También conocida como ‘Los loros disfrazados’, ‘Los guacamayos disfrazados’ es una leyenda originaria de Ecuador, que nos habla de superación de problemas, burlas, perdón, humildad… La historia recoge el momento en el que unos niños se salvan de un diluvio y son ayudados por unos seres misteriosos. ¡No te lo pierdas!
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La increíble leyenda de los guacamayos disfrazados

Cuentan que hace mucho tiempo, Ecuador quedó devastado por un gran diluvio que lo cubrió todo. Solo se pudieron salvar dos hermanos, un niño y una niña, que consiguieron llegar a la cima de una montaña en medio de la intensa lluvia. Allí, se refugiaron en una cueva seca.
El nivel del agua subía más y más cada día, ya que no dejaba de llover. Los niños tenían miedo de que llegara hasta ellos, pero la montaña resultó ser mágica, y según crecía el nivel del agua, también lo hacía la cima, elevándose más y más. De esta forma, los niños consiguieron salvarse de aquel diluvio.
Sin embargo, la tierra estaba inundada, y los niños no tenían nada para comer. Comenzaron a temer que morirían allí mismo de hambre.
– No podemos hacer nada- se lamentaba la niña entre lágrimas- Moriremos de hambre.
Pero a la mañana siguiente, sin ninguna explicación aparente, los niños encontraron alimentos junto a ellos.
– ¿Quién habrá traído todo esto hasta aquí?- preguntó extrañado el niño al ver aquello.
Sorprendidos y muy agradecidos, los niños decidieron esperar toda la noche despiertos para descubrir quién era su ángel benefactor.
Escondidos tras unas rocas, esperaron con paciencia, hasta que vieron llegar a un grupo de guacamayos disfrazados de personas. Llegaron con comida que dejaron de nuevo en la cueva.
Al salir, las aves se encontraron con la mirada sorprendida de los niños. Al ver a los guacamayos disfrazados con ropa humana, los pequeños comenzaron a reír. Las aves, dolidas, alzaron el vuelo, y fue entonces cuando los niños se dieron cuenta de su error.
– ¡No! ¡No os vayáis!- gritó apenada la niña- ¡No queríamos burlarnos!
– Volved, por favor- añadió el niño- ¡Estamos muy agradecidos!
Los guacamayos escucharon los lamentos y las súplicas de los niños. Parecían realmente arrepentidos. Dieron la vuelta y los niños pudieron al fin darles las gracias. Las aves perdonaron a los pequeños y siguieron llevándoles comida hasta que el agua se retiró por completo de la tierra.
Los niños decidieron entonces regresar a su aldea. Pero antes, tenían que despedirse de sus misteriosos y mágicos amigos.
– Estamos en deuda con vosotros- dijo la niña- Ojalá pudierais venir a la aldea con nosotros, para no sentirnos tan solos allí. Los niños comenzaron a bajar la montaña.
Para su asombro, las aves les siguieron durante todo el trayecto. Los niños se pusieron muy contentos.
Los guacamayos, al llegar al poblado, tomaron definitivamente la forma humana. Se quedaron a vivir allí y con el tiempo, construyeron hermosas familias junto a los hermanos, ya adultos. Sus hijos y sus nietos heredaron los poderes y la belleza de aquellos dioses con forma de guacamayos que un día llegaron hasta los únicos supervivientes del diluvio disfrazados de humanos.
Qué temas podemos trabajar con esta leyenda de los guacamayos disfrazados
Utiliza esta sorprendente leyenda de Ecuador, ‘Los guacamayos disfrazados’, para reflexionar sobre:
- La gratitud.
- El perdón.
- Las burlas.
- El arrepentimiento.
- La supervivencia, la renovación, el comenzar de cero.
- El valor de la esperanza.
- La cooperación.
Reflexiones sobre la leyenda ‘Los guacamayos disfrazados’
Esta hermosa leyenda ecuatoriana, ‘Los guacamayos disfrazados’, expresa la relación sagrada entre el ser humano y la naturaleza, la importancia del respeto, la gratitud y la convivencia armónica.
- Después del diluvio, llega la calma: Toda destrucción trae consigo la posibilidad de un nuevo comienzo, del inicio de algo nuevo, que puede ser mejor que lo anterior. En esta leyenda de los guacamayos disfrazados, el diluvio representa una purificación del mundo, un renacer simbólico de la vida.
La supervivencia de los dos niños marca el inicio de una nueva humanidad, una oportunidad para aprender de los errores pasados. Esta idea aparece también en otras culturas (como el mito del diluvio universal), pero aquí se presenta con un matiz local: la montaña protectora actúa como un ser vivo, consciente y mágico, que resguarda a los inocentes. La naturaleza no destruye sin razón; también protege y da segundas oportunidades
«Toda destrucción, todo final, trae consigo la posibilidad de un nuevo comienzo»
— (reflexiones sobre la leyenda ‘Los guacamayos disfrazados’)
- La naturaleza nos protege: La unión entre el hombre y la naturaleza tiene en esta leyenda una simbología muy poderosa. La naturaleza en esta historia es un ser protector, dotado de poder espiritual. La montaña que crece a medida que sube el nivel del agua encarna el poder sagrado de la Pachamama (Madre Tierra). Es una figura viva, maternal, que cuida a los seres humanos en momentos de peligro. En la cosmovisión andina, los montes o apus son espíritus guardianes, mediadores entre el cielo y la tierra. El mensaje invita al respeto por la naturaleza como fuente de vida, refugio y sabiduría ancestral.
Más reflexiones sobre la leyenda ‘Los guacamayos disfrazados’
- La gratitud y el respeto hacia los seres que nos ayudan: La gratitud y el respeto fortalecen los lazos entre los seres del mundo. Los guacamayos disfrazados simbolizan la generosidad de los animales y la conexión entre todos los seres vivos. Cuando los niños se ríen de ellos, rompen ese vínculo sagrado mediante la burla, que no es más que una falta de respeto hacia lo diferente. Pero su arrepentimiento sincero restaura la armonía, mostrando que el perdón y la humildad pueden sanar los errores. El mito enseña que no hay jerarquías absolutas entre humanos, animales y espíritus; todos forman parte de una misma red vital.
- La unión entre el mundo humano y el natural: Humanos y naturaleza están destinados a convivir en equilibrio. Cuando los guacamayos deciden quedarse y fundar familias con los niños, el relato celebra la fusión de dos mundos: el natural y el humano. De esa unión nacen seres bellos y poderosos, símbolo de la armonía perfecta. Este final expresa un ideal de convivencia ecológica y espiritual: vivir con respeto, aprender de la naturaleza y reconocernos como parte de ella, no como sus dueños.
«El arrepentimiento sincero restaura la armonía: el perdón y la humildad pueden sanar los errores»
— (Reflexiones sobre la leyenda ‘Los guacamayos disfrazados’)
- La esperanza y la cooperación en tiempos de adversidad: La solidaridad y la esperanza son fuerzas que vencen la desesperación. Aun en el aislamiento y el miedo, los niños no se rinden. Su salvación llega gracias a la cooperación, primero con la montaña, luego con las aves. La leyenda subraya la importancia de confiar, de mantener la fe y de aceptar la ayuda que viene de fuentes inesperadas. Enseña que los lazos de cuidado mutuo son más fuertes que las fuerzas destructoras.
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- El lamento del pájaro guajojó: leyenda de Bolivia que explica por qué este curioso pájaro emite un canto que parece un grito de dolor.

- Los loros: en esta ocasión nos encontramos con una leyenda mexicana que nos habla de la soberbia y sus consecuencias.
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