Descubre este precioso cuento suizo, ‘El agujero en la manga’, que nos habla de generosidad y de cómo la Naturaleza tantas veces nos da justo lo que necesitamos.
TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS
El cuento suizo ‘El agujero en la manga’
Cuentan que un niño de familia muy humilde descubrió un buen día con horror un agujero enorme en su camisa blanca del colegio. Era la única que tenía, y el agujero estaba a la altura del codo. Su vergüenza era tal, que era incapaz de concentrarse en clase, pensando constantemente en ocultar el agujero en la manga de la camisa, para que sus compañeros no se burlaran de él.
Durante días pidió a su madre que cosiera el agujero, pero ella estaba siempre muy ocupada y no tenía tiempo para zurcir… Le pidió el favor a sus hermanas mayores, pero se negaron entre risitas… Él mismo lo intentó, pero sólo conseguía pincharse una y otra vez el dedo… El resultado era desastroso.
Acudió en busca de unas tías suyas, pero tampoco pudieron hacer nada.
– Tenemos prisa, cariño- dijeron sin darle demasiada importancia al agujero en la manga de su camisa.
Desesperado, el niño se adentró en el bosque, llorando amargamente, hasta que se detuvo frente a un árbol de hermosas ramas. De una de ellas, se columpiaba una araña. Había tejido una tela espectacular, y el niño pasó un largo rato observándola. Se dio cuenta de la habilidad de aquella pequeña araña, y decidió probar suerte:
– Disculpa, araña, sé que no soy quién para pedirte un favor, pero estoy impresionado con tu arte para zurzir. ¡Eres la mejor! Seguro que podrías arreglar el agujero en la manga de mi camisa, ¿a que sí?- le pidió con una amable sonrisa.
La araña, complacida por sus gentiles palabras, decidió ayudar al niño. De un salto, se colocó sobre su manga y con tremenda habilidad, consiguió crear una tela blanca y finísima tapando el agujero de la camisa. El niño no podía estar más contento.
– ¡Está como nueva! ¡Muchas gracias, araña! Sólo tengo una canica, pero es tuya, te la regalo. Me has hecho muy feliz.
El niño estaba realmente pletórico. Por fin podría atender en clase sin tener que preocuparse por tapar el agujero en la manga de su camisa.
Al día siguiente, escuchó la clase del profesor, que curiosamente trataba sobre los arácnidos y su capacidad para tejer. Sonrió al descubrir que ya se sabía toda la lección. Nada como la propia Naturaleza para enseñarnos…
Qué temas puedes trabajar con el cuento ‘El agujero en la manga’
Utiliza este cuento popular suizo del agujero en la manga para reflexionar acerca de:
- Nuestros complejos.
- La generosidad.
- Qué nos enseña la Naturaleza.
- El valor de la gratitud.
Reflexiones sobre el cuento ‘El agujero en la manga’
Las mejores lecciones son las que aprendemos de la Naturaleza, como en este caso, Este cuento anónimo originario de Suiza nos recuerda que debemos valorar las habilidades de cada uno de los seres vivos. Por pequeños que sean…
- Pequeña pero muy hábil: En este cuento del agujero de la manga tenemos a dos protagonistas. Uno de ellos es el niño que pide ayuda, avergonzado por llevar al colegio una camisa rota. Y el otro protagonista es una araña, pequeña, aparentemente insignificante, pero con un don especial y una habilidad para tejer que solucionará el problema del niño. No hay animal que no posea un don, algo que le haga único y especial. La araña demostró al pequeño que no hace falta ser grandioso para ser importante.
«No hace falta ser grande y poderoso para ser importante»
— (Reflexiones sobre ‘El agujero en la manga’)
- La generosidad que da felicidad: No hay nada que nos haga más felices que poder ayudar a otra persona, ¿verdad? La felicidad que se despierta en el otro con un simple gesto de generosidad, hace que la vida parezca mejor. Es lo que el niño de este cuento experimentó al recibir la ayuda generosa de la pequeña araña. Nadie parecía poder ayudarle. Sólo la Naturaleza, en este caso, la araña. le escuchó de verdad.
- Las lecciones de la Naturaleza: El niño no tenía grandezas para pagar a la araña por arreglar el agujero de la manga de su camisa, pero decidió entregarle lo más valioso para él, su única canica. El verdadero valor de los regalos es el amor con el que se entregan, y lo valiosos que son para el que los ofrece.
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