Este cuento, ‘La ratita presumida’, es un cuento popular recogido por Charles Perrault que nos habla de valores esenciales como la vanidad, la presuntuosidad y la prudencia. Por supuesto, también nos lanza este mensaje: cuidado… las apariencias, engañan.
TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS Y MEDIO
El cuento de La ratita presumida para niños
Había una vez una ratita que se encontró una moneda de oro. Se puso muy contenta al verla. De hecho, rápidamente empezó a pensar en qué podía gastar el dinero.
– A ver, a ver… me lo gastaré… ¡en caramelos! No, no, que se me estropearán los dientes… Pues, en bizcochos… no, no, que me dolerá la tripa. ¡Ya lo tengo! ¡Me compraré un lindo lazo rojo!
La ratita se fue muy contenta al pueblo y se compró un enorme lazo rojo. Estaba tan guapa con él, que se sentó en la entrada de su casa para que todos la vieran.
Pronto comenzaron a acudir hasta allí todos los animales solteros de la zona. El primero fue el gallo, que acudió a casa de la ratita con un elegante traje:
– Kikirikí, ratita, ratita, ¡qué guapa que estás hoy! ¿Te quieres casar conmigo?
La ratita preguntó:
– ¿Y qué harás por las noches?
– ¡Kikirikí! ¡Kikirikí!- gritó él.
– Uy, no, gallo, que me despertarás.
Al cabo de un rato llegó el cerdo, con su porte elegante y sus andares tan simpáticos. Miró a la ratita y dijo:
– Oinc, oinc… ratita, ratita, pero qué guapa que estás hoy… ¿te quieres casar conmigo?
– Umm… Y dime, cerdo, ¿qué hará por las noches?
– ¡Oinc! ¡Oinc!- contestó el cerdo muy orgulloso.
– Ay, no, ¡que me despertarás!- dijo asustada la ratita.
Y el cerdo, se fue.
Los otros pretendientes de La ratita presumida
Pocos minutos después se acercó el burro, muy aseado para la ocasión. Al ver a la ratita dijo:
– Iaaaaa… ratita, ratita, mira que estás linda hoy. ¿Te quieres casar conmigo?
Y la ratita le dijo:
– ¿Y qué harás por las noches, burro?
– Iaaa, iaaaaa… – rebuznó él.
– Ay, no, que me despertarás.
Después del burro, llegó el perro, moviendo su cola muy contento. Al llegar a la casa de la ratita, dijo:
– Guau, guau, qué guapa estás, ratita. ¿Te quieres casar conmigo?
– Uy, perro, dime, ¿y qué harás por las noches?
– ¡Guau! ¡Guau!
– Ay, no, que me asustarás…
Y el perro también tuvo que irse de allí. Entonces apareció un ratoncito que se enamoró al instante de la ratita al verla:
– Ratita, ratita, qué bonita estás… ¿te casarías conmigo?
– Oh, pues… ¿y qué harás por las noches?
– ¡Soñar contigo!
La ratita se sonrojó, pero no sabía si el ratoncito era su pareja ideal, así que le dijo:
– Bueno, me lo pensaré.
El verdadero amor de la ratita presumida
El ratoncito se fue un poco triste, pero se quedó cerca. Estaba decidido a intentarlo de nuevo y a esperar la decisión final de la ratita. En esto que vio pasar a un gato y sus sentidos se agudizaron. Le siguió y vio que llegaba a la casita de la ratita para cortejarla:
– Miauuu, miauuu- dijo el gato con dulzura- Ratita, ratita, ¿te quieres casar conmigo?
– ¿Y qué harás por las noches?- preguntó la ratita.
– ¡Miauuu!- dijo con mucha dulzura el gato.
– Oh… con tu sonido me dormiré. Contigo me casaré.
El gato entró en la casa y el ratoncito, que se olía lo peor, se asomó a la ventana. Y entonces vio que el gato estaba a punto de abalanzarse sobre la ratita.
– ¡Socorro! ¡Gritó ella!
El ratoncito saltó con mucha agilidad sobre el gato y le clavó sus dientecitos. El felino, que no le vio llegar, se asustó tanto que salió corriendo de allí.
– Oh, ratoncito, creo que ya tomé una decisión- dijo entonces la ratita-. Contigo y solo contigo me debo casar.
Los ratones se casaron y fueron muy felices el resto de sus días.
Escucha el cuento narrado de La ratita presumida
Ahora también puedes escuchar la narración de este cuento clásico de La ratita presumida. Usa este reproductor, o escúchalo AQUÍ directamente, en el canal de podcast de Tucuentofavorito.com.
Valores que puedes trabajar con este cuento de La ratita presumida
Con este cuento de La ratita presumida, recogido de la cultura oral por muchos escritores clásicos, podrás trabajar todos estos temas:
- El narcisismo.
- La prudencia.
- El sentido de alerta ante un peligro.
- La mentira o el engaño
Reflexiones sobre este cuento popular de La ratita presumida para los niños
Este cuento, La ratita presumida, podrás encontrarlo con muchas y diferentes versiones. Desde la elección directa de la ratita hacia el ratón hasta la versión en la que el gato se da un festín comiéndose a la ratita. Sin embargo, esta versión nos ofrece la posibilidad de hablar de todos estos temas:
- Nunca te fíes de las apariencias: Sí, la ratita presumida pensó que el sonido del gato era dulce y embriagador, que era sin duda el mejor candidato como pareja. Sin embargo, su dulce maullido escondía unas oscuras intenciones. Y el gato, que es muy zalamero, supo ocultarlas sin que la ratita se diera cuenta del peligro.
- El sentido del riesgo: El miedo es una emoción necesaria que nos protege de los peligros. El ratón, al ver pasar al gato hacia la casa de la ratita, comenzó a sentir miedo por lo que podía ocurrir. Una alerta se despertó en él: el sentido de la prudencia. ‘Algo trama este animal’, pensó, ‘y no creo que sea nada bueno’. La alerta ante un inminente peligro nos protege y nos salva de muchas complicaciones o como en este caso, desgracias.
Más reflexiones sobre La ratita presumida
- El verdadero amor se demuestra en las situaciones difíciles: El ratón no dudó en arriesgar su vida con tal de salvar la de la ratita. Fue un impulso que nació seguramente del amor que sentía por ella. El amor y la amistad se demuestran en las ocasiones difíciles. no es fácil dar ese paso, y el ratoncito, lo dio.
- Hay quien sabe mentir muy bien: El gato consiguió engañar con astucia a la ratoncita. Le bastó un maullido muy tierno para que ella no sospechara nada. Eso nos demuestra que muchas veces las grandes mentiras llegan disfrazadas de tal forma que solo los más astutos conseguirán verlas.
Otros cuentos clásicos muy interesantes para los niños
Disfruta con los cuentos de siempre y sus reflexiones Todos estos nos transmiten interesantes valores:
- Un clásico sobre las consecuencias de las mentiras, Pinocho: Las mentiras nos pueden llevar a situaciones muy embarazosas. Y si no, que se lo digan al bueno de Pinocho, que decidió desobedecer los consejos de su padre para disfrutar de la vida y cuyas mentiras le llevaron a vivir un gran peligro.
- Dumbo: Si confías en ti, podrás hacer todo lo que te propongas. No importa lo que los demás piensen y lo que digan de ti. Tú eres tu principal fortaleza. Un cuento maravilloso para mejorar la autoestima de los niños.
- Hansel y Gretel: El ingenio, y no la fuerza, es quien nos saca normalmente de los problemas. Por un pequeño error y falta de prudencia, Hansel y Gretel terminaron metiéndose en un buen lío, pero el ingenio de la niña les sacó a los dos dos del problema.
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