Descubre esta fábula de Esopo, ‘El cazador y el pescador’, que nos habla de cómo la rutina puede llegar a arruinar el placer y el disfrute de algo. En esta ocasión, los protagonistas son un pescador y un cazador que establecen un interesante trato. Descubre la historia y las reflexiones sobre su moraleja.
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La fábula del cazador y el pescador: un buen trato
Existió una vez un cazador con gran puntería. Cada día regresaba a su casa con un buen número de piezas, sobre todo, conejos y perdices. Nunca le faltaba el alimento. ¡
Este cazador tenía como vecino un pescador al que tampoco le faltaba la comida. Siempre regresaba de faenar con una cesta repleta de peces.
Un día, ambos se cruzaron en el camino. Cada uno llevaba una gran cesta llena de lo que acababan de capturar. Se miraron y el pescador dijo:
– Ay, amigo, qué suerte tienes de comer carne… Con lo que a mí me gusta, y llevo tantísimos meses sin probarla. Tengo tanto pescado que me sobraría el alimento.
El cazador respondió entonces:
– ¡Vaya! A mí me pasa lo mismo, pero al revés… ¡Lo que daría por una buena sardina! Como siga comiendo tanta carne, se me olvidará el sabor del pescado. Con lo que me gusta…
– Oye, pues se me acaba de ocurrir una idea: ¿por qué no nos intercambiamos las cestas? Así, yo podré comer carne y tú, pescado.
– ¡Qué gran idea! Haremos eso. Cada tarde podemos encontrarnos justo aquí para intercambiarnos la comida.
Y así fue cómo los dos vecinos comenzaron a comer aquello que tanto echaban de menos. El cazador degustó durante varios días las más sabrosas sardinas y los más hermosos salmonetes y el pescador, por su parte, se preparó suculentas perdices en pepitoria, y conejo a la cazuela.
Pero un día, otro vecino, que llevaba tiempo observando el cambio que hacían a diario, les dijo:
– Os voy a dar un consejo: si os cambiáis todos los días la carne y el pescado, ambos dejarán de disfrutar de estos platos. Es mejor que cambiéis de comida de forma alterna.
El cazador y el pescador se dieron cuenta de que estaba en lo cierto… de hecho, cada uno comenzaba a echar de menos la comida que le entregaba al otro, así que decidieron hacerle caso.
Desde aquel día, ambos se intercambiaban la cesta en días alternos. De esta forma, comenzaron a comer de manera más equilibrada y nunca llegaron a cansarse de lo que cocinaban.
Moraleja: «Si haces del placer una rutina, dejará de ser un placer»
(‘El cazador y el pescador’ – Esopo)
Qué temas puedes trabajar con esta fábula del cazador y el pescador
Utiliza esta genial fábula de Esopo, ‘El cazador y el pescador’, para reflexionar sobre todos estos temas:
- La empatía.
- El valor de la generosidad.
- La rutina y el placer de lo nuevo.
- Por qué es mejor la variedad frente a la monotonía.
- El valor de compartir.
Reflexiones sobre la fábula del cazador y el pescador
Sin duda, la monotonía puede destruir la mayor de las ilusiones. Para mantener vivo un placer, nada como la variedad. Al menos eso parece decirnos Esopo con esta fábula.
- En la variedad está el gusto: ¿No te ha sucedido alguna vez que de tanto probar un alimento dejas de valorarlo? Lo mismo pasa con todo. Esta fábula del cazador y el pescador nos habla por una parte de lo interesante que es poder hacer feliz al otro recibiendo de paso la misma felicidad. Pero aquello que intercambiamos y que tanto echamos de menos, puede volverse monótono y aburrido. Cuando se vuelve monótono, dejamos de disfrutar. Mantener la ilusión por algo nuevo, diferente, nos ayuda a ser más felices.
«La variedad enriquece»
— (Reflexiones sobre la fábula ‘El cazador y el pescador’)
Más reflexiones sobre la fábula del cazador y el pescador
- La monotonía, la gran enemiga del placer: Ya lo hemos visto, y es que aquello que vivimos a diario, se puede volver lineal y dejar de interesarnos. La historia del cazador y el pescador tal vez nos recuerde a lo que muchas veces sentimos en el trabajo cuando siempre, cada día, hacemos las mismas tareas. Eso, a la larga, hace que perdamos el interés, la pasión por lo que hacemos. Basta un pequeño cambio en nuestra rutina para devolvernos la ilusión y la capacidad de redescubrir todo lo que un buen día nos enamoró.
- La generosidad también enriquece: Si te has fijado, los dos protagonistas de esta historia, el cazador y el pescador, salen ganando. Su empatía, su generosidad, su gran idea de compartir aquello que tienen, les enriquece. Ayudarse el uno al otro a hacer realidad su deseo, hace que ambos ganen. Y es que compartir nos hace más felices.
Más fábulas de Esopo que te van a gustar
Si te gustó esta fábula del cazador y el pescador, seguramente también disfrutes con estas otras historias. Todas ellas incluyen reflexiones sobre los mensajes que transmiten:
- Los pescadores y las piedras: La vida no es un camino recto y liso, sino que es compleja, y con numerosas piedras que nos dificultan el paso. No te pierdas esta hermosa metáfora.
- El campesino y el águila: La gratitud es un valor esencial que nos hace más nobles. Esta historia nos recuerda que no debemos desconfiar de aquellos a los que ayudamos. Tarde o temprano, nos lo agradecerán.
- Las dos cabras: Si dos muy tercos se enzarzan en una pelea, ¿sabes qué sucede? Esta fábula nos lo explica.
Y recuerda que muchas de estas fábulas de Esopo las puedes escuchar narradas. Utiliza para ello el canal de podcast de Tucuentofavorito.com que encontrarás en Spotify y en Ivoox.