Esta fábula corta, originaria de China, ‘El cuero y el pelo’, nos explica de forma clara y sencilla por qué no debemos preocuparnos tanto por los bienes que gastamos cuando les damos uso. La vida desgasta, y es inevitable. Por mucho que intentemos proteger lo más valioso, el tiempo y el uso terminará marchitándolo igual. Presta atención a esta corta anécdota y a sus reflexiones finales. Fantástica para adolescentes y adultos.
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ToggleLa fábula china ‘El cuero y el pelo’
Un día, Wen, marqués del reino chino de Wei, decidió viajar por el país para fijarse en su gente. Le llamó la atención un hombre que llevaba una piel del revés, con el pelo hacia dentro y el cuero hacia afuera. Sobre el cuero, cargaba un montón de leña. Se acercó a él para preguntar:
– Y dime, buen hombre, ¿por qué llevas la piel del revés, con el cuero hacia fuera?
– Para que no se gaste el pelo con el roce de la leña, señor.
– Pero, ¿no se da cuenta de que si se gasta el cuero, también perderá el pelo?- le dijo entonces el marqués.
El hombre asintió y le dio la vuelta a la piel.
Moraleja: «Intentamos proteger lo que más valoramos sin darnos cuenta de que lo perderemos con el paso del tiempo igualmente»
(Fábula ‘El cuero y el pelo’)
Qué puedes trabajar con ‘El cuero y el pelo’
Utiliza esta fábula china para reflexionar acerca de:
- El paso del tiempo y el efecto y desgaste que ejerce en todos nosotros.
- Carpe Díem o vivir el momento sin más.
- Por qué no debemos mentirnos a nosotros mismos.
Reflexiones sobre la fábula china ‘El cuero y el pelo’
Esta fábula corta, ‘El cuero y el pelo’, pertenece a una selección de ‘Nuevos Discursos’, antiguos relatos y anécdotas chinas, y nos ayuda a reflexionar mediante una pequeña anécdota sobre un tema importante en la vida: el paso del tiempo y el efecto que ejerce en todos nosotros. No hay quien pueda protegerse contra el paso de los años. Es inútil siquiera intentarlo.
- La vida está para vivirla: Si intentamos proteger lo más valioso, como hacía el hombre de la leña en la fábula ‘El cuero y el pelo’, solo nos estaremos engañando a nosotros mismos. En su caso, la piel iba a desgastarse con el uso igualmente, aunque le diera la vuelta, aunque intentara protegerla. La vida nos desgasta sin remedio, pero en eso consiste, en vivir sin preocuparse por ello.
- Cuando nos mentimos: El hombre de la leña intentaba engañarse a sí mismo. En ‘El cuero y el pelo’, llegó a pensar que dando la vuelta a la piel, el pelo podría durar más. Sin embargo, no era cierto, y al cabo del tiempo, cuando descubriera que perdía del mismo modo la valiosa piel, entraría en un bucle de frustración y sentido de la responsabilidad que le haría sentirse muy mal. Mentirnos nos lleva a la frustración y a la sensación de habernos fallado y haber perdido el tiempo, un tiempo muy valioso que no debemos desperdiciar. El tiempo, ya hemos dicho, está para ser vivido. Desgastemos la vida sin complejos, llenándola de momentos dulces y otros amargos que nos lleguen sin remedio. Llenándola, al fin, de vida.
«El tiempo está para ser vivido. Desgastemos la vida sin complejos, llenándola de momentos dulces y amargos que nos lleguen sin remedio. Llenándola, al fin, de vida»
— (Reflexiones sobre la fábula ‘El cuero y la piel’)
Una última reflexión sobre esta fábula corta
- No se puede luchar contra el tiempo: En esta fábula china, ‘El cuero y el pelo’, el hombre de la lecha en definitiva intentaba luchar contra el tiempo. Es una batalla perdida, sin duda, y además nada beneficiosa. Él, que intentaba proteger el pelo de su piel, lo hubiera perdido con el tiempo igualmente y además no lo hubiera perdido aprovechar ni lucir. ¿No te parece una doble pérdida? Usemos lo que tenemos, gastémoslo, vivámoslo.
Más interesantes fábulas chinas
¿Te gustó esta fábula de ‘El cuero y el pelo’? Aquí tienes algún ejemplo más de fábulas chinas muy cortas con un mensaje sin embargo muy profundo:
- La sospecha: Esta fábula nos invita a reflexionar acerca de los prejuicios que muchas veces nos llevan a culpar a alguien sin pruebas de algo que no hizo.
- El origen del ruido: ¿Dónde nacen las emociones? A veces intentamos culpar a otros de nuestra ira o incluso de nuestra tristeza, pero lo cierto es que los únicos culpables de lo que sentimos somos nosotros mismos. Una interesante fábula para reflexionar acerca de cómo canalizamos las emociones.
- El hijo del nadador: Nadie nace sabiendo. No nacemos con conocimientos. Es algo que debemos aprender con el tiempo. Por eso, no podemos exigir a nadie que sepa desde niño o desde joven ciertas materias.
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