Aunque el cuento navideño más famoso de Charles Dickens es Cuento de Navidad, este famoso escritor británico indagó nuevamente sobre el tema fantasmal y la Navidad en este relato, ‘Fantasmas de Navidad’, que en nada se parece al anterior. En esta ocasión, no se habla de generosidad, caridad o bondad, sino simplemente de la existencia o no de los fantasmas y por lo tanto, de otra vida. Un relato que es un repaso a un buen número de historias de fantasmas. Aquí tienes una adaptación.
TIEMPO DE LECTURA: 8 MINUTOS Y MEDIO
El cuento de Fantasmas de Navidad, de Dickens
Nuestro protagonista es un noble al que le gustaba mucho volver a casa en Navidad. Recorrer el paisaje nevado sumido en una espesa capa de niebla, volver a contemplar las suaves colinas verdes vestidas de blando y sentir la humedad del invierno y la calidez de las chimeneas encendidas en el hogar.
Ese año, nuestro noble fue invitado a una enorme mansión. Su anfitrión era un familiar lejano que deseaba celebrar la Navidad con el máximo número de personas cercanas posible. Y él, por supuesto, aceptó la invitación.
Por el camino se paró a observar el festival de los olores, los colores y hasta los sonidos de su hogar. El crujir del hielo ante los pequeños saltos de un conejo, o el calor de la leña de roble en cada chimenea del palacio.
Por supuesto, disfrutó mucho de aquella velada navideña de Nochebuena. Del convite, la cena, el baile con música… Y después, cada uno se fue a una de las habitaciones asignadas.
La suya, en la primera planta, tenía chimenea propia. Sobre ella, el cuadro de un hombre vestido de verde, que desde el principio, no le gustó demasiado. Había algo en esa habitación que le incomodaba. Y por eso, no podía dormir. No dejaba de mirar las sombras que el fuego de la chimenea proyectaba sobre el cuarto y sobre todo, sobre el rostro de aquel hombre de verde.
Pasaron las horas y de pronto escuchó los suaves pasos de una mujer. Tenía el pelo largo y rubio y estaba mojado, como el vestido que llevaba, manchado de barro. Sin decir nada, se sentó en una silla junto a la chimenea y observó un largo tiempo el cuadro. Después dijo:
– «Él lo sabe»- y misteriosamente, se levantó, sacó unas llaves oxidadas y se puso a intentar abrir cerrojos de diferentes puertas. Después, desapareció.
Los fantasmas de Navidad: el hombre de verde
Qué decir tiene que nuestro noble temblaba bajo las sábanas y que no pudo dormir en lo que restó de noche. Al día siguiente, en el desayuno, su anfitrión se percató de que algo le había pasado:
– ¿No dormiste anoche? Tienes mala cara…
– No, la verdad… Quería preguntarte algo. Pero me gustaría que me acompañaras a mi habitación.
El anfitrión le acompañó y tras el relato del noble, le contó la historia que sabía: hace muchos, muchos años, el dueño de ese palacio se enamoró del ama de llaves, una joven muy hermosa y encantadora. Pero él la traicionó y ella murió ahogada en el pantano.
Encontraron su cuerpo mucho después, al darse cuenta de que los animales se negaban a beber allí. Desde entonces, se dice que muchas noches recorre las habitaciones del palacio, llaves en mano, para comprobar los cerrojos, y que pasa mucho tiempo en la habitación donde dormía el caballero de verde, contemplando su cuadro.
El noble lo entendió todo… Ese día, el día de Navidad, reunidos en torno a la chimenea, todos los invitados, incluido nuestro noble, comenzaron a recordar historias de fantasmas. ¡Y resulta que había muchos relatos por contar!
Algunos fantasmas de Navidad
Cuentan, por ejemplo, que en un castillo muy antiguo, existe una mancha de sangre en medio de un enorme salón, que nadie ha podido eliminar nunca. Pertenece a un lord que murió allí mismo. Ni su hijo, ni su nieto, ni su bisnieto, ni su tataranieto consiguieron borrar aquella mancha de sangre por ningún medio.
En otra de esas casas, aseguran que hay una puerta que nunca se puede abrir… y en otra, una puerta que jamás se cierra. Se han escuchado pasos, sonidos de clavos, de cadenas, de pies que se arrastran por la madera. Susurros, extrañas risas y hasta llantos. Relojes que a media noche dan trece campanas alertando de un mal presagio, o el sonido de carruajes fantasmas que se acercan a una casa.
Lady Mary contó que un día fue a visitar a una amiga en los Highlands escoceses, y que se retiró pronto a su cama porque estaba muy cansada del viaje. Al día siguiente, durante el desayuno, les comentó a sus anfitriones que le extrañó que no le dijeran nada de la fiesta que habían organizado.
– ¿Qué fiesta?- preguntó entonces el señor de la casa, Charles Macdoodle.
– La fiesta que dieron anoche… estuve escuchando los carruajes dando vueltas alrededor de la casa- respondió inocentemente Lady Mary.
Los anfitriones se quedaron pálidos. Le explicaron a su invitada que era tradición en su familia que antes de una muerte cercana, ciertos carruajes ‘fantasmas’ dieran vueltas por la casa… Y así fue. Un mes después de aquello, murió la señora de la casa.
Otras espeluznantes historias de fantasmas de Navidad
Otra de las historias más impactantes de los fantasmas de Navidad fue la de un joven que hizo un buen día un pacto con su mejor amigo:
– El primero que muera, se aparecerá al otro para demostrarle que existe el más allá…
Los dos asintieron, pero con el tiempo, se fueron olvidando de aquella promesa. Hasta que uno de ellos, estando de invitado en una mansión de Yorkshire Moors, al mirar por la ventana de su habitación, vio de pronto a su amigo en medio del húmedo páramo, bajo la luz de la luna. Abrió la ventana, pensando que era él en carne y hueso, pero él le dijo:
– No te acerques. Estoy muerto… Solo vine para cumplir mi promesa. Pero no puedo desvelarte los secretos del otro mundo…
Y diciendo esto, se desvaneció entre los pálidos rayos de la luna.
Está también el caso de la joven que se vio a sí misma en un prado de flores blancas… estaba pálida y recogía flores con serenidad. Se lo dijo a su padre, pero él no le dio la mayor importancia. Pocos días después, la joven murió.
Durante todo el día de Navidad se estuvieron contando historias del más allá todos los invitados. Relatos de fantasmas de Navidad que puso a más de uno los pelos de punta. Como la de la mujer que reconoció a su primo en medio de un camino, y le vio el mismo día que él moría a miles de kilómetros de allí, en la India.
Y está la historia del niño huérfano, un niño que murió hace mucho, mucho tiempo, y que se aparece a sus invitados. Cada vez que lo hace, un niño de la familia muere. Dicen que es el elegido como compañero de juegos del huérfano…
Comentarios sobre el relato Fantasmas de Navidad
Como ves, este no es un cuento ‘típico’ de Navidad. Este relato de Fantasmas de Navidad podría servirnos para Halloween, de hecho. Sin embargo, Dickens lo ambienta de forma intencionada durante la Navidad. Y es que es durante estas fechas precisamente cuando más nos acordamos de los familiares que ya no están con nosotros.
Estos Fantasmas de Navidad, más allá de la forma en la que mueren cada uno de ellos, se aparecen para demostrar a ‘los vivos’ que existe el más allá, que hay algo tras la muerte y que también allí se seguirá celebrando la Navidad.
La elección del escritor por esta fecha no es aleatoria, por lo tanto. Nos recuerda desde el comienzo que lo más importante durante la Navidad es el reencuentro con la familia y las personas que son importantes en nuestra vida, estén o no estén entre los vivos.
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