‘El águila, la corneja y la tortuga’ es una fantástica fábula de Fedro sobre la prudencia. Nos explica por qué debemos desconfiar de aquellos poderosos que se rodean de consejeros maliciosos y astutos. No te pierdas este relato breve y utilízalo para reflexionar con tu hijo acerca del valor de la prudencia.
TIEMPO DE LECTURA: MENOS DE 1 MINUTO
Una fantástica fábula sobre la prudencia para niños: ‘El águila, la corneja y la tortuga’
Un águila consiguió cazar una tortuga, pero la tortuga se metió con mucha rapidez en su caparazón, de forma que el águila era incapaz de comerse a la tortuga. De hecho, se pasó un buen rato pegando picotazos en su caparazón sin éxito.
Pero entonces llegó una astuta corneja, y al ver lo que hacía el águila, le dijo:
– ¿Pero por qué malgastas así tu tiempo? No conseguirás hacer que salga. ¿Por qué no la tiras desde lo alto de la montaña? Verás cómo se hace papilla…
El águila decidió hacer caso a la corneja, y efectivamente, consiguió comerse a la tortuga. En agradecimiento al consejo del pájaro, le invitó al festín.
Moraleja: «Aléjate de los más poderosos, más aún si tienen a su lado un consejero astuto y malicioso».
(‘El águila, la corneja y la tortuga’ – Fedro)
Valores y temas que puedes trabajar con esta fábula corta
Este relato tan breve de Fedro nos invita a reflexionar sobre estos valores y temas importantes:
- El importantísimo valor de la prudencia.
- Por qué debemos evitar a los más poderosos.
- El valor de la gratitud.
Reflexiones sobre la fábula ‘El águila, la tortuga y la corneja’
La prudencia es un valor esencial en nuestro día a día, pero más aún cuando se trata de prevenirse ante los poderosos, aunque no los consideremos peligrosos a simple vista. ¿Sabes por qué? A veces el peligro no está en los poderosos, sino en aquellos que les rodean:
- Cuidado con los astutos: Porque la astucia puede seguir dos vertientes: el bien o el mal. El astuto puede usar su inteligencia para hacer el bien y ayudar a otros, pero también puede utilizarla para ofrecer ideas que supongan un riesgo para otros.
- Al poderoso hay que temerle por aquellos que le rodean: Está claro que el poder atrae a los que buscan oscuros intereses. No suelen llevar buenas intenciones, pero sí pueden ser astutos y muy inteligentes. El resultado puede ser similar al de la corneja que aconseja al águila con la intención de sacar buen partido del resultado. Al poderoso, pues, se le debe temer no por ser poderoso, sino porque puede estar rodeado de consejeros con malas intenciones.
- La prudencia, a todas horas: No te despistes, ni te confíes demasiado. En ciertas circunstancias, el miedo es un gran aliado para mantenernos a salvo. Si algo no te inspira confianza, mejor aléjate. Puede que sea solo un presentimiento, pero también puede ser una advertencia de tu instinto de prudencia. Hazle caso por si acaso.
Preguntas para mejorar la comprensión lectora de tu hijo
Ayuda a tu hijo a mejorar su atención y comprensión lectora con todas estas preguntas, que podrás hacer al finalizar la lectura:
1. ¿Por qué no conseguía el águila comerse a la tortuga que había cazado?
2. ¿Qué consejo le dio la corneja?
3. ¿Consiguió el águila al final comerse a la tortuga?
Otras interesantes fábulas sobre prudencia para niños
Existen infinidad de fábulas que hablan del valor de la prudencia, un instinto que nos advierte del riesgo y nos protege frente a inminentes problemas. Aquí tienes algunos ejemplos:
- Haz caso de los consejos de los más sabios… La golondrina y los pájaros: Jean de La Fontaine nos ofrece una preciosa fábula en donde una golondrina, muy sabia por haber viajado mucho, advierte al resto de pájaros de un inminente peligro. Pero ellos prefieren no hacer caso y no escuchar sus consejos.
- La cigarra y la hormiga: Además de hablar de la utilidad del valor del esfuerzo (del que siempre conseguimos alguna recompensa), la hormiga advierte a la cigarra sobre el problema que tendrá en invierno si no trabaja durante el verano. Ser previsor también es una forma de prudencia necesaria.
- El chacal y el cocodrilo: Esta fábula india nos recuerda lo importante que es no bajar la guardia aunque pensemos que el peligro ya pasó. Ante los astutos, doble dosis de prudencia.
- Cuidado con los despistes… La lechera: A veces la ensoñación y la ilusión con la que pensamos en el futuro consiguen que nos distraigamos y anulemos por un momento el sentido de la prudencia. El resultado… puedes imaginarte.
- Los tres peces: Cuidado con la soberbia, que a veces nos hace ‘bajar la guardia’ y desconfiar del que nos ofrece una advertencia que busca nuestro bien. No desconfíes de quien no debes, y por si acaso, presta atención a todas las advertencias.
Y si buscas fábulas narradas, podrás escuchar muchas aquí:
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