Este cuento inédito, ‘La bruja Leopoldina’, fue escrito por el gran Miguel Delibes (1920-2010). Sin embargo, lo desechó, y solo después de su muerte fue recuperado. El escritor solía quemar aquello que no le gustaba, pero no lo hizo con este cuento infantil. Simplemente, lo arrinconó, sin más.
Lo escribió con 18 años, en 1939, y cuenta la historia de una malvada bruja que entraba cada noche en una casa para robar. Aquí tienes una adaptación del cuento, que fue escrito con numerosas rimas para atraer la atención de los más pequeños.
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ToggleEl cuento de La bruja Leopoldina, para niños
Existió una vez una bruja muy dañina que llevaba por nombre Leopoldina. Vestía ropas anchas y unas graciosas pantuflas. Todas las noches, a eso de las doce, levantaba el vuelo con su escoba.
Al llegar a una casa muy hermosa rodeada de rosas, la bruja Leopoldina decía:
– ¡Arrea, mi escobita, entra ya por la chimenea pequeñita!
Y siempre, siempre, su escobita fiel le obedecía.
De esta forma la bruja Leopoldina sobre una silla o una mesa aterrizaba, y una vez que todo lo fisgaba, escogía lo más valioso y llenaba su escobita de tesoros.
Cuando ya tenía un buen montoncito, abandonaba la casa por el mismo camino. Y así hizo un día tras otro la bruja Leopoldina, durante tres días seguidos. Y por eso, Perico, el dueño de la hermosa casa, sospechó que algo extraño sucedía y se dijo:
– ¡A ver qué pasa! ¿Por qué me desaparecen tantas cosas?
Y decidió investigar lo que ocurría.
Cómo se libró Perico de la bruja Leopoldina
Era una noche especialmente fría. El viento rugía y rugía. Las nubes bailaban alocadas. Y Perico esperaba y esperaba sin perder las esperanzas.
Y justo a las doce, Perico escuchó el sonido: risas, más bien risotadas y una cancioncilla que a la bruja Leopoldina le encantaba.
La escoba se acercaba, bajó por la chimenea y de un salto la bruja aterrizó en el suelo. El chico, que espiaba tras la puerta, miró y remiró a Leopoldina, desde sus pantuflas al pelo rizado, y se le ocurrió ir al cuarto de Amadora, buscar una goma gruesa y larga y subir al tejado de puntillas, para que no le oyera la bruja.
Con mucho tino, enganchó la cuerda Periquito a un extremo de la chimenea. Hizo un buen nudo y después otro al otro lado. De esta forma, la bruja Leopoldina caería en su trampa.
Leopoldina, como en otros días, recogió todo lo que pudo muy ufana, y hasta intención de llevarse el gato tuvo. Pero justo a tiempo, se contuvo.
Sin sospechar nada, emprendió el camino de regreso, tomando carrerilla desde el descansillo, y rechinando los dientes de puro gusto, subió con su escoba por la chimenea como si nada.
– ¡Arrea! ¿Qué es esto?- pensó la bruja al verse atrapada por el pescuezo- ¡Una goma!
Ya sin poder hacer nada, la bruja Leopoldina fue expulsada lejos, muy lejos, con tan mala suerte que quedó atravesada por el pararrayos. Así desapareció para siempre, aunque dicen que su escoba, fiel como era a su ama, sigue volando y volando por el cielo sin hacer paradas.
Qué temas puedes trabajar con este cuento corto de La bruja Leopoldina
Utiliza este divertido cuento de La Bruja Leopoldina para hablar de:
- Por qué está mal apropiarnos de cosas que no nos pertenecen.
- Las consecuencias de las ‘trastadas’.
- El ingenio para solucionar problemas.
Reflexiones sobre el cuento corto ‘La bruja Leopoldina’
El cuento que escribió Miguel Delibes cuenta esta historia de una bruja malvada, la bruja Leopoldina, utilizando la rima constantemente. Se ha variado un poco el texto, pero la esencia es la misma. Los mensajes que transmite son:
- Las consecuencias de las malas acciones: La bruja Leopoldina robaba en casas ajenas cada noche. Se enorgullecía de ello, sabiendo perfectamente que estaba mal. De hecho, por eso al principio del cuento se dice que Leopoldina era ‘una bruja muy dañina’. El cuento nos deja una moraleja y es que nuestros actos siempre tienen consecuencias. La bruja Leopoldina tuvo su castigo…
- La inteligencia de Perico: Más vale maña que fuerza, que dice el refrán. Y eso es precisamente lo que hizo Perico para librarse de la dichosa bruja. En lugar de enfrentarse a ella (tenía todas las de perder por el conocimiento de encantamientos de la bruja), decidió tenderle una trampa. Con mucha inteligencia, decidió bloquear la salida de la chimenea, ya que es por allí por donde la bruja entraba y salía. Y a modo de tirachinas, consiguió lanzar bien lejos a la bruja. No esperaba que cayera en el pararrayos, claro… es fue inesperado. Como muchos dirían… ‘el karma’.
Otros geniales cuentos para niños
Si te gustó el cuento de la Bruja Leopoldina, prueba a leer también estos otros…
- Petitón: Este es un cuento tradicional francés, algo largo, sí, pero con una enseñanza similar a la de la bruja Leopoldina. Y es la de que los malvados no se salen con la suya. Es más… reciben su merecido.
- El engaño de la milpa: No nos fiemos de aquellos que ofrecen a la larga beneficios que supuestamente llegarán… Este tipo de tratos tienen sus riesgos. Sobre todo si el que los ofrece es tan astuto como el protagonista de este cuento mexicano.
- El traje nuevo del emperador: ¿Serías capaz de seguir una mentira solo por el hecho de que la inmensa mayoría la cree? Este fantástico cuento de Hans Christian Andersen nos habla de sinceridad y mentiras que ponen en riesgo nuestra honestidad.
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