Hemos rescatado este cuento anónimo español, ‘La balanza de plata’, que nos habla acerca de la necesidad de aprender por nosotros mismos a juzgar nuestros comportamientos, sin tener que preguntar a otros para que nos den un juicio de valor. Ningún juez es más implacable con nosotros que nosotros mismos. No te pierdas este interesante cuento popular y la enseñanza que nos deja.
TIEMPO DE LECTURA: 4 MINUTOS
El cuento español ‘La balanza de plata’
Existió en un pequeño pueblo español una tienda de hermosas telas. Durante mucho tiempo, fue lugar de encuentro de muchos vecinos. Pero sus encargados, ya mayores, no tenían hijos, y nadie quiso hacerse cargo de la tienda en el momento de su jubilación. Así que la hermosa tienda de telas cerró para siempre. Y con el tiempo, se convirtió en un local triste, vacío y abandonado.
Años después, un grupo de niños que jugaba junto al local, vio que una de las ventanas se había roto.
– ¿Y si pasamos a ver qué hay dentro?- dijo uno de ellos.
– ¡Sí, sí, igual encontramos un tesoro!- respondió entusiasmado otro.
Y así es como uno a uno fueron colándose en el local, aprovechando el agujero que una tormenta había hecho en el cristal de una ventana.
Pero al entrar se llevaron una tremenda decepción. ¡Aquel local estaba vacío! Además, las paredes estaban llenas de humedad. Oscuro, y con algún mueble ya desgastado…
Sin embargo, justo cuando iban a darse la vuelta, vieron algo brillar tras el mostrador. Al acercarse descubrieron que se trataba de una balanza de plata, perfectamente pulida, brillante, hermosa, con un precioso adorno en el centro.
– ¡Guau! ¡Qué bonita!- dijo uno de los niños.
– ¡Y cómo brilla!- dijo otro.
La balanza de plata y ‘su magia’
Pepito, el más bueno de todos ellos, decidió tocarla y de pronto, ocurrió algo increíble. ¡Aquella balanza era mágica! Uno de sus platillos se inclinó a la derecha. De la balanza comenzó a ascender una intensa luz repleta de estrellas muy brillantes. Los niños abrieron mucho los ojos. Nunca habían visto algo tan hermoso. Al cabo de un rato, la balanza se equilibró y la luz cesó.
– ¡Déjame a mí!- dijo el niño más impulsivo, algo egoísta y bastante vanidoso…
Cuando este niño tocó la balanza, fue el platillo izquierdo el que se inclinó y de él salió una siniestra luz repleta de espadas y piedras. ¡Qué susto se llevaron! El niño más inteligente del grupo entendió lo que pasaba:
– La balanza nos dice si nos hemos portado bien o mal…
Sorprendidos ante este hallazgo, los niños fueron rápidamente a contárselo al resto. Día tras día, numerosos niños entraban por la ventana rota al local para consultar a la balanza si se portaron bien o mal. Y de tanto usarla, un día, la balanza se apagó. Dejó de funcionar. Los niños que la encontraron se apenaron mucho.
Un día, entraron al local a despedirse de ella. Y por increíble que parezca, ese día, la balanza les habló, y dijo:
– Hasta ahora he sido yo la que os ha dicho cómo han sido vuestros actos. Pero es hora de que aprendáis a juzgarlos por vosotros mismos. Antes de actuar, recordar que vuestro comportamiento generará luz o sombra… Y de vez en cuando, pensar… ¿Qué os diría la balanza de vuestros actos?
Los niños asintieron y se despidieron para siempre de la balanza. Aprendieron a reflexionar sobre sus actos y a medir las consecuencias de todos ellos.
Qué temas podemos trabajar con el cuento ‘La balanza de plata’
Utiliza este cuento popular español, ‘La balanza de lata’, para reflexionar sobre:
- El bien y el mal.
- Las consecuencias de nuestros actos.
- La necesidad de hacer autoanálisis de nosotros mismos.
- El valor de la humildad.
Reflexiones sobre el cuento ‘La balanza de plata’
No necesitas que otros te digan qué hiciste bien o qué hiciste mal. Puedes juzgarte a ti mismo:
- Reflexiona sobre tus actos: La balanza de plata dio una gran lección a todos los niños que acudían a ella para saber si se portaban bien o mal, es decir, para juzgar sus actos. Nadie mejor que uno mismo para darse cuenta de cómo se ha comportado con los demás.
La auto reflexión es un ejercicio muy sano que nos ayuda a conocernos mejor, a descubrir nuestros defectos y a arrepentirnos de aquello con lo que no estamos orgullosos. Si hay algo que debamos cambiar de nosotros mismos, por el daño que pueda hacer a otros, lo primero es reconocer los errores y pensar en cómo enmendarlos. Es un ejercicio de humildad y crecimiento personal.
«La auto reflexión es un ejercicio muy sano que nos ayuda a conocernos mejor»
— (Reflexiones sobre ‘La balanza de plata’)
Más reflexiones sobre el cuento de ‘La balanza de plata’
- La humildad de reconocer nuestros errores: Para mejorar antes debemos reconocer nuestros errores. La balanza de plata ayudó a los niños a hacerlo, pero el aprendizaje realmente llega cuando no tiene que ser otros los que nos digan qué hacemos mal y qué hacemos bien.
Debemos aprender a reconocer por nosotros mismos aquello que hicimos mal. En el momento en el que entendemos que todos nuestros actos repercuten en los demás, creamos una conciencia que nos recuerda constantemente que debemos dar al otro lo que quisiéramos recibir.
- Todos tenemos una balanza de plata en nuestro interior: Sí, la moraleja de este hermoso cuento infantil es que todos tenemos una balanza de plata dentro de nosotros mismos, una balanza que mide nuestros actos y nos recuerda que podemos recibir estrellas o espadas y piedras dependiendo de cómo interactuemos con los demás.
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