Cambiamos de parecer según nuestros intereses, ¿no crees? Eso mismo piensa Tomás de Iriarte y así lo deja claro en ‘El ratón y el gato’, una fábula corta que trata precisamente este tema: la volatilidad. Se trata de esa facilidad que tiene algo para cambiar dependiendo de las circunstancias. Y es que nuestra opinión puede cambiar en cuestión de un segundo dependiendo precisamente de nuestros intereses. ¿O no?
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Cuento corto para niños y mayores sobre los cambios de opinión: El ratón y el gato
Estaba un día un ratón en su agujero, cuando se acercó un gato. Olisqueando lo encontró el gato y el ratón, al verlo, le dijo:
– Verás, querido gato, yo soy más de perros. Adoro su fidelidad, esa gran virtud. Por eso adoro al perro perdiguero.
– ¿No me digas?- contestó el gato- Pues fíjate que esa virtud, mi querido amigo, yo también la tengo. Sal del agujero y seamos amigos.
El ratón entonces tembló de miedo, arrugó el hocico y dijo:
– Resulta que ya no, que esa virtud ahora de pronto, no me parece la mejor del mundo.
Moraleja: «Qué fácil nos es a veces cambiar de postura dependiendo de nuestros intereses»
(‘El ratón y el gato’ – Tomás de Iriarte)
La fábula ‘El ratón y el gato’ de Tomás de Iriarte en verso
Si te gustó la fábula, descubre la versión original, en rima, del fabulista Tomás de Iriarte (170-1791):
Tuvo Esopo famosas ocurrencias.
¡Qué invención tan sencilla! ¡Qué sentencias!
He de poner, pues que la tengo a mano,
una fábula suya en castellano.
«Cierto -dijo un ratón en su agujero-:
no hay prenda más amable y estupenda
que la fidelidad; por eso quiero
tan de veras al perro perdiguero».
Un gato replicó: «Pues esa prenda
yo la tengo también…» Aquí se asusta
mi buen ratón, se esconde,
y torciendo el hocico le responde:
«¿Cómo? ¿La tienes tú?… Ya no me gusta».
La alabanza que muchos creen justa,
injusta les parece
si ven que su contrario la merece.
«¿Qué tal, señor lector? La fabulilla
puede ser que le agrade y que le instruya».
«Es una maravilla;
dijo Esopo una cosa como suya».
«Pues mire usted: Esopo no la ha escrito;
salió de mi cabeza». «¿Conque es tuya?»
«Sí, señor erudito;
ya que antes tan feliz le parecía,
critíquemela ahora porque es mía».
(‘El ratón y el gato’ – Tomás de Iriarte)
Qué valores se pueden trabajar con esta fábula del ratón y el gato
Utiliza esta fábula corta de Tomás de Iriarte, ‘El ratón y el gato’, para hablar de:
- Volatilidad.
- Sinceridad.
- Prudencia.
- Quién hace la virtud.
Reflexiones sobre esta fábula corta del ratón y el gato
Está claro que cuando se trata de supervivencia, nos agarramos a lo que sea, aunque tengamos que mentir. ¿Hasta dónde estarías tú dispuesto a ser fiel a tus principios? Por otro lado, se trata el tema de la virtud… una virtud lo es, dependiendo de quién la ostente:
- Mentir para sobrevivir: No podemos reprochar al ratón su mentira o su cambio de parecer en cuestión de un segundo, porque lo único que trataba es de protegerse del gato, el cual veía como una seria amenaza. La supervivencia nos lleva a hacer cualquier cosa. Es el miedo el que nos indica que algo va mal y éste a su vez activa todo nuestro sistema protector para que haga lo que sea necesario para escapar del peligro.
- La volatilidad que nos caracteriza: Es cierto que aunque tengamos unos principios, a veces los cambiamos o los ocultamos dependiendo del que tenemos delante. Y no siempre se trata, como en este caso de la fábula del ratón y el gato, de supervivencia, pero sí, por ejemplo, de evitar una disputa o una situación desagradable. Esta fábula critica por un lado que a veces traicionemos nuestros principios pero respeta y entiende por otro lado la situación.
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Cuando se trata de evitar un daño, puede llegar a ser comprensible que lleguemos a cambiar de parecer o a soltar una ‘pequeña mentirijilla’. Y lo hacemos solo ante ciertos interlocutores (bien porque les tenemos miedo o bien porque queremos evitar una discusión). Y tú… ¿qué opinas? ¿Crees que se puede llegar a ocultar un pensamiento o una opinión dependiendo de la situación? ¿O piensas que el ratón debía haber mantenido su primera opinión y haber salido del agujero?
- La virtud lo es dependiendo de quién la ostente: Tal vez algunas personas piensen que el ratón mintió. Pero en realidad lo que hizo fue amoldar a la situación su razonamiento. Cambió de parecer porque sabía que de no hacerlo, su vida corría peligro. Seguramente pensaba lo mismo, que adoraba en el perro su fidelidad, lo que no significa que tenga que adorar esta virtud también en el gato. Dependiendo de quien ostente la virtud, ésta puede ser admirable o no.
Otras fábulas cortas de Tomás de Iriarte para niños
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- La importancia de estudiar, El burro flautista: El aprendizaje requiere de un tiempo, de esfuerzo y perseverancia. Lo que se consigue por casualidad o suerte, no tiene mérito.
- La paciencia es una virtud, La araña y el gusano de seda: Criticaba la araña al gusano que fuera tan lento construyendo su capullo, pero la respuesta de él le dejó sin palabras…
- No presumas si nada haces, La rana y la gallina: Está bien que presuma aquel que mucho hace, el que trabaja sin parar. Pero el que carece de virtudes y tampoco se esfuerza, debe callar.
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