Esta historia nos ofrece un curioso origen de una hermosa planta. La leyenda del girasol es una leyenda guaraní que cuenta quién es en realidad el origen de esta flor que mira constantemente al sol (y por qué lo hace). ¡No te la pierdas!
TIEMPO DE LECTURA: 2 MINUTOS
Una hermosa leyenda guaraní: La leyenda del girasol
Cuentan que hace mucho, existieron dos pueblos hermanados. Estaban situados al pie del río Paraná. Los caciques de ambas tribus se llamaban Pirayú y Mandió. El primero estaba encantado con esta paz entre ambos pueblos. Se ayudaban e intercambiaban cosas constantemente. Pero Mandió pensó que ambos debían unirse y ser un solo pueblo.
Pirayú tenía una hermosa hija de la que Mandió se encaprichó. Le propuso a su amigo casarse con ella para unir ambos pueblos, pero Pirayú le contestó:
– Es imposible, amigo, mi hija Carandaí está prometida al dios Sol desde hace mucho. Solo vive para él. No deja de admirarle y contemplarle y los días nublados entristece hasta el punto de que ha llegado a enfermar en algunas ocasiones…
Mandió se enfadó mucho y decidió tramar un plan para hacerse con la mano de Carandaí. La chica se temía lo peor, y así fue. Un día, la tribu de Mandió se acercó por el río en canoas y comenzó a prender fuego a las viviendas. Ella fue hasta allí para intentar detener aquella locura y el cacique echó sobre ella una trampa que la inmovilizó.
– ¡Ya te tengo!- dijo orgulloso.
El momento en el que nació la leyenda del girasol
Pero entonces, Carandaí clamó al cielo:
– Oh, dios Sol, no permitas esto, no dejes que me lleven con él.
En ese momento, Kuarahí, el dios Sol, se lanzó sobre todos con fuerza y rodeó con un intenso rayo de luz y calor a la joven. Todos huyeron despavoridos y Carandaí de pronto se transformó en una hermosa flor de tallo largo y grueso y una majestuosa corona amarilla con pétalos brillantes como el sol.
Desde entonces, ella busca constantemente al sol durante el día, como siempre, y deja caer su corona por las noches. Y así es como nació el girasol.
Reflexiones sobre la leyenda del girasol
Este precioso relato, la leyenda del girasol, tiene cientos de años y en él ya se habla de deseo, codicia y fidelidad:
- La codicia y el deseo de Mandió: En la leyenda del girasol, los dos pueblos habían llegado a un acuerdo, y consiguieron alcanzar la paz, pero un sentimiento, una emoción en uno de los dos jefes desequilibró la balanza e hizo que Mandió llevara al pueblo la desgracia. El deseo se tornó en codicia y ésta a su vez en ira al no tolerar el cacique su frustración.
- Las consecuencias de la falta de autocontrol de las emociones: Cuando deseamos algo que no podemos conseguir, podemos hacer dos cosas: asumirlo a pesar del dolor o buscar a la fuerza conquistar ese deseo. Esta segunda opción tiene consecuencias muy negativas. Todo lo que se intenta conseguir sin consentimiento del otro, hace daño, a uno o al otro. El control de las emociones es esencial para la convivencia.
«Todo lo que se intenta conseguir del otro sin consentimiento, termina haciendo algún daño…»
— (Reflexiones sobre ‘La leyenda del girasol’)
Otras increíbles leyendas de la Naturaleza
Si te gustan las leyendas que hablan de la Naturaleza, los animales o las plantas, estas otras también te encantarán:
- Una preciosa historia maya… Leyenda del colibrí: ¿Sabes cómo nació este maravilloso y delicado pájaro? Fue justo cuando los dioses terminaron de crear a todos los seres vivos. Pensaron que faltaba algo… ¡No te pierdas esta leyenda!
- Leyenda de la luciérnaga: Al principio las luciérnagas no tenían luz. Eran simples insectos voladores. Pero algo les hizo merecedoras de una recompensa…
- Leyenda de la conquista del fuego: Según esta hermosa leyenda, en realidad no fue el hombre el primero en poseer el fuego, sino un animal maravilloso. Descubre qué ocurrió.
Y recuerda que también puedes escuchar muchas leyendas tan interesantes como esta narradas mediante podcast. ¿Dónde? Busca aquí, en el canal de Ivoox de Tucuentofavorito.com:
¿Te ha gustado el contenido?
Puntuación media 5 / 5. Votos: 143
¡Todavía no hay votos! Sé el primero en valorar el contenido.