Este cuento, ‘La cucaña’, en realidad parte de un extracto del libro por antonomasia del escritor Miguel Delibes: ‘El camino’. Es un momento en el que se describe cómo ‘el Mochuelo’, uno de los niños de un pueblo de Cantabria (norte de España), decide subir hasta lo alto de una cucaña (un palo muy alto al que se sube como tradición en algunos pueblos). Para el niño es algo más que un juego. Es todo un desafío. No te pierdas el relato y las conclusiones sobre el mensaje que transmite.
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ToggleEl cuento de La cucaña para niños
En el prado se respiraba un ambiente festivo. Todavía se podía captar el olor de los churros, y las risas iban de aquí para allá, mecidas por una suave brisa. En medio, estaba la cucaña, diez metros más alta que otros años. Todos se arremolinaron en torno a ella. ¡Estaba a punto de comenzar el espectáculo!
Dos mozos ya estaban junto a ella preparados, con su indumentaria precisa y unas fuertes manos con las que pensaban coronar el extremo más alto de aquel palo. Pero ninguno de ellos consiguió subir más de un par de metros.
Para incentivar a los participantes, uno de los hombres que se encontraba allí dijo, señalando a lo más alto de la cucaña:
– ¡Allí arriba hay cinco duros! Quien los consiga pillar, que me convide.
Fue entonces cuando el pequeño Daniel, alias ‘el Mochuelo’, miró a su amigo Roque y le dijo:
– Roque, voy yo a por ellos.
Su amigo le miró algo incrédulo, pero antes de que pudiera decir nada, el Mochuelo ya se había encaramado a la cucaña de un salto.
El ascenso del Mochuelo
No le costó nada subir los primeros metros. Él, acostumbrado a trepar por los árboles, se lo tomó como un juego.
El palo comenzó a oscilar entonces, pero para Daniel no era más que un árbol mecido por el ciento, y no tuvo miedo. Siguió ascendiendo, a pesar del grito de su madre:
– ¡Daniel, hijo! ¡Baja de ahí, que está muy alto!
El chico no hizo caso y sin dejar de perder la vista en el final del palo, comenzó a ascender por la parte final, que era mucho más delgada y algo escurridiza. Ahora sí, la cucaña se balanceaba de un lado a otro por el peso y Daniel sintió que era una catapulta a punto de lanzarlo contra los montes. Pero pensó en los cinco duros y estaban tan cerca… que siguió ascendiendo, hasta llegar a lo más alto.
Vio el sobre con el dinero, pero como no se atrevía a soltar ninguna mano, lo atrapó con los dientes. No se oyó ningún aplauso. Solo el silencio. Todos permanecían con el corazón en un puño, como presagiando una desgracia. Pero el muchacho comenzó a descender con mucha agilidad, y en nada alcanzó la tierra firme. Entonces sí, estalló de golpe un estruendo, un tumulto de aplausos, ‘vivas’ y vítores. Daniel sentía palmetazos en la espalda y cachetes y besos en la cara. También las lágrimas de su madre, que empaparon su pelo mientras le abrazaba.
(Adaptación del extracto ‘La cucaña’, de Miguel Delibes)
Qué podemos trabajar con este texto corto de Delibes
Utiliza este extracto del Camino, ‘La cucaña’, para reflexionar con los niños sobre:
- La confianza en uno mismo.
- El esfuerzo y la perseverancia.
- Las recompensas al esfuerzo.
- El miedo.
Reflexiones sobre el cuento ‘La cucaña’
Si este cuento corto de La Cucaña fuera una fábula, su moraleja bien podría ser un dicho popular muy conocido: ‘quien la sigue, la consigue’. Y es que no hay nada como creer que uno puede hacer algo, para lograrlo:
- La fe en uno mismo, imprescindible: ‘El Mochuelo’ era pequeño, pero grande por dentro. Y esta fortaleza que le hizo lanzarse de golpe a la cucaña, tiene que ver con la confianza en uno mismo. Nadie le dijo que no pudiera hacerlo, y él estaba convencido de que podía llegar hasta lo más alto de aquel palo. Suficiente para intentarlo. Es más, para conseguirlo. La confianza en uno mismo es como ese alimento que nos ayuda a crecer y a conquistar nuestras metas.
- Un incentivo extra también ayuda: Desde luego, que un buen incentivo ayuda bastante. Aporta ilusión y una razón muy poderosa para seguir adelante en caso de encontrar algún obstáculo, como pasó en La cucaña. ‘El Mochuelo’ no lo tuvo fácil. Aquel palo se balanceaba con fuerza y hubo un momento en el que pensó que podría salir mal. Sin embargo, miró al extremo de la cucaña y vio el sobre con el dinero. Ese incentivo le hizo superar el miedo al fracaso y seguir adelante. ‘Quien algo quiere, algo le cuesta’.
Más reflexiones sobre este cuento de Delibes
- El premio a la perseverancia: Podríamos pensar que el premio al esfuerzo y la perseverancia para Daniel fue el sobre con el dinero, pero en realidad, el mayor premio para él fue demostrarse una vez más que podía lograr conquistar una meta difícil. Los aplausos de reconocimiento por parte de todos los del pueblo, y las lágrimas de orgullo de su madre, fueron para él el mejor regalo.
- ¿Quién dijo miedo?: En esta historia, el miedo planea y se desdibuja gracias a la autoestima y perseverancia de nuestro protagonista, que no duda en alejar esta emoción para seguir adelante en su camino. El miedo es bueno cuando nos ayuda a evitar un peligro, cuando nos avisa de un riesgo y nos recuerda que debemos ser prudentes, pero el miedo también puede ser nuestro peor enemigo cuando en lugar de controlarlo y convertirlo en prudencia, nos dejamos arrastrar por él y terminamos minando nuestra autoestima y abandonando un proyecto. Daniel en este caso supo encontrar el límite y convertir el miedo en advertencia para terminar por subir con prudencia por la cucaña en esos últimos y peligrosos metros.
«El mayor premio al esfuerzo es demostrarse a uno mismo que consiguió alcanzar la meta»
Reflexiones sobre ‘La cucaña’
Otros fascinantes cuentos para niños
¿Te gustó el cuento de La cucaña? Pues aquí tienes otros precioso cuentos poco conocidos que te sorprenderán:
- El duro invierno: Este cuento, en donde los animales son los protagonistas, nos habla de valores esenciales como la empatía, la solidaridad y la cooperación. ¡Precioso!
- De cómo los habitantes de Bollos de crema recuperan su pueblo: Uno de los cuentos más originales que podrás encontrar, en donde la imaginación va de la mano con la curiosidad y valores esenciales como la cooperación y el esfuerzo. ¡Descúbrelo!
- Los tres cabritos Gruff: Este popular cuento noruego también nos habla de confianza, esfuerzo y coraje. Un cuento muy original y divertido, ideal para los más pequeños.
Y recuerda que también puedes escuchar cuentos narrados a través de todos estos podcast: