre.
El toh, por su parte, pensó:
– Si consigo salvar la semilla del maíz, todas las demás aves, me admirarán.
El toh empujó al dziú para salir antes que él, al darse cuenta de que tenían el mismo objetivo. Al dziú no le importó demasiado. Se levantó y siguió su camino.
De cómo el pájaro dziú logró su objetivo
El toh, ansioso por llegar el primero, voló muy deprisa. Ya se veía el fuego y los pájaros ya estaban recogiendo otras semillas. Pero el maíz estaba lejos… Volaba tan rápido el toh, que antes de llegar, se sintió tan cansado, que decidió parar un poco, pero sin darse cuenta, se durmió.
El resto de aves, que apenas podían ver al toh, comenzaron a pisar su larga cola. Tanto, que solo le quedó al pájaro un par de plumas… Cuando despertó, vio el estropicio de su cola, pero decidió seguir adelante en busca de la semilla del maíz. Sin embargo, las llamas eran muy intensas y apenas podía verse la plantación. ¿Cómo iba a llegar hasta allí sin quemarse las plumas? Decidió entonces rescatar la semilla de una planta que tenía cerca y suponía menos peligro: el del tomate verde.
En ese momento llegó el dziú. Vio las llamas, y aún así, pensó en la importancia de esa planta para el hombre. Decidió adentrarse en medio de aquella humareda y a pesar del riesgo, logró rescatar la semilla del maíz.
Por culpa del fuego, el cuerpo del dziú se tornó en un gris oscuro… y se había acercado tanto a las llamas, que sus ojos se volvieron rojos. Los ojos del toh, por su parte, mudaron a un color verde, como el de los tomates cuya semilla rescató.
Las aves, asombradas por el coraje del dziú, decidieron premiarle: desde ese momento, acordaron, podría poner los huevos en el nido el pájaro que quisiera, y ellos los cuidarían en su nombre. De esta forma, el pájaro dziú no tiene que preocuparse de construir ningún nido para sus huevos.
Qué temas puedes trabajar con la leyenda del pájaro dziú
Utiliza esta leyenda maya del pájaro dziú, que salvó el maíz, para reflexionar sobre:
- La generosidad.
- El valor de la solidaridad.
- La envidia.
- El coraje.
- Los valores de esfuerzo y perseverancia.
- Las distracciones y sus consecuencias.
Reflexiones sobre la historia del pájaro dziú
No es tan fácil ser solidario. A veces implica sacrificio y coraje, algo que no todo el mundo es capaz de ofrecer:
- Dos pájaros, un objetivo, y dos razones diferentes: Si te fijas, en esta historia del pájaro dziú, dos pájaros coincidieron en rescatar la misma semilla, pero ambos por razones diferentes. Mientras que el dziú quería salvar la semilla del maíz por la importancia que tenía para el hombre, el toh solo buscaba el reconocimiento de los demás. Quería que el resto admirara su decisión (por pura vanidad) y para ello estaba dispuesto a hacer cualquier cosa.
- Los métodos que usaron ambos pájaros: En la leyenda del dziú, dos aves buscaban la misma semilla, pero sus razones eran diferentes, como hemos visto, y también el método para conseguir sus metas. El toh decidió volar rápido y poner obstáculos en el camino del otro pájaro para llegar el primero. Es la imagen viva de la envidia, que intenta ‘anular’ al otro para ‘brillar’ más. Sin embargo, al dziú no le importó. No se enfadó ni guardó rencor. Siguió centrado en su objetivo y se basó en el esfuerzo y la perseverancia para llegar a la meta. Lento, pero seguro…
«La verdadera generosidad no puede nacer de la vanidad ni la envidia.»
— (Reflexiones sobre la leyenda del pájaro dziú)
Más reflexiones sobre la leyenda del pájaro dziú
- Una sola distracción: Al final de la carrera, el toh estaba muy cerca de la meta, pero una distracción acabó con todo. El cansancio le pudo y se durmió. Suficiente para que las llamas avanzaran con rapidez y temiera más tarde por su vida. ¿Cómo iba a llegar hasta el maíz con ese fuego? El miedo le pudo y finalmente decidió cambiar de objetivo. En esta leyenda del pájaro dziú nos hablan sin embargo de un valor esencial que nos ayuda a lograr todos nuestros objetivos: el de la perseverancia. Y por supuesto, también nos habla del coraje.
- Sin riesgo, no hay premio: Muchas veces nos quejamos de las dificultades que la vida nos pone por el camino, pero es algo que precisamente forma parte de la vida y que debemos asumir como una prueba para demostrarnos a nosotros mismos que podemos lograr todo lo que nos propongamos. El ‘El pájaro dziú’, de las dos aves que fueron en busca del maíz, solo una decidió arriesgarse y sacrificarse por esta semilla. Fue el ave que pensaba en los demás, en los hombres, y no en sí misma (en el reconocimiento de los otros pájaros).
El dziú no buscaba la semilla de forma egoísta por lo que después podría presumir ante el resto de pájaros. Lo hacía de corazón por los demás. Esta generosidad fue la que le dio fuerza para arriesgarse y mostrar coraje hasta el final.
Una última reflexión sobre la historia del pájaro dziú
- El renacer tras el fuego: Nos quedamos también en esta leyenda del pájaro dziú con este otro mensaje, y es que nada se pierde por completo si actuamos a tiempo y decidimos regenerar aquello que está a punto de morir. Ya lo dice esta frase tan popular: ‘renovarse o morir’. Y es que muchas veces es necesario un cambio drástico para volver a comenzar de cero y hacerlo con más fuerza y mayores posibilidades de éxito.
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