Aquí tienes un cuento originario de Colombia, ‘El mono y el tiburón’, que también podría ser entendido como una fábula. Nos habla de cómo cada cual tiene una naturaleza que no puede rechazar. Igual que un león comerá animales, y un ciervo se alimentará de hierba.
TIEMPO DE LECTURA: 4 MINUTOS
El cuento colombiano del mono y el tiburón
Vivía un mono en un árbol muy cerca del mar y se sentía realmente privilegiado de poder tener esas preciosas vistas. Muchas veces, se quedaba ensimismado observando el oleaje, y los animales marinos que surcaban las aguas del océano.
El árbol en donde el mono vivía era un manzano, así que tenía deliciosas y dulces manzanas para comer.
Un día, un tiburón se acercó a la orilla. Observó al gracioso mono saltando entre las ramas del árbol y reparó en las manzanas… Nunca había probado esa fruta. ¿Cómo sería su sabor? Entonces, le preguntó al mono:
– ¡Oye, amigo mono! Esas manzanas tienen un aspecto increíble. Jamás probé una… ¿me podrías lanzar una de ellas para saber a qué saben?
El mono, que era muy generoso, le lanzó una manzana y el tiburón se la comió de un mordisco.
– ¡Esto es un manjar! ¡Qué suerte tienes!- le dijo el tiburón.
Desde ese día, el tiburón acudía de vez en cuando a ver al mono, y el animal le regalaba una manzana. Y así, poco a poco, se hicieron amigos.
El mono y el tiburón: la propuesta
Un día, el tiburón le dijo al mono:
– ¿Por qué no vienes conmigo a conocer el mar?
– ¿Estás loco?- respondió el mono- No soy un pez… me hundiría.
– No te preocupes, que yo te llevaré y no te pasará nada.
Como el mono era muy curioso y en realidad siempre había deseado conocer el mar de cerca, aceptó la invitación. Se subió al lomo de su amigo y se agarró fuerte a su aleta.
– ¡Qué maravilla!- exclamó el mono- ¡Qué de peces! ¡Cuántos corales se ven en el fondo!
El tiburón nadaba con seguridad y el mono no salía de su asombro. El mar era más hermoso de lo que pensaba. Pero de pronto, se oyó una voz muy fuerte que venía de las profundidades marinas:
– ¡Atención, hermanos tiburones! El rey está muy enfermo, y el médico asegura que sólo podrá curarse con hígado de mono.
El mono comenzó a temblar y el tiburón se paró en seco. El mono era su amigo, pero al fin y al cabo, él era un tiburón y tenía que ayudar a su rey.
– Lo siento, mono, pero debo llevar a mi rey tu hígado…
El mono y el tiburón: el ingenio
El mono, que además de curioso era muy astuto, pensó en la forma de salir de aquel embrollo.
– Espera, tiburón, tú eres mi amigo, y de muy buena gana te ayudaría… pero dejé el hígado junto al manzano para que no se dañara. Si me llevas a la orilla, te lo daré.
El tiburón, que era bastante ignorante, se lo creyó, y acercó al mono a la orilla. En cuanto pisó suelo firme, el mono se alejó corriendo y de un salto, se encaramó al árbol.
– ¡Espera!- dijo el tiburón- ¡Me dijiste que me darías tu hígado!
– ¡Ni loco- respondió el mono- Tú has obrado como un tiburón… y yo, como un mono.
Así que cada animal volvió a su lugar. El tiburón, al mar y el mono, al árbol.
Qué temas podemos trabajar con el cuento ‘El mono y el tiburón’
Utiliza este cuento popular de Colombia del mono y el tiburón para reflexionar sobre:
- La naturaleza de cada cual.
- El valor de la amistad.
- El ingenio y la resolución de problemas.
- La prudencia.
Reflexiones sobre el cuento ‘El mono y el tiburón’
Ya ves que la amistad no es prioritaria cuando la naturaleza nos pide algo… No te fíes de las grandes promesas y eso sí, mantente siempre alerta ante posibles ‘imprevistos’:
- No intentes ir ‘contra natura’: Este cuento del mono y el tiburón nos recuerda que cada cual tenemos una naturaleza que no podemos rechazar, por mucho que lo intentemos. Es igual que si mientes e intentas ser ‘otra persona’. Al final, con el tiempo, la mentira se desvanece y la verdadera naturaleza de esta persona sale a la luz. Por eso el tiburón, a pesar de que intentó por todos los medios forjar amistad con el mono, no pudo mantenerla. El instinto de su especie pudo más que esos supuestos lazos de amistad.
- No es ‘oro’ todo lo que reluce: Nos basaremos en este popular refrán español para desarrollar otro de los mensajes de este cuento. Todo parecía idílico. El tiburón solo quería comer manzanas… nada de hacer daño al mono, a pesar de su instinto carnívoro. Sin embargo, la realidad montó algo bien distinto. No te fíes de las apariencias y recuerda siempre la naturaleza del otro. Por mucho que intente ocultarla, al final se dejará llevar por ella. Hay cosas que no se pueden cambiar.
Una reflexión más sobre ‘este cuento
- Prudencia y mucha astucia: Este cuento del mono y el tiburón también nos habla de resolución de problemas. El mono, que ya sintió algo de miedo ante la propuesta del tiburón (su instinto le dijo que podía ser peligroso), se dejó llevar por la curiosidad. Esa que tantas veces nos mete en algún lío… Pero al igual que entró de lleno en un problema, supo resolverlo y salir airoso. Para ello, usó la persuasión y la astucia. Aprovechó la debilidad de su enemigo (poca inteligencia), para mentirle y escapar de sus fauces.
«La curiosidad nos puede meter en problemas, pero ahí surge el ingenio para solucionarlo.»
— (Reflexiones sobre el cuento del mono y el tiburón)
Otros cuentos con mensajes ‘de moraleja’
Si te gustó el cuento del mono y el tiburón, y buscas más cuentos como este, con mensajes que parecen moralejas, prueba a leer estos otros:
- El picnic de las tortugas: Este cuento que Prem Rawat recoge en uno de sus libros, trata del sentimiento de celos y a dónde nos llevan… Ideal para niños pequeños.
- El sapo y le ratón: Un cuento popular español protagonizado por dos animales. Uno de ellos, muy vanidoso pero algo torpe, El otro, muy astuto.
- El engaño de la milpa: Cuidado con las promesas…. que los más pícaros saben cómo engañar y salirse con la suya. Este cuento mexicano nos lo explica
Y recuerda que también puedes escuchar infinidad de cuentos, fábulas y leyendas, mediante estos podcast:
¿Te ha gustado el contenido?
Puntuación media 5 / 5. Votos: 6
¡Todavía no hay votos! Sé el primero en valorar el contenido.
Un comentario
Saludos. Una corrección. El nombre del juego es Ambó, ató.