El capítulo XVII de El Principito narra la historia del encuentro entre el niño y una serpiente, una vez que llega al planeta Tierra después de visitar otros muchos planetas. Aquí encontrarás una adaptación del capítulo de El Principito y la serpiente, que nos habla de temas como la soledad o la tentación.
TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS
La historia de El Principito y la serpiente para niños y mayores
El séptimo planeta que visitó el Principito fue la Tierra, un planeta enorme en donde cabían muchos geógrafos, muchos reyes, miles y miles de vanidosos y millones de faroleros… Sin embargo, al llegar a la Tierra, el Principito no vio a nadie y temió haberse equivocado. Hasta que de pronto notó algo moverse en la arena del desierto.
– Buenas noches, dijo el Principito.
– Oh, buenas noches- respondió educada una serpiente.
– ¿Me podrías decir en qué planeta estoy?
– En la Tierra, en África.
– ¿Y es que no hay nadie en la Tierra?- preguntó sorprendido el Principito.
– Esto es el desierto- respondió la serpiente- En el desierto no hay nadie. Es que la Tierra es muy grande…
Entonces el Principito se sentó en una piedra y miró al cielo en busca de estrellas.
– Seguro que las estrellas están siempre encendidas para que encontremos nuestro planeta. Allá está el mío, ¿lo ves?
– Muy hermoso- respondió la serpiente-. ¿Y qué vienes a hacer aquí?
– Estoy disgustado con una flor.
– Ah, vaya- respondió la serpiente.
Y ambos guardaron silencio.
El Principito y la serpiente: ¿Qué quiere del niño?
– ¿Y dónde están los hombres?- preguntó de pronto el Principito- Se está muy solo en el desierto.
– Bueno, con los hombres también puedes estar muy solo.
– Qué animal más raro eres. Delgado como un dedo.
– Pero soy más poderoso que el dedo de un rey.
– No lo creo- dijo entonces el Principito- ¡Si no tienes ni patas! No puedes viajar.
– Eso es lo que tú te crees… Yo puedo llevarte a un mundo increíble más rápido que los pájaros- Y dijo esto susurrando y enroscándose en el tobillo del niño-. Puedo devolver a la tierra a un hombre con solo tocarlo… pero tú eres puro, y vienes de una estrella. Pero si algún día lo necesitas, puedo devolverte a ese lugar del que te hablo…
– Ya lo entiendo. No sé por qué siempre hablas con enigmas.
– Yo los resuelvo todos- dijo al fin la serpiente.
Y los dos quedaron de nuevo en silencio. Después, el Principito siguió su camino y la serpiente se quedó allí sola.
Qué puedes trabajar con este capítulo: ‘El Principito y la serpiente’
Este cuento basado en el capítulo XVII del Principito, ‘El Principito y la serpiente’, utiliza la metáfora para hablar de estos temas:
- El poder de los más pequeños.
- La tentación.
- El concepto de soledad y de muerte.
Reflexiones sobre este capítulo del Principito y la serpiente para niños y mayores
Estamos ante uno de los capítulos más complejos del libro de Antoine de Saint- Exupéry. El escritor francés usa una metáfora y la imagen de la serpiente para advertirnos del peligro que suponen algunas tentaciones y esas personas que pueden ser aparentemente insignificantes pero muy dañinas y que seguramente encontremos en algún momento de nuestra vida en nuestro camino:
- Las tentaciones que aparecen en medio de la soledad: La vida no siempre es alegre y feliz. Muchas veces nos sentimos solos, tristes, angustiados, perdidos. O simplemente tenemos miedo. Ese es el momento en el que somos más vulnerables a las tentaciones y al daño que pueden hacernos algunas personas maliciosas. En este capítulo del Principito, el desierto representa nuestra soledad, o esos momentos en los que nos sentimos más vulnerables.
- La serpiente, esas personas que pueden hacernos daño: Si el desierto representa nuestra soledad y vulnerabilidad, la serpiente es la tentación y por supuesto, esas personas que aparecen justo en ese momento de debilidad para hacernos daño. A menudo son personas que aparentemente no son peligrosas, pero que esconden un veneno mortal. El Principito sin embargo no sucumbe a los encantos de la serpiente y es más, contempla desde su corazón puro su miseria y hasta siente lástima por ella, ya que entiende sus metáforas y sus propuestas.
«La soledad deja la puerta abierta a las tentaciones.»
— (Reflexiones sobre ‘E Principito y la serpiente’)
Más reflexiones sobre este capítulo del Principito y la serpiente
Alguien que es capaz de hacer daño a otros, de envenenarlos, de causarles un dolor de tal característica… alguien así que puede ser tan peligroso, al Principito le infunde mucha pena, ya que son personas a las que nadie quiere, que estarán solas en cualquier parte, no solo en el desierto. También cuando se encuentran rodeadas de más personas, tal y como la propia serpiente le dice al Principito con ese ‘Con los hombres también puedes estar solo’.
- Podemos sentirnos cerca de casa a pesar de estar lejos: En ‘El Principito y la serpiente’, el Principito en un momento dado se sienta a contemplar el cielo, y entre las millones y millones de estrellas es capaz de localizar su pequeño planeta y sentirlo muy cerca de él. Y eso, en medio de un desierto y a una tremenda distancia de él. Esa idea, la de poder sentir nuestro hogar cerca a pesar de estar lejos, se repetirá a lo largo del libro de El Principito.
- La propuesta de la serpiente: La serpiente no quiere hacer daño al Principito porque ve que no le tiene miedo y que además siente lástima por ella. Pero aún así, le propone acudir a ella si en algún momento se siente tan desesperado como querer desear el final, es decir, la muerte.
«Podemos sentirnos cerca de casa aún estando lejos…»
— (Reflexiones sobre ‘El Principito y la serpiente’)
Otras historias del Principito para niños y mayores
Si te gustó esta historia del Principito y la serpiente, seguramente disfrutes con estas otras. ¡No te las pierdas! Todas ellas incluyen sus reflexiones para ayudarte a entender sus metáforas:
- El dibujo del elefante y el cordero: El aviador, que es el narrador de esta historia, recuerda su niñez y cómo veía el mundo de forma diferente. La imaginación dibuja un mundo distinto, más profundo. Descubre este precioso primer capítulo del Principito.
- El principito y los baobabs: Todos tenemos miedos y emociones que nos hacen daño, que nos limitan y paralizan. Son como esos baobabs que crecen en el pequeño planeta del Principito. Descubre por qué él los arranca en cuanto nacen.
- El Principito y la rosa: No, no es lo mismo querer que amar. Y el Principito nos lo explica con esta historia de amor entre un niño y una flor. ¡Muy hermosa!
Y recuerda que algunos de estos relatos también los puedes escuchar narrados, junto con muchos otros cuentos, fábulas, leyendas…
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Un comentario
me recuerda este analisis una frase de calderon de la barca, que dice. La vida es sueño, la muerte un despertar.