El campesino y el águila. Fábula de Esopo sobre la gratitud

Este relato, ‘El campesino y el águila’, es una fábula corta de Esopo que nos habla de la importancia de ser agradecidos. El valor de la gratitud nos hace más felices. En esta ocasión, los protagonistas son un viejo labrador y un águila. No te pierdas la historia y las reflexiones finales sobre el mensaje que transmite.

TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS

La fábula del campesino y el águila, de Esopo

El campesino y el águila, una fábula de Esopo
‘El campesino y el águila’, una fábula de Esopo

Trabajaba un campesino a pleno sol. Tenía que sembrar el campo. Pero ya era mayor, y estaba cansado, así que decidió dar un paseo por los alrededores. De pronto, a mitad del paseo, se dio cuenta de que algo se movía tras unos árboles. Decidió mirar a ver qué era y se encontró a un águila que intentaba sin éxito liberarse de una trampa. Estaba asustada y no paraba de agitar las alas.

– Eh, tranquila, te ayudaré- dijo el campesino acercándose a ella.

El animal, agotado como estaba, decidió confiar en aquel anciano. Al fin y al cabo, no tenía escapatoria. Así que se quedó muy quieta y el campesino consiguió liberar su pata del hierro en donde había quedado atrapada. El águila alzó el vuelo al sentirse al fin libre y se alejó entre las nubes.

– Vaya, ¡ni gracias me ha dado! ¡Qué desagradecida!– dijo el campesino con pesar.

El hombre decidió entonces regresar a su casa, pero le entró tanto sueño, que al llegar al muro de entrada, se tumbó a la sombra para dormir. Pero entonces, notó que alguien le arrebataba el pañuelo que llevaba en la cabeza. Al abrir los ojos, vio al águila con el pañuelo en el pico.

– ¿Será posible? ¿Encima que te he salvado la vida, me quitas el pañuelo? ¿Así me lo agradeces?

El águila se alejó un poco y soltó el pañuelo para que el hombre fuera a buscarlo.

– ¡No tienes vergüenza! Intentar jugar así con un hombre mayor…

El campesino se levantó y tuvo que andar bastante hasta llegar al lugar en donde estaba el pañuelo. Entonces, escuchó un gran estruendo a su espalda. El muro se acababa de derrumbar. El hombre se quedó petrificado: si no se hubiera levantado, habría muerto bajo todas esas enormes piedras.

– Vaya… ¡Me acabas de salvar la vida!- dijo el hombre mirando al águila, que seguía revoloteando cerca de él-. Perdona por haber dudado de tu gratitud. Muchas gracias por lo que acabas de hacer- le dijo el hombre, al tiempo que el águila se alejaba.

Moraleja: «Muestra gratitud hacia aquel que te ayuda, porque los actos de bondad siempre regresan»

(‘El campesino y el águila’ – Esopo)

Qué temas puedes trabajar con la fábula del campesino y el águila

Utiliza esta fábula corta de Esopo, ‘El campesino y el águila’, para reflexionar sobre:

  • El valor de la gratitud.
  • Los actos de bondad reciben recompensas.
  • La duda.
  • El sentimiento de decepción.

Reflexiones sobre la fábula del campesino y el águila

Recuerda este refrán popular: ‘Es de bien nacidos ser agradecidos’. Sin duda, la gratitud es un valor esencial que nos hace bondadosos y más felices:

  • Haz el bien y verás las recompensas: El bien es como un boomerang que siempre vuelve. Esta fábula del campesino y el águila demuestra que los actos de bondad generan gratitud en quienes los reciben. La gratitud suele devolver el bien, y no tiene por qué ser en forma de regalo material. En este caso, el águila, que en un principio parecía ingrata, resultó ser la salvadora del viejo campesino. Consiguió persuadirlo para que abandonara un lugar que ella consideraba peligroso, ya que supo intuir que aquel muro iba a derrumbarse.
  • La decepción del campesino: La ingratitud genera un sentimiento terrible de decepción y tristeza. Cierto que la bondad se da sin esperar nada a cambio, pero un simple gesto de agradecimiento, una palabra, es suficiente para reconfortar. En ‘El campesino y el águila’, el anciano se siente decepcionado al ver cómo el águila se aleja sin dar las gracias. Él, que le acaba de salvar la vida, se aleja triste y algo enfadado, aunque pronto termina por olvidarlo.

Pero todo empeora cuando siente que el águila le roba el pañuelo. La decepción se transforma en enfado. ¿Cómo era posible que ese animal fuera tan ingrato? Él no es consciente de que el águila en el fondo tiene un plan para salvarle la vida. Ya que no puede comunicarse de otra forma con el hombre, decide hacer lo posible por apartarle del muro.

Una reflexión más sobre ‘El campesino y el águila’

  • El arrepentimiento del campesino: El protagonista de esta fábula del campesino y el águila, siente remordimientos al darse cuenta de que había juzgado mal al águila, de que se había equivocado. Pensaba que era una ingrata y en realidad pagó con creces la ayuda que él le había prestado. Y es que a veces tomamos conclusiones de forma acelerada, ante los primeros signos, que nos llevan a equivocarnos.

«La ingratitud genera un sentimiento terrible de decepción y tristeza.»

— (Reflexiones sobre ‘El campesino y el águila’)

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Publicado por Estefania Esteban

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Soy Estefania Esteban y soy periodista y escritora de literatura infantil.

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