Este cuento, ‘La mazorca de oro’, llega desde Perú, y nos sirve para reflexionar sobre varios temas. Entre ellos, el de la necesidad de colaborar y cooperar en la casa. No te pierdas la historia y sobre todo, las reflexiones finales, sobre los mensajes que transmite.
TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS
El cuento peruano ‘La mazorca de oro’
Existió una vez, hace mucho tiempo, una pareja muy joven, pero muy pobre, que vivía junto a sus cinco hijos pequeños, en una humilde casa a las afueras de un pueblo de Perú.
Lograban sobrevivir gracias a un pequeño terreno que tenían de maíz, que aprovechaban para hacer harina y con ella, panes para poder comer. Sin embargo, era la mujer la única que trabajaba de sol a sol el campo. La que se encargaba de sembrar, cuidar el maizal, recogerlo y elaborar la harina. Con ella, conseguía hacer tortitas y otros alimentos para sus hijos y su marido, y por las tardes, se acercaba al pueblo a vender lo que le sobraba, para poder conseguir alguna moneda de plata.
Su marido no trabajaba. Se pasaba el día paseando y jugando con los niños, y durmiendo en su querida hamaca a pierna suelta.
La mujer estaba agotada de tanto trabajar. Y un día, además, para su pesar, comprobó que no tenía mazorcas de maíz suficiente para hacer harina. Ese día, la pobre mujer rompió a llorar desconsoladamente en el granero, rodeada por las pocas mazorcas que había conseguido cosechar.
– Oh, dioses- dijo entre llantos la mujer- ¡Ayúdame para poder dar algo de comer a mis hijos!
El descubrimiento de la mazorca de oro
Después de desahogarse un rato, aún entre sollozos, levantó la cabeza y fue cuando vio algo brillar con mucha intensidad. Pensó que podía ser un rayo de sol, pero al mirar por la ventana, se dio cuenta de que casi era de noche. Aquel brillo dorado salía de las mazorcas. ¿Qué sería?
Se acercó y entonces la vio: una enorme mazorca dorada, de granos de oro. ¡Y cómo brillaba! Sin duda, los dioses la habían estado observando y habían atendido sus plegarias. Fue corriendo hasta donde estaba su marido. Dormía en la hamaca. Le despertó y le enseñó la mazorca.
– ¡Mira! ¡Le pedí a los dioses que nos ayudaran porque no había conseguido suficiente maíz para todos y nos ha regalado esto!
Y entonces el marido, avergonzado, se dio cuenta de todo:
– No, no nos lo ha regalado… Te lo ha regalado a ti. Tú eres la única que trabaja y se esfuerza. Y yo no te ayudo…
Arrepentido, el hombre decidió cambiar. Vendieron el oro y con el dinero arreglaron la casa, compraron un terreno más grande y comenzaron a trabajar los dos, codo con codo. Nunca más les volvió a faltar comida.
Qué temas puedes trabajar con el cuento de ‘La mazorca de oro’
Utiliza este cuento popular peruano, ‘La mazorca de oro’, para reflexionar sobre:
- La colaboración en la familia.
- El valor del esfuerzo.
- La caridad.
- En qué consiste el arrepentimiento.
Reflexiones sobre el cuento ‘La mazorca de oro’
El esfuerzo al final siempre obtiene una recompensa. Es además un ejemplo para aquellos que no creen en este valor:
- Esfuérzate y conquistarás tus sueños: A veces el esfuerzo nos exige perseverancia y mucha paciencia. No siempre conseguimos lo que nos proponemos a la primera, ni a la segunda… Pero al final, cuando menos te lo esperes, serás recompensado. Es lo que este cuento, ‘La mazorca de oro’, viene a recordarnos. El esfuerzo implica mucho sacrificio, y a menudo, tener que soportar tremendas injusticias. Pero perseverar en el esfuerzo termina por recompensarnos siempre.
- El esfuerzo y sus recompensas es ejemplar y motivador de cambios: ¿Qué pasó cuando la protagonista de esta historia enseñó la mazorca de oro a su marido? Él se dio cuenta de que era un premio al esfuerzo de la mujer, y de pronto comprendió que había sido terriblemente egoísta e injusto con ella. Él no le ayudaba, ella llevaba toda la carga de trabajo de la casa.
El premio no era para él, sino para ella. Esto motivó en él un arrepentimiento que le llevó al cambio. Reconocer y arrepentirnos de un comportamiento con el que no estamos orgullosos, es el primer paso al cambio en nuestra actitud.
«Reconocer y arrepentirnos de un acto es el primer paso del cambio»
— (Reflexiones sobre el cuento ‘La mazorca de maíz’)
- La caridad de los dioses: El otro gran valor que aparece en este cuento de ‘La mazorca de oro’ es el regalo que los dioses hacen a la mujer ante su desesperada situación. Es un acto caritativo, pero también es un justo premio o recompensa a su sacrificio constante. Es de justicia que su trabajo obtuviera una recompensa.
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