‘El cultivo del oro’ es un cuento popular árabe para niños sobre la avaricia. Se trata de un interesante cuento para niños con valores que nos explica cómo el deseo de riqueza puede llegar a cegar a un hombre hasta hacerle creer cosas increíbles. No dejes de leerlo con tu hijo y reflexionar con él sobre el valor de las cosas y el terrible sentimiento de avaricia.
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ToggleEl cultivo del oro, un cuento popular para niños sobre la riqueza y la avaricia
Hace muchos muchos años, según cuentan los más ancianos, en un recóndito lugar de Oriente, existió una pequeña aldea que vivía de los productos de la tierra. Pero un año, la terrible sequía echó todos los cultivos a perder, y los habitantes de aquel lugar no consiguieron recaudar nada de dinero.
El sultán de aquel lugar, que era un hombre muy avaro, no quiso perdonar los impuestos a sus súbditos, y les exigió pagar el mismo dinero que todos los años.
Los habitantes de aquel lugar estaban muy preocupados. ¿Cómo conseguirían pagar al sultán si no habían conseguido recaudar nada de dinero al no tener nada que vender? Desesperados, decidieron acudir a Ibrahim, el viejo más sabio del lugar. Él seguro que tenía alguna solución a su problema.
El viejo sabio escuchó lo que los vecinos le contaron y se quedó pensativo. Durante varios días siguió pensando, hasta que al fin, una mañana, se fue con un azadón a un cruce de caminos, un lugar por donde siempre solía pasar el sultán cada mañana. Una vez que llegó hasta allí, se puso a arar la tierra.
Cuando el sultán pasó por aquel cruce y vio al anciano haciendo surcos en la tierra, se extrañó, y le preguntó:
– Oye, anciano- le llamó el sultán-, ¿qué haces ahí trabajando la tierra en plena época de sequía?
– No planto cereales ni verduras, alteza, sino unas semillas especiales: son semillas de oro. De aquí crecerán plantas que me darán oro.
Al sultán se le encendió la mirada y, todo interesado, siguió preguntando:
– ¿Y da mucho oro esa planta?
– Oh, ya lo creo- contestó el anciano- Por cada planta que salga, conseguiré uno o dos kilos de oro.
– Vaya…
El cultivo del oro y la avaricia del sultán
Entonces, el sultán, interesándole aquel negocio, propuso al anciano:
– Te propongo una cosa, ya que eres tan trabajador: Yo te daré todo el oro que necesites para sembrar. Cuando las plantas crezcan y puedas recoger el oro que produzca, puedes quedarte con una parte, y el resto de ganancias, serán todas para mí.
– De acuerdo- aceptó Ibrahim.
Así que al día siguiente, Ibrahim fue al palacio del sultán y pidió un kilo de oro para sembrar, y una semana después, le entregó… ¡¡ocho kilos de oro!! Así que el sultán, cegado por la avaricia, le entregó a Ibrahim cofres y cofres llenos de oro. Eran tantos y tan pesados, que el anciano tuvo que pedir caballos para transportarlos.
Una vez que llegó al centro de la aldea, el anciano repartió el oro entre todos los vecinos. Al fin tendrían con qué pagar al sultán.
Una semana después, Ibrahim acudió al palacio, pero esta vez llegó con las manos vacías. El sultán, enfadado, le preguntó por qué no traía el oro de las plantaciones.
El anciano, muy sereno, contestó:
– Alteza, como no ha llovido, las semillas de oro se han secado y la cosecha se ha echado a perder.
– ¿Cómo?- gritó el sultán- ¿piensas que soy tan tonto como para creer que unas semillas de oro pueden secarse?
– También pensó usted, oh, sultán, que de un trozo de oro podía salir una planta…
El sultán, totalmente avergonzado, tuvo que asumir que le acababan de dar una lección. Ibrahim salió orgulloso del palacio y el sultán no olvidaría jamás aquel escarmiento.
Valores que puedes trabajar con el cuento del cultivo del oro
Los cuentos populares son un testigo único de una cultura. Han ido pasando de generación en generación para transmitir un mensaje, una serie de valores que aún hoy perviven. Con este cuento, ‘El cultivo del oro’, trabajarás:
- Por qué son tan importantes los valores del trabajo y el esfuerzo.
- Qué es la avaricia.
- Por qué son importantes la astucia y el ingenio para resolver problemas.
Reflexiona con tu hijo sobre la historia de ‘El cultivo del oro’
Comprueba si tu hijo comprendió el mensaje de este fantástico cuento popular árabe. En él, se tocan varios temas interesantes:
- La importancia del esfuerzo: En ‘El cultivo del oro’, los aldeanos conseguían pagar los impuestos que imponía el tirano sultán gracias al trabajo y esfuerzo con el que trabajaban las tierras. De esta forma, conseguían sobrevivir.
- La avaricia te hace perder la razón: Llama la atención en este fantástico cuento del cultivo del oro la avaricia del sultán, que aún siendo terriblemente rico, quería más y más, sin importarle las penurias de los demás. Pero he aquí que la avaricia consiguió nublarle la razón, y creer cosas increíbles. La codicia es como una venda que tapa los ojos de la razón.
- Cuando tengas un problema, actúa con astucia e inteligencia: Se habla también de la astucia a la hora de resolver problemas , que es precisamente lo que hizo el sabio para liberar a sus vecinos de la tiranía del sultán.
Preguntas de comprensión lectora sobre el cuento ‘El cultivo del oro’
Puedes ayudar a tu hijo a comprender el texto del cuento ‘El cultivo del oro’ y a mejorar su atención, ayudándote de estas preguntas:
1. ¿De qué vivían los aldeanos de aquel lugar de oriente?
2. ¿Qué les ocurrió un año?
3. En ‘El cultivo del oro’, ¿perdonó el sultán a sus súbditos los impuestos?
4. ¿Qué hizo el sabio Ibrahim para ayudar a sus vecinos?
5. ¿Por qué piensas que el sultán creyó la historia de las semillas de oro?
6. ¿Qué sucedió al final en ‘El cultivo del oro’ con las plantas de oro?
7. ¿Consiguieron los aldeanos darle un escarmiento al sultán?
Otros fantástico cuentos para niños con valores
Utiliza también estos otros cuentos para hablar de algunos valores esenciales con los niños:
- El nabo: Uno solo puede hacer grandes cosas, cierto… pero varios, juntos, pueden conseguir mucho más. Descubre este divertido cuento sobre la cooperación.
- Los tres cabritos Gruff: Otro divertido cuento corto popular que en esta ocasión nos habla de la necesidad de usar el ingenio para salir de los problemas. Aunque de vez en cuando también le tengamos que añadir buenas dosis de coraje y determinación.
- Cómo obtuvo el camello su joroba: Ay, la pereza, que tantas veces nos puede. Pues resulta que la pereza no suele traer nada bueno. Y si no, que se lo pregunten al protagonista de esta historia.
Y si buscas cuentos narrados, los encontrarás aquí:
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