No te pierdas esta fantástica fábula de Esopo para niños, ‘El asno que llevaba sal’, una fábula corta que nos habla de prudencia y nos advierte de la necesidad de no sacar conclusiones generales a partir de una sola experiencia. No todas las situaciones similares se solucionan de la misma manera ni tienen las mismas consecuencias, así que mucho cuidado con tomar conclusiones ‘a la ligera’…
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La fábula de Esopo ‘El asno que llevaba sal’
Caminaba un asno por la orilla de un río con dos pesadas bolsas de sal. El borrico resbaló y cayó al agua. Pero la sal, al contacto con el líquido, se deshizo. Así que al salir del agua, el asno notó que la carga era mucho más ligera.
– ¡Qué suerte la mía!- pensó.
Y dio la casualidad que a los pocos días, el asno tuvo que recorrer el mismo camino, pero esta vez llevaba a cada lado un cargamento de esponjas, que al ser muchas, comenzaban a pesarle.
– Si me tiro al agua, pasará como con la sal y la carga me pesará menos- pensó el borrico.
Pero al tirarse al río, las esponjas comenzaron a absorber el agua y el asno, por más que intentó salir, no lo consiguió.
Moraleja: «Ante situaciones muy similares, no obres siempre del mismo modo, porque los resultados pueden ser diferentes»
(‘El asno que llevaba sal’ – Esopo)
Escucha el podcast de la fábula del asno que llevaba sal
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Qué puedes trabajar con esta fábula de Esopo del asno que llevaba sal
Utiliza esta fábula corta del asno que llevaba sal para hablar con los niños de:
- No debemos sacar conclusiones de una sola experiencia.
- El valor de la prudencia.
- Por qué debemos usar el sentido común antes de tomar una decisión.
Reflexiones sobre la fábula ‘El asno que llevaba sal’
A veces nos ocurre como al protagonista de esta fábula de Esopo, que sacamos conclusiones precipitadas a raíz de una vivencia y claro, luego nos puede jugar una ‘mala pasada’:
- Cuidado con sacar conclusiones precipitadas: Una misma situación puede tener desenlaces muy diferentes. Porque el resultado final siempre dependerá de muchos factores, no solo de uno. El asno de esta historia (‘El asno que llevaba sal’), pensó que si la primera vez el agua deshizo la carga que llevaba, siempre lo haría. Y no tuvo en cuenta que tal vez todo dependa de la carga que lleve.
- Usa el sentido común: Antes de tomar una decisión que puede llevarnos de cabeza a un problema, debemos pensar, primero con sentido común, y también con inteligencia. Si el borrico hubiera usado el sentido común, se habría dado cuenta de que la carga que llevaba, las esponjas, podían hacer que se ahogara en el río al absorber el líquido y aumentar de tamaño y peso. Pero ni lo pensó, ni tuvo en cuenta posibles consecuencias de su decisión. Antes de actuar, siempre debemos pensar en ellas.
«Antes de tomar una decisión precipitada, piensa muy bien en las posibles consecuencias y usa siempre la prudencia.»
— (Reflexiones sobre ‘El asno que llevaba sal’)
- Y por supuesto, siempre con prudencia: Tal vez si el burro hubiera sido más prudente, habría probado antes de tirarse por entero al agua qué pasaba con su carga… dejando caer al río por ejemplo una esponja. Así se hubiera dado cuenta del error que iba a cometer. La prudencia, que nace del miedo al riesgo y al peligro, es muy necesaria para evitar este tipo de situaciones.
Más fábulas y cuentos sobre la prudencia
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- No te fíes de las promesas, El carbonero: Este cuento nos deja un mensaje muy claro, y está relacionado con la necesidad de desconfiar de los desconocidos y de las promesas que puedan hacernos.
- El perro y el cocodrilo: Una fábula corta de Samaniego que también nos habla de prudencia y de cómo evitar ciertos riesgos.
- El águila, la corneja y la tortuga: Esta interesante fábula nos advierte del peligro de los que acompañan a los poderosos. De ellos debemos protegernos con prudencia.
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