Aquí encontrarás una adaptación del capítulo XLII de la primera parte de Don Quijote de la Mancha: ‘El cautivo y el oidor’. Como recordarás, Don Quijote y Sancho llegaron a una venta junto con Fernando, Cardenio, Dorotea, Luscinda, el cura y el barbero. Poco después llegó a la venta un capitán junto con una mujer mora y contó a los hombres su increíble historia. Tras narrar sus aventuras, llega a la venta un inesperado invitado, que estará muy relacionado con el cautivo. ¿Quién será?
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La historia del cautivo y el oidor, de Don Quijote de la Mancha
Acaba de terminar de contar el cautivo su inquietante y apasionante historia, y de cómo consiguió escapar de su prisión, liberado por la bella mora, cuando llegó a la venta un carro de caballos. En él viajaba un oidor, un letrado, junto con su bella hija, de diez y seis años de edad. Su hermosura era tal, que hasta las mujeres, Luscinda, Dorotea y Zoraida, salieron del cuarto a contemplarla.
La ventera en un principio les dijo que no tenía habitaciones ni camas, pero a las mujeres se les ocurrió que la joven podría acomodarse con ellas, y los hombres, buscar un lugar donde dormir en la misma sala de entrada. Y mientras todos buscaban la forma de pasar esa noche en la venta, el capitán, nervioso, no dejaba de mirar al recién llegado. Se acercó a uno de los criados que viajaban con él y preguntó quién era y de dónde venía.
– Es el licenciado Juan Pérez de Viedma, señor, y tengo entendido que se crio en algún pueblo de las altas montañas leonesas. La bella joven es su hija. Él quedó viudo justo después del parto…
Al cautivo le dio un vuelco el corazón. ¡Era su hermano! Había cumplido la promesa que hizo a su padre y se había convertido en letrado.
Totalmente excitado, decidió dar parte de su descubrimiento a don Fernando, Cardenio y el cura. Les pidió consejo sobre cómo hacerle llegar a su hermano la verdad de la mejor manera posible. Y el cura, se ofreció a dar el gran paso.
«Al cautivo le dio un vuelco el corazón. ¡Era su hermano!»
(El cautivo y el oidor)
El cautivo y el oidor: Momento en el que el cura da la noticia
Las mujeres decidieron cenar en sus aposentos. El cautivo, se apartó, pero no muy lejos de la mesa en donde el resto se sentó a cenar. Aprovechó el cura entonces para dar la noticia al letrado:
– ¿Sabe, señor licenciado? Tuve yo en Constantinopla un camarada con vuestro mismo apellido… Ruy Pérez de Viedma. Un valeroso soldado que ascendió a capitán por su coraje y con tan mala suerte que acabó prisionero.
El recién llegado dejó los cubiertos en la mesa, abrió bien los ojos y siguió escuchando, totalmente aturdido. El cura continuó hablando:
– Pero créame, señor letrado, que su historia es realmente hermosa. Me contó que era originario de un pueblo de las montañas leonesas y que él y sus hermanos prometieron a su padre seguir el camino que les pidió a cada uno. Él escogió el ejército. Hizo méritos tan inmensos que pronto ascendió a capitán, pero la mala suerte se cebó con él en Lepanto, y cautivo, llegó a Constantinopla, en donde le conocí.
Supe que partió después a Argel, en donde una bella mora de corazón cristiano, hizo lo imposible por conseguir su libertad. Huyó con él y otros cristianos, en una barca... hasta que un buque francés los interceptó. Quién sabe… ¿les llevarían prisioneros a Francia o les dejarían libres?
Paró en este punto el cura, puesto que don Juan de Diezma comenzó a llorar desconsoladamente. Y entre sollozos, dijo:
– No sabe usted lo que esta noticia significa para mí… Puesto que ese capitán del que habláis no es otro que mi hermano mayor. Yo seguí el deseo de mi padre y estudié, y mi hermano menor vive en Perú, en donde ha amasado una gran fortuna con el comercio. De hecho ha pagado con sus ganancias todos nuestros gastos.
Mi padre es muy mayor, pero se aferra a la vida, pues su deseo es el de no morir hasta ver de nuevo los ojos de su hijo mayor, al que ha perdido todas las pistas. No hay día que no mencione su nombre. ¿Qué harían aquellos franceses? Si supiera en dónde está para ir a buscarle… Daría mi vida por él y por esa gentil mora que consiguió su libertad.
«Daría mi vida por él y por esa gentil mora que consiguió su libertad».
(El cautivo y el oidor)
El cautivo y el oidor: El reencuentro de los dos hermanos
El cura, llegado a este punto, se levantó, fue al aposento de las mujeres y regresó con Zoraida de la mano. Tras ella, caminaban también Luscinda, Dorotea y la joven Clara, la hija del letrado. Se dirigió hacia el cautivo y también le tomó de la mano. Ya frente al letrado, le dijo:
– No lloréis más, buen hombre, pues este es el final feliz de la historia. Él es su hermano, Ruy de Viedma, y ella la hermosa Zoraida.
El letrado puso las manos sobre el pecho de su hermano. Le miró fijamente y rompió a llorar. El capitán le abrazó con fuerza. Luego se unió Zoraida… y Clara. Hablaron de ir a Sevilla, a donde el letrado se dirigía. Mandarían un mensaje a su padre para reunirse allí con él.
Y todo esto lo observaba dichoso el Quijote, como quien contempla una quimera, una aventura de caballería. Asombrado, ilusionado.
– Vayan a descansar todos- dijo el Quijote- Yo guardaré esta noche el castillo para vigilar que ningún gigante se acerque a haceros daño. Puesto que dentro reunimos tanta belleza, puede que el enemigo quiera asaltarlo…
El letrado miró al Quijote sin entender… Pero el resto, sabiendo de su especial ‘locura’, le dejó estar. Y todos se retiraron a descansar. Hasta que escucharon una voz que parecía provenir del patio… o quizás de las cuadras.. una hermosa voz que atrajo la atención de Cardenio y Dorotea.
(‘El cautivo y el oidor’ – Adaptación del capítulo XLII de Don Quijote de la Mancha, por Estefanía esteban)
Las claves de este capítulo de Don Quijote, ‘El cautivo y el oidor’
Estas son las claves para entender este capítulo del cautivo y el oidor:
- El capítulo XLII de la primera parte de Don Quijote narra el momento de reencuentro entre el capitán cautivo liberado por la bella Zoraida y su hermano mediano, Juan de Viedma.
- El hermano del cautivo viaja a Sevilla con su hija, Clara. Su mujer murió durante el parto.
- El cura es quien da la feliz noticia al letrado, contando la historia de su hermano.
- Don Quijote escucha muy atento todo lo que ocurre, inmerso en su mundo de fantasía. Piensa que es una historia más de un libro de caballería.
Qué temas puedes trabajar con el capítulo del cautivo y el oidor
Utiliza este capítulo XLII de Don Quijote, ‘El cautivo y el oidor’, para reflexionar sobre:
- El vínculo entre hermanos.
- La emoción de un reencuentro.
- La esperanza, el sufrimiento y las recompensas del sacrificio.
Reflexiones sobre el capítulo del cautivo y el oidor, de Don Quijote
Nada como el reencuentro de dos hermanos tras tantos años de ausencia. La incertidumbre, el no saber del destino de cada uno, llenaba de dolor y pesar a ambos hermanos. El final feliz demuestra que la esperanza y la fe al final puede tener sus recompensas.
- El camino de la vida está lleno de sacrificios, pero al final obtenemos recompensas: La historia del cautivo y el oidor es como el final final de una amarga aventura llena de desgracias y obstáculos. Los tres hermanos que se separan, el hermano mayor que acaba prisionero… su huida y su sacrificio…. También la de su hermano, el letrado, que queda viudo y con una hija recién nacida
Y ambos, que pasan por desgracias diferentes, encuentran al fin el consuelo en ese reencuentro que muestra el fuerte vínculo que une a la familia. Sí, es la familia la que finalmente nos da fuerzas para seguir, la que nos recompone cuando nos sentimos ‘rotos’. Cervantes recurre al vínculo entre hermanos para demostrarnos una vez más que el amor une y sana, y que la fe y la esperanza obtienen resultados.
Una reflexión más sobre el capítulo del cautivo y el oidor
- La familia es el gran pilar: A pesar de que habían pasado muchos años, en ‘El cautivo y el oidor’ se nos muestra el poder de ese importantísimo pilar que representa la familia. Los hermanos seguían unidos a pesar del tiempo y la distancia, más unidos aún, más cerca a pesar de haber estado tan lejos. Este encuentro es una recompensa a tanta fatiga, a tantos momentos de dificultad.
La familia es sin duda el pilar del que partimos y al que nos abrazamos al final del camino. La familia es como un puerto en donde nos sentimos seguros tras un fatigoso viaje lleno de peligros. Al menos es la visión que Cervantes transmite en este emotivo capítulo.
«La familia es como un puerto en donde nos sentimos seguros tras un fatigoso viaje lleno de peligros»
— (Reflexiones sobre ‘El cautivo y el oidor’)
Otras fantásticas historias del Quijote
¿Qué te pareció este capítulo del cautivo y el oidor? Aquí tienes otras apasionantes historias de Don Quijote adaptadas y con reflexiones:
- Encuentro en la venta: Tras la aventura de Don Quijote en Sierra Morena, llega a una venta, acompañado por Sancho Panza, el cura, el barbero, Don Fernando, Cardenio, Luscinda y Dorotea.
- Llegada del cautivo y Zoraida: Tras el encuentro de Luscinda, llega un nuevo personaje a la venta. Se trata de un misterioso guerrero que viaja acompañado de una hermosa mujer mora. ¿Quién será?
- Carta de Don Quijote a Dulcinea: Durante la estancia de Don Quijote en Sierra Morena, preso de un momento de locura, Don Quijote escribe y memoriza una carta para su adorada e idolatrada Dulcinea.
Y recuerda que algunas de estas historias también las puedes escuchar narradas mediante podcast. Las encontrarás en el canal de podcast de Tucuentofavorito.com en Spotify o en Ivoox.