Este precioso cuento corto, El niño y los clavos, nos traslada una gran enseñanza relacionada con el respeto a los demás y con las consecuencias de nuestros actos. El cuento, de autor desconocido, se ha adjudicado en algunos lugares al sacerdote italiano Marco Frisina, que actualmente es maestro de capilla de la catedral de Roma. El cuento nos invita a reflexionar acerca del daño que podemos llegar a hacer a otros con nuestro mal comportamiento.
TIEMPO DE LECTURA: 2 MINUTOS
El precioso cuento corto El niño y los clavos
Había una vez un niño, que vivía en una pequeña aldea y que tenía muy, pero que muy mal carácter. De hecho, el pequeño siempre estaba enfadado con todo el mundo: sus padres, sus hermanos y todos sus amigos.
Su padre, preocupado , decidió darle una pequeña lección, y un buen día, le entregó una bolsa llena de clavos.
– Cada vez que te sientas enfadado, clava uno de estos clavos en la verja que hay detrás de la casa- le dijo.
Y así hizo el pequeño. El primer día, tuvo que clavar más de 30. Ese día todo el mundo le producía enojo, y terminó gritando a sus padres, pegándose con sus hermanos y riñendo con sus amigos. Al día siguiente, clavó otros veinte más. Y el tercer día, solo tuvo que clavar en la verja seis clavos.
Cada día el niño conseguía controlar un poco más sus enfados, y llegó un día en el que el pequeño no clavó ninguno de los clavos.
Su padre le felicitó:
– ¡Bravo! Conseguiste controlar tus enfados. Ahora, cada vez que te sientas bien y feliz, saca uno de los clavos que clavaste en la verja.
El niño y los clavos: la herida
El niño estaba realmente contento. Se sentía tan bien, que en menos de una semana consiguió sacar todos los clavos. Su padre volvió a felicitarle:
– ¿Has visto? Conseguiste quitar los clavos de aquellos enfados y te sientes mucho mejor. Pero ¿Te has fijado en la madera de la verja? ¿Ves los agujeros que dejaron los clavos? La verja nunca más será la misma, porque el daño que hacemos, siempre deja cicatrices…
Su hijo entendió entonces lo importante que era controlar el mal genio antes de insultar o hacer daño a otros. Desde entonces, comenzó a ser mucho más amable y respetuoso con todas las personas.
Escucha el cuento del niño y los clavos
Ahora también puedes escuchar este cuento narrado mediante podcast. Puedes buscar en el canal de cuentos para reflexionar de Tucuentofavorito.com en Spotify o bien usar este reproductor de Ivoox:
Qué valores puedes trabajar con este cuento corto
Utiliza este precioso cuento, ‘El niño y los clavos’, para reflexionar con los niños acerca de:
- Las consecuencias de nuestros actos
- El valor del respeto.
- Por qué debemos controlar la ira y los enfados.
Reflexiones sobre el cuento El niño y los clavos
Pensamos que con pedir perdón por algo que hicimos mal está todo solucionado, pero este cuento, ‘El niño y los clavos’, nos recuerda que el enfado, la ora, los insultos, dejan huella y el daño queda en los otros en forma de cicatriz, igual que los clavos en esta historia dejaron una huella en la verja de la casa: –
- La ira deja huellas imborrables: Los enfados no solo nos hacen daño a nosotros mismos, sino que además hacen mucho daño a todos los que nos rodean. Un insulto o unas malas palabras, un la gesto o incluso una pelea, pueden generar dolor en otras personas. Cada insulto o enojo que proyectamos hacia otros, son como esos clavos que el protagonista de nuestro cuento, ‘El niño y los clavos’, hunde en la verja de su casa.
La verja representa a esa persona a la que herimos con nuestro mal genio, con un insulto o una mala palabra. Esa persona en la que dejamos una herida, una cicatriz, por mucho que luego pidamos perdón y decidamos ‘enmendar’ nuestros malos actos.
- Controla la ira y frénala antes de que haga daño: El protagonista de este cuento, ‘El niño y los clavos’, entendió el mensaje de la lección que su padre intentaba darle. No se trata de intentar arreglar lo que hicimos mal, sino no llegar a hacer el mal. Por eso es tan importante aprender a controlar nuestras emociones. En este caso, la ira, ese enfado que nos lleva a dañar a otros y a dañarnos a nosotros mismos.
«La ira y la falta de respeto deja huellas imborrables»
— (Reflexiones sobre ‘El niño y los clavos’)
Más reflexiones sobre este cuento corto
- Sentir la ira pero controlarla: No se trata de impedir sentir una emoción. Indudablemente, todas las emociones son necesarias. Sin embargo, podemos canalizarlas y controlarlas para evitar que lleguen a ser destructivas. La ira genera falta de respeto hacia otros y hace que perdamos el control de nuestros actos. Y ya sabemos que todas nuestras decisiones tienen consecuencias. Cuando perdemos el control durante el enfado, podemos llegar a hacer cosas que no deseamos hacer y de las que luego nos arrepentimos.
Pero ese arrepentimiento llega tarde, claro, porque recuerda, que ese enfado actúa como el clavo de este cuento’ El niño y los clavos’, en la verja. Por mucho que nos arrepintamos y pidamos perdón, o intentemos recompensar a quien herimos, esa persona ya nunca nos verá con los mismos ojos. Una vez que faltas al respeto a otra persona, ya es difícil que vuelva a confiar en ti como antes.
Otros fantásticos cuentos infantiles para trabajar valores
Si te gustó este cuento de ‘El niño y los clavos’, prueba a leer también estos otros cuentos infantiles repletos de valores. Todos ellos incluyen reflexiones que te ayudarán a entender mejor el mensaje que transmiten:
- La tortuga Manuelita: Si quieres seguir profundizando en el tema de los enfados y cómo controlarlos, este es sin duda el mejor cuento que podrás encontrar para los niños más pequeños. La protagonista es una pequeña tortuga incapaz de controlar su ira, hasta que su abuela le ofrece un valiosísimo consejo.
- La mariposa azul: Somos responsables de nuestros actos y todas nuestras decisiones tienen consecuencias no solo para nosotros, sino para todos aquellos que nos rodean. Esta antigua fábula oriental nos lo explica muy bien con un ejemplo muy claro.
- El lobo enfermo: En esta ocasión, este cuento popular francés nos habla de las consecuencias de nuestros impulsos, esos que nos llevan a perder todo lo que conseguimos con esfuerzo y perseverancia.
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2 respuestas
Muchas gracias por compartir este fantástico cuento. Lo trabajaré con mis niños en clases 🙂
¡¡Muchas gracias a ti, Paula!!