Esta fábula india, ‘El hombre que deseaba ver el mar’, trata un tema muy interesante: el de las decepciones. Muchas veces nos hacemos ilusiones ante algo que deseamos mucho y no podemos tener, pero cuando al fin lo tenemos, no es tal y como imaginábamos. Y eso es porque tendemos a idealizar aquello que deseamos. No te pierdas este relato y las reflexiones finales.
TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS
La fábula del hombre que deseaba ver el mar
Existió en un pequeño pueblo del interior de la India un hombre muy trabajador y humilde. Cada día realizaba sus tareas y regresaba a casa para dormir y volver al trabajo bien temprano. Así, día tras día, pasaba el tiempo de forma monótona. Pero él sin embargo era feliz y se contentaba con la vida que creía, le había tocado vivir.
No tenía este hombre grandes aspiraciones. Tan solo tenía un deseo: ver el mar. Desde bien joven escuchaba con mucha emoción las historias de los ancianos que en su día fueron marineros. Le hablaban de marejadas, oleaje, enormes peces y misteriosas criaturas del océano. Había oído hablar del suave tacto de la arena, del olor tan característico del mar… del sonido de las aves marítimas. ¡Deseaba tanto poder conocer todo aquello!
Con la idea de poder visitar la costa un día, el hombre ahorraba una moneda cada semana y la guardaba en una caja de metal.
Los años pasaron y llegó el día en el que el hombre decidió que había llegado el momento:
– Ahora sí, podré hacer realidad mi sueño- dijo agarrando la caja y contando las monedas. Tenía suficiente para realizar un viaje durante una semana.
El hombre que deseaba ver el mar se va a la costa
Al día siguiente, se subió al primer tren con destino a la costa. Estaba tan emocionado, que se quedó dormido, y sólo despertó al escuchar el nombre del lugar a donde iba.
Agarró la bolsa en donde había guardado ropa y alimentos y bajó del tren. Preguntó por la playa y se dirigió hacia allí a grandes zancadas. ¡Estaba deseando ver el mar!
Al llegar, corrió hacia la orilla, se quitó los zapatos, y sintió por primera vez la mullida arena en sus pies. Dos enormes lágrimas de felicidad corrían por sus mejillas. El mar era más azul, más inmenso y más hermoso de lo que había imaginado.
Se acercó para dejar que las olas bañaran sus pies. Escuchó el sonido de la marea, el grito de las gaviotas, el ronroneo del viento… Y entonces, se agachó para probar el agua. Tomó con cuidado un poco entre sus manos y bebió de ella. Al instante, la escupió.
-¡Puag! ¡Está salada! Qué pena… con lo bonito que es el mar… ¡y lo mal que sabe!– dijo algo decepcionado el hombre.
Moraleja: ‘Siempre habrá algo decepcionante en aquello que tanto idealizaste’.
(‘El hombre que deseaba ver el mar’ – Fábula de la India)
Qué temas puedes trabajar con la fábula del hombre que deseaba ver el mar
Utiliza esta fábula popular de la India, ‘El hombre que deseaba ver el mar’ para reflexionar sobre: – Los deseos que tendemos a idealizar.
- Las decepciones, la frustración.
- El pensamiento positivo.
- La paciencia.
- El esfuerzo y la perseverancia.
- La belleza de la imperfección.
Reflexiones sobre la fábula ‘El hombre que deseaba ver el mar’
Las frustraciones llegan cuando aquello que tanto deseábamos no llega o llega, pero no es como nosotros lo imaginábamos:
- La paciencia y esfuerzo del protagonista: El protagonista de esta historia, el hombre que deseaba ver el mar, supo esperar. La paciencia es fundamental a la hora de cumplir nuestros sueños. La paciencia, la perseverancia y el esfuerzo. Cada semana, el hombre fue ahorrando meticulosamente y alimentando con esas monedas su sueño. El deseo no solo se mantenía, sino que crecía cada vez más. Y como en el cuento de la lechera, la imaginación comenzó a crear una realidad totalmente idealizada. Nuestro protagonista imaginaba el mar perfecto. Pero nada lo es…
- La idealización de la realidad: Cuando deseamos algo, tendemos a idealizarlo, a esperar más de lo que después solemos encontrar. Luego, la realidad nos recuerda que no hay nada perfecto y llega la decepción o la frustración cuando somos incapaces de quedarnos solo con lo bueno de aquello que tanto deseábamos.
«Cuando deseamos mucho algo, tendemos a idealizarlo, y luego llega la frustración…»
— (Reflexiones sobre ‘El hombre que deseaba ver el mar’)
Más reflexiones sobre ‘El hombre que deseaba ver el mar’
- El sentimiento de frustración: La frustración es la decepción ante algo que queríamos e imaginábamos y no conseguimos o sí lo conseguimos pero no es como nosotros esperábamos. Es lo que le sucede al hombre que deseaba ver el mar. Pensaba que iba a ser perfecto, porque lo había idealizado demasiado, y sintió un gran pesar al darse cuenta de que no lo era.
- La importancia de pensar en positivo: ¿Sabes cómo hubiera disfrutado más el hombre que deseaba ver el mar de ese encuentro con aquello que tanto deseaba? Centrándose en todas aquellas buenas emociones que el mar despertó en él. En el tacto de la arena, el sonido del mar… y olvidando las imperfecciones. Quedarse con lo bueno, lo que nos hace sentir bien, es usar el pensamiento positivo que nos ayuda a ser más felices en la vida.
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