Este cuento popular mexicano para niños, que es más bien una leyenda, ‘El conejo y el venado’, nos habla de cómo el conejo consiguió sus enormes orejas y cómo el venado logró esos bellos cuernos sobre su pequeña cabeza. Además esta historia nos habla de disputas y resolución de problemas mediante la asertividad y la diplomacia. Lee el texto y las reflexiones que encontrarás más abajo.
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El cuento (o leyenda) del conejo y el venado
Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, el conejo , recién creado por el dios de los Montes, no tenía sus características y simpáticas orejas, sino dos grandes y pesados cuernos. Por eso, el conejo no podía saltar ni dar brincos.
Pues resulta que el mejor amigo del conejo por entonces era el venado, que por contra, tenía dos largas orejas. Tan grandes, que su cabeza, en comparación, parecía muyyy pequeñita.
El venado admiraba los enormes cuernos del conejo. Le parecían realmente hermosos. Un día, el venado le pidió a su amigo un favor:
– Por favor, amigo conejo, ¿podrías prestarme los cuernos para ver qué tal me quedan?
El conejo no lo dudó, y se quitó los cuernos para que su amigo se los probara. ¡Y qué contento se puso el venado! Se fue corriendo a la orilla del río para mirarse en el reflejo del agua.
– ¡Qué bien me quedan estos cuerno! ¡Ahora sí me veo bien!
Y tan bien que se veía, que se resistía a devolverle los cuernos a su amigo el conejo.
Cómo acabó la disputa entre el conejo y el venado
– Eh, venado, ¡devuélveme los cuerno!- gritaba el conejo.
– ¡No!, ¡que me quedan estupendos!
El venado comenzó a correr y el conejo, detrás, muy enfadado, empezó a dar brincos y más brincos, porque ahora sí, se sentía ligero y podía saltar.
– ¡Mis cuernos, venado! ¡Que son míos! ¡Devuélvemelos!- gritaba desesperado el conejo.
Ambos siguieron corriendo hasta que se cansaron, y una vez que al fin pararon, el venado le dijo a su amigo:
– Conejo, sí es verdad que te ves feo sin nada en la cabeza… ¿Qué tal si te doy mis orejas a cambio de tus cuernos?
El venado le colocó a su amigo el conejo las enormes orejas, y el conejo de pronto comenzó a escuchar con más nitidez todos los sonidos de su alrededor… ¡hasta el canto de los pájaros! Se sentía realmente feliz, porque además podía seguir saltando.
Y así fue cómo ambos amigos, conejo y venado, intercambiaron cuernos y orejas y ambos salieron ganando.
Qué temas puedes trabajar con El conejo y el venado
Utiliza esta simpática leyenda mexicana para reflexionar con los niños sobre:
- La resolución de problemas.
- El valor de la confianza.
- La asertividad y la diplomacia para resolver disputas.
- El pensamiento positivo.
- Cuando los cambios son positivos.
Reflexiones sobre el cuento o leyenda del conejo y el venado
Lo cierto es que esta leyenda mexicana, ‘El conejo y el venado’, se ha transmitido como un cuento corto que nos habla de cómo resolver ciertas disputas. Al final, de una pequeña ‘riña’, se pueden obtener beneficios:
- La confianza del conejo: En los cuentos y leyendas, el conejo siempre aparece como un animal confiado y amable, pero también astuto y decidido. En ‘El conejo y el venado’, nuestro pequeño protagonista se fía totalmente de su amigo el venado y no duda en ‘prestarle’ las orejas. Entre amigos siempre hay confianza, pero la respuesta a esta confianza no siempre es la misma… En este caso, el venado ‘traicionó’ la confianza del conejo, aunque después supo ‘enmendar’ la situación.
- No todas las disputas son negativas: Algunos ‘desencuentros’ o disputas sirven para mejorar, para obtener beneficios para los participantes en tal riña. En otras, sin embargo, solo acaban en un problema mayor, si ninguno de los que discuten no cede. Es el caso del conejo y el venado, que se enfrentan a un pequeño ‘problema’ y saben resolverlo mediante la asertividad de la mejor manera posible. Ambos animales se intercambian cuernos por orejas y ambos salen beneficiados. El venado es feliz con sus cuernos y el conejo disfruta con sus nuevas orejas.
«Muchas veces los cambios no suponen pérdidas, sino ganancias»
(Reflexiones sobre ‘El conejo y el venado’)
Más reflexiones sobre ‘El conejo y el venado’
- ‘No hay mal que por bien no venga’: El conejo podría haberse enfadado. En esta historia del conejo y el venado, este pequeño animal tenía dos opciones: dejarse llevar por la soberbia y exigir al venado que le devolviera lo que era suyo, o bien, apostar por deshacerse de la soberbia y analizar si ese ‘cambio’ le beneficiaba. El ser más tolerantes y asertivos nos ayuda a mejorar y a ‘sacar’ beneficios de cambios que a priori pueden asustarnos. En este caso, el conejo fue positivo y pensó que tal vez la idea de cambiar los cuernos por las orejas, podían venirle bien. A veces los cambios no suponen pérdidas, sino ganancias.
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