De entre todos los viajes y aventuras de Ulises, el de ‘Ulises y las sirenas’ es tal vez el más conocido. Gracias a los consejos que Circe dio al guerrero de Ítaca antes de abandonar su palacio, pudo salir de este peligro indemne. Este cuento corto, una adaptación para niños de esta aventura, trata del poder seductor de algunas tentaciones que intentan anular la razón a través de los sentidos.
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La increíble aventura de Ulises y las sirenas
Tras pasar un largo periodo de tiempo en el palacio de la hechicera Circe, en donde Ulises y sus hombres fueron tratados con mucha hospitalidad, el guerrero decidió que debían continuar su viaje, y buscar la forma de regresar a su hogar, a Ítaca.
Antes de partir, Circe advirtió a Ulises del peligro de las sirenas, unos seres tremendamente seductores, capaces de atraer con su canto a todos los mortales que se acercaran a su isla.
– Ulises, debes tener mucho cuidado. Su canto es irresistible para los hombres. No podrás contenerte, y una vez que te acerques a ellas, te quedarás allí para siempre. No dejarán que te vayas nunca…
Ulises tomó buena nota de lo que Circe le dijo, y al día siguiente, partió con sus hombres y sus barcos hacia Ítaca. En cuanto vio que se acercaba a la temible isla de las sirenas, dijo a su tripulación:
– Debéis taparos los oídos con cera. No debéis escuchar los cantos de estas criaturas, o estaréis perdidos. En cuanto a mí… deseo que me atéis con fuerza al palo del mástil mayor. Me gustaría escucharlas, pero debo tener la seguridad de que no abandonaré el barco.
Ulises y las sirenas que le llamaban con su canto
Los hombres hicieron lo que Ulises les pedía: le ataron con muchas vueltas de una fuerte cuerda al palo del mástil y ellos se taparon los oídos con cera.
El barco se fue acercando a la isla de las sirenas y sus cantos comenzaron a llegar nítidos hasta los oídos de Ulises. Sintió que su corazón se desbocaba e intentó librarse de las cuerdas que le amarraban al barco. Era un sentimiento incontrolable, perturbador. No podía dejar de sentir deseo, el de acercarse y acudir a ellas, a las sirenas. Pero por más que lo intentaba, no lograba soltarse de su cautiverio.
Los cantos de las sirenas cada vez eran más dulces, más tentadores. Ulises gritó a sus hombres, exigió que lo desataran, lloró, les imploró, pero ellos no oían nada. Gracias a la cera, seguían remando, totalmente inmunes al deseo que las sirenas provocaban en su capitán.
Poco a poco, fueron dejando atrás la temible isla, y cuando sintieron que estaban lo suficientemente lejos, se quitaron los tapones de cera. Solo entonces soltaron a Ulises, quien cayó llorando al suelo, con un terrible sentimiento de frustración por lo que había pasado y de gratitud a sus hombres por haber obedecido sus órdenes. Gracias a eso, pudieron seguir rumbo a su hogar.
Qué temas podemos trabajar con el relato de Ulises y las sirenas
Utiliza este fantástico relato mitológico de Ulises y las sirenas, para reflexionar acerca de:
- Las tentaciones.
- Los impulsos que nacen de las emociones.
- La obediencia.
- El sentimiento de frustración.
- La prudencia.
- El peligro de la curiosidad.
Reflexiones sobre ‘Ulises y las sirenas’
Desde luego, este fue quizás la aventura más frustrante para Ulises, incapaz de dominar sus emociones por culpa de unas atractivas y enigmáticas sirenas, con tanto poder de seducción, que eran capaces de anular la razón de los humanos. Aquí tienes algunas de las reflexiones que podemos sacar de esta interesante aventura de Ulises y las sirenas:
- Escucha los buenos consejos: Ya sabes que escuchar no es lo mismo que oír. Ulises atendió los consejos de Circe y los utilizó para estar alerta y prevenido ante el peligro que iba a llegar a través de unos dulces y seductores cantos. Los buenos consejos pueden ser vitales y ayudarnos a salvar importantes obstáculos. Recuerda escuchar, atender y recordar siempre los buenos consejos que advierten de un peligro.
- Gracias a la prudencia: En Ulises y las sirenas, el guerrero de Ítaca fue lo suficientemente prudente como para adelantarse al peligro. Si los cantos de las sirenas eran irresistibles, según lo que Circe le había contado, debía evitar escucharlos por todos los medios. Por eso se le ocurrió que la mejor forma de hacerlo era tapándose con cera los oídos.
- La curiosidad, un peligro: A pesar de que Ulises sabía que los cantos de las sirenas podían ser muy peligrosos, sintió una gran curiosidad por escucharlos. La tentación de lo prohibido y peligroso a veces nos lleva a la delgada línea que nos separa del riesgo, ese peligro que nos anima a asomarnos a un precipicio.
Afortunadamente, en ‘Ulises y las sirenas’, el guerrero fue precavido, y tomó las medidas oportunas para no caer en los brazos de las sirenas. Sin embargo, la experiencia no fue tan agradable. Sintió emociones devastadoras: un deseo incontrolable y la terrible frustración de no poder hacer caso a los sentidos. Y es que la curiosidad muchas veces nos lleva a la frustración, al descubrir algo que deseamos con todas nuestras fuerzas a lo que no podemos ni debemos sucumbir, por el peligro que supone para nosotros.
«La curiosidad, muchas veces, nos lleva a la frustración»
(Reflexiones sobre Ulises y las sirenas)
Más reflexiones sobre Ulises y las sirenas
- La metáfora de las sirenas: En esta aventura de Ulises y las sirenas, estos seres mitológicos son también una metáfora del deseo que nubla la razón y se hace con nuestros sentidos. Las emociones, cuando se hacen dueñas de nuestro cuerpo, arrinconan a la razón y la prudencia, y nos llevan a un peligro inminente y a un lugar del que luego es muy difícil salir. Esta historia nos advierte por lo tanto de la necesidad de mantener siempre sana la razón y la prudencia.
- La gratitud hacia sus hombres: En esta historia de Ulises y las sirenas, hubo un factor esencial que ayudó a Ulises a superar el peligro de esa misteriosa isla de sirenas. Sus hombres obedecieron sus órdenes y no sucumbieron a la curiosidad. Gracias a ello, todos pudieron seguir con su viaje. Si alguno de ellos hubiera desobedecido, si se hubieran quitado la cera de los oídos, hubieran escuchado los gritos de Ulises, le hubieran soltado, y todos hubieran caído en la trampa de las sirenas.
Más aventuras de Ulises para leer con los niños
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- El caballo de Troya: El ingenio puede ayudar a superar grandes obstáculos, y en el caso de Ulises, le ayudó a ganar una guerra y a liberar a una reina secuestrada. ¿Quieres saber cómo lo hizo?
- El cíclope Polifemo: Ulises y sus hombres llegaron a la isla de los cíclopes, unos terribles gigantes con un solo ojo en la frente. Ulises no sabía lo violentos que podían llegar a ser…
- La isla de los lotófagos: En esta ocasión, Ulises se vio en un gran aprieto por culpa de una extraña planta capaz de borrar todos los recuerdos de quien la probaba. ¿Cómo logró salir de allí?
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