Esta es la historia de la ‘Princesa Acafala’, y parte de una leyenda muy antigua originaria de Perú. La historia, que explica de forma mística el origen de las estrellas de mar, en realidad nos habla del peligro que supone para uno mismo la prepotencia y la vanidad. Te ofrecemos la leyenda y unas reflexiones sobre los mensajes que transmite.
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La increíble leyenda de la princesa Acafala
Cuenta una antigua leyenda de Perú una sorprendente historia sobre una bella princesa muy vanidosa… Se llamaba Acafala, y era hija de unos reyes muy queridos por el pueblo. Sin embargo, ella, bella como el mismísimo firmamento, sólo pensaba en sí misma y en su aspecto exterior.
Tenía los ojos muy grandes y brillantes, una hermosa melena larga negra como el azabache, y una grácil y esbelta figura. Olía a flores y al andar todos se quedaban mirándola.
Sus padres estaban preocupados por ella, porque lejos de querer cultivar su intelecto y su interior, Acafala sólo pensaba en cómo ser más y más hermosa.
Ignoraba a todo aquel que intentaba acercarse a ella, a quien pretendía su mano, a quien intentaba amarla. Sólo quería estar sola, en su lugar favorito: la playa. Muchas noches se acercaba para contemplar el cielo estrellado, envidiando como nadie la belleza de las estrellas.
– ¡Ojalá fuera más hermosa que todo el firmamento junto!- decía constantemente.
Sus padres, cansados de sus caprichos, propusieron un día que escogiera a alguno de sus pretendientes para formar una familia. Ella, que odiaba a todo el mundo excepto a ella misma, se enfadó muchísimo. Esa misma noche, salió corriendo hacia su playa y gritando a las estrellas les dijo:
– Admiradme bien, estrellas, pues nadie, ni siquiera vosotras, podéis competir con mi belleza. Soy la más hermosa del universo entero.
Las estrellas escucharon, atónitas. Conocían a Acafala y estaban cansadas de su vanidad sin límites. Ella no quería cambiar, y decidieron que debían castigarla. Entonces, decidieron convertirla en estrella, como ella, pero en lugar de ascenderla hasta el cielo, la escondieron en las profundidades del mar, en la zona de mayor oscuridad, en donde no pudiera brillar y nadie pudiera verla.
Allí se quedó por siempre la princesa Acafala, sola, rodeada de oscuridad. Poco a poco el mar se fue llenando de más estrellas de mar como ella, que nos recuerdan la importancia del valor de la humildad.
Qué temas puedes trabajar con la leyenda de ‘La princesa Acafala’
Utiliza esta hermosa leyenda peruana de ‘La princesa Acafala’ para reflexionar sobre todos estos temas:
- La vanidad, la soberbia,
- El valor de la humildad.
- Por qué la belleza interior es más importante.
Reflexiones sobre ‘La princesa Acafala’
No te preocupes tanto por tu apariencia externa, y preocúpate más por la belleza interior, que tiene que ver con la bondad y los valores:
- Esa terrible vanidad que tanto daño hace: La vanidad a quien perjudica es, sobre todo, a uno mismo. La persona vanidosa no se da cuenta del terrible daño que se está haciendo. En este caso, la princesa Acafala no era consciente del peligro que le acechaba. La vanidad es como un vicio, una adicción: cada vez quieres más, necesitas más y más.
En este caso, la princesa Acafala quería ser más y más hermosa. No encontraba límites a estos deseos tan aferrados a ella. Lo que no sabía es que la vanidad la terminaría desterrando para siempre a la soledad, ya que los vanidosos son personas que terminan quedándose solas. Sólo los interesados, quienes piensan que pueden sacar rédito de su compañía, permanecen a su lado.
«El vanidoso lo que más valora no es lo que tiene, sino que los demás le admiren por la belleza que tiene»
— (Reflexiones sobre la leyenda ‘La princesa Acafala’)
Más reflexiones sobre la leyenda de ‘La princesa Acafala’
- Los vanidosos terminan siendo castigados: Sin duda, el final de esta leyenda de la princesa Acafala no es más que una metáfora. No significa que un vanidoso vaya a ser castigado por una fuerza superior, sino que al final, terminará quedándose solo.
El mayor castigo del vanidoso es no poder conseguir la belleza que tanto ansía o conseguirla, pero no poder compartirla con nadie, puesto que el vanidoso lo que más valora es que le admiren por lo que tiene. Eso le pasó a nuestra protagonista, a la princesa Acafala, que lejos de lograr el protagonismo que ansiaba, el poder ser centro de todas las miradas, la joven terminó sola y a oscuras, escondida y apartada. Sin duda, su mayor pesadilla.
- Contra la vanidad, la humildad: Los padres de la princesa Acafala deseaban que su hija ‘se curara’ de esa terrible vanidad. Para ello, intentaron buscar una solución en el amor, presentándole a jóvenes que la amaban y deseaban estar a su lado. Sin embargo, ni el amor pudo con ese deseo tan profundo de la vanidosa princesa. Sólo la humildad podría haberla curado, pero era una palabra inexistente para ella. Nos queda por saber si allá en las profundidades del océano consiguió al fin aprender la lección…
Otras preciosas historias sobre la humildad para niños
¿Te gustó la leyenda de la princesa Acafala? Si quieres profundizar en el tema de la vanidad y por contra, de la importancia del valor de la humildad, no te pierdas estos otros relatos:
- Leyenda de la araña: Esta leyenda peruana es muy similar a la de la princesa Acafala, y también tiene que ver con la vanidad y la prepotencia. Descubre aquí su historia.
- El barquero y el sabio: Este es un cuento de la India, que también nos habla de la humildad como un pozo sin fondo de sabiduría.
- La necesidad de la sal: Las cosas aparentemente más sencillas, son muchas veces las más importantes en nuestra vida… sólo que no somos capaces de valorarlas lo suficiente, hasta que las perdemos.
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