
El perro y el heno. Fábula de Esopo para niños
Esta fábula, ‘El perro y el heno’, es un relato corto de Esopo que nos habla de un valor esencial, el de la empatía. O más bien, nos habla de falta de empatía.
Esta fábula, ‘El perro y el heno’, es un relato corto de Esopo que nos habla de un valor esencial, el de la empatía. O más bien, nos habla de falta de empatía.
Aquí tienes una fantástica fábula de Esopo sobre la gratitud: ‘El dragón, el hombre y la zorra’, con explicaciones sobre el mensaje que transmite.
Fábula de Esopo ‘El lobo y la oveja’, sobre la sinceridad, para niños. Incluye reflexiones sobre su moraleja.
Esta fábula corta de Esopo, ‘Las zorras, las águilas y las liebres’, nos recuerda la importancia de medir bien nuestras fuerzas antes de ser solidarios y lanzarnos a cooperar con alguien.
Cuidado con las promesas, ‘que se las lleva el viento’, parece decir esta fábula, ‘El pescador y el pececillo’, una fábula corta de Esopo que nos habla sobre todo, de prudencia.
Sin duda, la gratitud es un valor esencial que debemos cuidar. Sin embargo, esta fábula de Esopo, ‘El labrador y la Fortuna’, nos recomienda estar muy bien informados de a quiénes debemos agradecer algo antes de cometer un error y dejar sin merecida recompensa a quien nos ayudó o benefició. No te pierdas la fábula corta y sus reflexiones finales.
‘La hormiga’ es una fábula basada en una supuesta leyenda que habla del origen de este insecto. La curiosa comparación que hace Esopo con esta historia nos ayuda a reflexionar sobre lo difícil que es a veces cambiar una conducta mala.
Aquí encontrarás la famosa fábula de Esopo del León y el ratón, una enseñanza sobre el valor de la gratitud
Esta fábula corta de Esopo, ‘La zorra y el cuervo hambriento’, nos recuerda que debemos medir bien nuestros deseos y objetivos, para evitar una frustración al no alcanzar lo lejano o inalcanzable.
Según esta fábula corta de Esopo, ‘La zorra y el cangrejo’, deberíamos tener siempre muy claro nuestro lugar. No podemos pretender aspirar a imposibles, que además supongan un riesgo. Es decir, la presuntuosidad puede jugarnos una mala pasada.