Este cuento del Panchatantra, ‘El tejedor de dos cabezas’, nos recuerda la importancia de tomar nuestras propias decisiones, antes de seguir los consejos (interesados, muchas veces), de los demás. Se trata de uno de los relatos que aparecen en la famosa colecciones de fábulas y cuentos hindúes del Panchatantra, historias que a menudo encontramos también entre las fábulas de Esopo.
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La historia del tejedor de dos cabezas
Un humilde tejedor sobrevivía gracias a las telas que conseguía elaborar en su telar. Este hombre se llamaba Mantharaka, que significa ‘hombre simple’. Un día, una de partes del telar se quebró.
– ¡Vaya! ¡Tendré que salir al bosque a por madera para repararlo!- pensó el hombre.
Caminó bastante hasta encontrar un robusto árbol.
– ¡Este árbol es fantástico! Lo cortaré y con su madera podré reparar mi telar.
Pero en el árbol vivía un espíritu, que alarmado al escucharle, dijo:
– ¡Espera! No cortes el árbol. Es mi hogar desde hace cientos de años… No puedes echarme de aquí…
– Pero necesito la madera o mi mujer y yo moriremos de hambre. No podré trabajar si no reparo mi telar- respondió él.
– Te entiendo, pero no puedo abandonar el árbol… Te daré lo que quieras. Pide lo que sea y te lo concederé, a cambio de que me dejes seguir viviendo aquí.
– Bueno, eso suena interesante, pero no sé bien qué pedir… ¿Puedo consultarlo y volver en un rato?
– Claro, aquí te espero- dijo entonces el espíritu.
El tejedor de dos cabezas y sus consultas
El tejedor estaba indeciso, así que fue en busca de su mejor amigo, el barbero, y le contó la historia.
– Hombre, no lo dudes más… ¡debes pedir un reino! Tú serás el rey y yo, tu primer ministro. Se nos acabaron las penurias y la miseria…
– No me parece mala idea- dijo el tejedor- Pero antes debo consultar también con mi mujer.
-¡No! ¡No seas loco! Nunca te fíes de una mujer, que seguramente pida algo que le convenga a sí misma… Yo que tú no preguntaría a nadie más que a tu mejor amigo. Un reino es todo lo que necesitas. Serás respetado y podrás ayudar a tu gente a prosperar.
– Aún así, debo consultarla… no me parece bien no hacerlo- dijo él.
El tejedor llegó a su casa. La mujer, tras escuchar su historia, dijo:
– Ni hablar, nada de reinos. Los reyes luego tienen muchos problemas… ¡y guerras que librar! No es buena idea. Mejor pensemos en algo que nos permita ganar mucho más dinero mediante tu trabajo. Ahora mismo tejes solo una tela a la hora porque tienes dos brazos y una cabeza… pero si pidieras al espíritu dos brazos y otra cabeza más, producirías el doble de telas y ganaríamos mucho dinero.
– Vaya, ¡en verdad eres sabia, mujer! Eso pediré.
El tejedor regresó hasta el árbol del bosque y dijo:
– Ya sé lo que deseo, espíritu. Quiero dos brazos más y otra cabeza para poder trabajar el doble.
Dicho y hecho. Mantharaka vio de pronto que tenía dos brazos nuevos y una cabeza que miraba hacia atrás. Pero de regreso a su casa, se cruzó con un grupo de hombres del pueblo. Al verlo, pensaron que el demonio.
– ¡Qué ser más horrible! ¡Tiene dos cabezas y cuatro brazos! ¡Acabemos con él!- gritaron.
Y entre todos, dieron muerte al que creían el ‘demonio’, que no era más que el humilde tejedor. Por eso se dice, que el que no es capaz de pensar por sí mismo y no sabe seguir los consejos de los buenos amigos, se enfrentará a la desgracia.
‘El que no es capaz de pensar por sí mismo y no sabe seguir los consejos de los buenos amigos, se enfrentará a la desgracia’.
(El tejedor de dos cabezas)
Qué temas puedes trabajar con el relato del tejedor de dos cabezas
Utiliza este cuento hindú del tejedor de dos cabezas para reflexionar sobre:
- La confianza y seguridad en uno mismo.
- El valor de la amistad y la confianza que conlleva.
- Los consejos interesados y egoístas.
- La caridad.
Reflexiones sobre el cuento del tejedor de dos cabezas
Ojalá fuéramos capaces de detectar siempre los consejos que no nos hacen ningún bien… pero muchas veces caemos en la trampa de confiar demasiado en los demás y no escuchar nuestra propia voz interior, que nunca nos va a mentir:
- Piensa por ti mismo: La falta de confianza en uno mismo nos lleva muchas veces a dudar constantemente y pedir consejos a los demás. Pero esto implica un riesgo, y es que podemos ser engañados. No todos nos dirán lo que más nos conviene, sino lo que desean ellos mismos, lo que puede beneficiarles. En el caso del tejedor de dos cabezas, la mujer pensó la forma de enriquecerse, a costa del mal que podía ocasionaren su marido, que no solo tendría que trabajar el doble, sino que además, tendría que cambiar su aspecto físico y arriesgarse a parecer un monstruo. Si el tejedor hubiera tenido la suficiente autoestima, se habría dado cuenta de que el consejo de su mujer le podía dañar irreparablemente. Toma tus propias decisiones importantes, sin dejarte influir por los demás..
«La falta de autoestima nos lleva a dudar constantemente y nos convertimos en ‘blancos’ fáciles ante los aprovechados.»
— (Reflexiones sobre ‘El tejedor de dos cabezas’)
Más reflexiones sobre ‘El tejedor de dos cabezas’
- Los amigos y sus buenos consejos: En este cuento del tejedor de dos cabezas, que también podría ser perfectamente una fábula, quien realmente da un buen consejo al tejedor es el barbero, su mejor amigo. Sí, también piensa en él, pero sobre todo en su propio amigo y sus intereses. Siendo rey, tendría que trabajar menos y además tendría el poder de transformar todo a su alrededor. Podría hacer el bien y convertirse en alguien respetable. ‘Confía en los buenos amigos’, parece decirnos este cuento corto. Ellos no te mentirán ni buscarán su propio bien, sino que siempre te dirán la verdad, aunque muchas veces la verdad no sea cómoda de escuchar.
- La falsa caridad: El espíritu que vivía en el árbol que el tejedor se disponía a cortar pidió caridad al hombre, y él se la concedió, pero no de forma desinteresada. Recibiría algo a cambio. Eso no es generosidad ni caridad, sino interés. No recibe gratitud, sino un ‘pago’, un ‘impuesto revolucionario’, que muchas veces termina volviéndose en nuestra contra. De eso se encarga el llamado ‘karma’. Cada uno recibe lo que da…
Otros interesantes relatos para reflexionar
Si te gustó la extraña historia del tejedor de dos cabezas, prepárate a leer estos otros relatos que también te harán pensar…
- El desafío: Este cuento corto explica con una metáfora por qué en la vida tiene que haber obstáculos y dificultades. Lo compara con unas espigas e trigo.
- El rey de los monos: La vanidad, la prepotencia, nos lleva a pensar que somos mejores que los demás. Pero en realidad somos un pequeño punto en medio de un inmenso universo. Este cuento budista lo explica muy bien.
- El café: ¿Cómo nos enfrentamos a los problemas? ¿Agachamos la cabeza? ¿Damos media vuelta? ¿Nos enfrentamos con furia a ellos? Este cuento nos plantea una metáfora. Sí, relacionada con un grano de café y nuestra actitud en la vida. ¡Te encantará!
Y recuerda que también puedes escuchar muchos relatos para reflexionar narrados mediante podcast. Los encontrarás aquí: