La rana y el escorpión. Fábula budista para reflexionar

Frente a aquellos que insisten en que las personas podemos cambiar nuestra forma de ser, se enfrentan aquellos que defienden que la Naturaleza no puede cambiarse. ‘La rana y el escorpión’ es una fábula corta budista que demuestra que hay cosas que no cambian, lo que tiene que ver con nuestra naturaleza más profunda. Y de ahí la necesidad de ser siempre prudentes ante aquellos que prometen cosas que no pueden cumplir.

TIEMPO DE LECTURA: 1 MINUTO

Una fábula corta sobre la prudencia: ‘La rana y el escorpión’

La fábula de La rana y el escorpión
‘La rana y el escorpión’, una fábula corta budista para reflexionar

Llegó una rana hasta un caudaloso río y allí se encontró con un escorpión que quería cruzar al otro lado pero no se atrevía a hacerlo.

Rana, deja que me suba encima tuyo para poder cruzar este río.

– No me fío… puede que me claves tu aguijón- respondió temerosa la rana.

– No, no lo haré, te lo prometo. Si haces eso por mí, te respetaré y no te haré daño. Además, te daré todo lo que desees.

La rana, entonces, creyó en la buena voluntad del escorpión y dejó que éste subiera encima de su espalda. Pero, a mitad de camino, el escorpión le clavó el aguijón.

– ¿Por qué hiciste eso?- le dijo entonces la rana- Ahora los dos moriremos ahogados…

– Lo siento,rana- respondió entonces el escorpión. No pude contenerme… está en mi naturaleza.

Moraleja: «No te fíes de las buenas intenciones de aquellos que no pueden cambiar su naturaleza»

(‘La rana y el escorpión’ – Fábula budista anónima)

Qué puedes trabajar con la fábula corta ‘La rana y el escorpión’

Utiliza esta fábula budista de la rana y el escorpión para reflexionar sobre:

  • La imposibilidad de cambiar nuestra Naturaleza.
  • El poder negativo de ciertos impulsos.
  • El valor de la prudencia.
  • La avaricia y sus consecuencias.

Reflexiones sobre la fábula ‘La rana y el escorpión’ para niños y mayores

Podemos cambiar nuestro comportamiento en determinadas situaciones, y suavizar algunos de nuestros rasgos, podemos intentar ser más generosos, tener más empatía, suavizar el trato hacia los demás, pero aquello que forma parte de nuestra naturaleza más profunda, ya es más difícil de cambiar. Es lo que pretende advertir esta fábula corta:

  • No intentes ir ‘contra natura’: Y, ¿qué quiere decir esto? ¿Que no podemos cambiar nuestra forma de ser? No, porque sí podemos modelar nuestro trato hacia los demás. Por ejemplo, podemos intentar mostrar más cordialidad, suavizar las respuestas que damos… Lo que quiere decir esta fábula de ‘La rana y el escorpión’ es que hay un fondo relacionado con nuestra naturaleza que no podemos cambiar. Porque una cosa es la personalidad y otra el carácter.

Podemos cambiar el carácter, pero la personalidad ya es más difícil de cambiar. Y por más que lo intentemos, siempre volveremos a ella. De lo contrario, intentaremos ser otra persona que no somos y eso nos hará tremendamente infelices.

«Podemos intentar mejorar el carácter, pero la personalidad, la esencia o naturaleza de cada uno, es más difícil de cambiar»

(reflexiones sobre ‘La rana y el escorpión’)

Más reflexiones sobre esta fábula budista de La rana y el escorpión

  • El exceso de confianza de la rana: La prudencia es un valor esencial que siempre debería acompañarnos. Gracias a este valor podemos ponernos ‘en guardia’ y desconfiar de aquellos que nos lanzan falsas promesas. En este caso, el escorpión no era consciente de que mentía. Quería cumplir su promesa, pero su naturaleza le incitó a usar su aguijón y no fue capaz de controlar su impulso. Si la rana hubiera desconfiado desde un principio de las promesas del escorpión, hubiera salvado su vida.
  • El poder de las emociones: Frente a la razón, triunfan los impulsos. Y aquí tenemos las consecuencias de abrir la puerta sin control a las emociones. La rana no razonó bien la propuesta de la rana y se dejó llevar. Y en el caso del escorpión, aunque intentó contener sus impulsos, no lo logró.
  • El exceso de bondad o de codicia que hace daño: Sí, puede que la rana simplemente quisiera ayudar al escorpión y ser bondadosa o quizás se dejó llevar por la codicia al escuchar que el escorpión le daría lo que fuera si le ayudaba. Sea como sea, en los dos casos, olvidó la prudencia y en lugar de razonar bien la propuesta, se lanzó sin más e hizo caso al escorpión. Las consecuencias ya las conocemos. Pagó un precio muy alto por su imprudencia.

Otras fábulas cortas budistas para reflexionar

Aquí tienes otras fantásticas fábulas cortas con las que podrás reflexionar sobre diferentes temas relacionados con las emociones y nuestro conocimiento interior:

  • Una fábula para mejorar la autoestima, El valor de las cosas: Muchas veces tomamos demasiado en cuenta las opiniones de otros sin tener en cuenta que tal vez esa opinión no sea la mejor y la más valiosa. No dejes de leer esta fantástica fábula sobre el amor propio y la necesidad de confiar más en nosotros y hacer menos caso a las valoraciones de otros.
  • Cuidado con la ansiedad, El elefante que perdió su anillo de boda: Cuando sentimos que un problema nos supera, nos estresamos y la ansiedad nos impide encontrar una respuesta al problema. Lo mejor en ese momento es parar hasta encontrarla calma.
Fábula sobre la ansiedad y los nervios: El elefante que perdió su anillo de boda
Fábula sobre la ansiedad y los nervios: El elefante que perdió su anillo de boda
  • La raíz de un problema: Cuando nos fijamos en el detalle de un problema, no conseguimos ser conscientes del problema global. La única forma de encontrar una solución es ver el problema en su magnitud. Lo entenderás mejor después de leer esta fábula corta.

Y recuerda que también puedes escuchar muchas fábulas narradas que te ayudarán a reflexionar acerca de temas esenciales. Las encontrarás aquí:

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Publicado por Estefania Esteban

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Soy Estefania Esteban y soy periodista y escritora de literatura infantil.

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3 respuestas

  1. estoy pro´ximo a cumplir 89 años,gracias a Dios. La fábula del escorpión y la rana me movilizaron la memoria.Cuantas imprudencias cometemos los seres humanos,cuando pensamos en alguna promesa que,de cumplirse,obtendríamos un beneficio. Atte.

    1. José Félix, qué alegría que haya lectores con tanta experiencia y que se sigan emocionando con la lectura. ¡¡Todo un ejemplo maravilloso a seguir!!

  2. La reflexión sobre la prudencia me parece muy buena, ya que debemos enseñar a los niños a no ser confiados o creer en las palabras de quienes no conocen.
    Saludos

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