No te pierdas esta fantástica fábula corta de Esopo, ‘El campesino y el árbol’, sobre un labrador un tanto egoísta e interesado. Nos ayuda a entender que la generosidad y el amor verdaderos deben ser desinteresados. Presta atención al texto, y después encontrarás sus reflexiones sobre la moraleja y los mensajes que transmite.
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ToggleLa fábula de Esopo del campesino y el árbol sobre el egoísmo
Existió una vez un campesino que dedicaba mucho esfuerzo y trabajo a cuidar su campo y su huerto. Tenía hortalizas y árboles frutales que le daban alimentos muy variados. Pero en su campo, en un rincón, también creció un árbol que no daba frutos. Era pequeño, y tampoco daba flores en primavera.
Los únicos que se acercaron al árbol fueron unos gorriones que decidieron instalar ahí su nido. También una familia de cigarras que al anochecer hacía mucho ruido. Y unas abejas que con esmero crearon entre las ramas una colmena de rica miel.
Los años pasaron y el labrador, un día, se fijó en el feo árbol de su huerta.
– ¡Qué feo es ese árbol! ¡Estropea la belleza de este rincón!- dijo enfadado.
Sin pensarlo más, fue a por un hacha y se plantó delante del árbol para talarlo. Los gorriones vieron que iba a dar un primer golpe y gritaron:
– ¡No! ¡No tale nuestro árbol! Llevamos años viviendo aquí, y es donde nacen nuestros polluelos…
– ¿Y a mí qué más me da una familia de gorriones?- respondió malhumorado el labrador- ¡Buscaros otro sitio donde construir el nido!
Y diciendo esto, dio un primer hachazo en el tronco.
Qué pasó entre el campesino y el árbol
Del ruido y la vibración, las cigarras, que dormían en un agujero de la corteza, se despertaron sobresaltadas.
– ¡Pero qué es esto? ¿Por qué quiere usted talar este árbol? ¡Es donde vivimos desde hace mucho tiempo! ¡No puede hacer eso!
– ¿También vosotras? No me importa nada que os quedéis sin esta espantosa casa. ¡A buscar otra!
Y el campesino dio otro hachazo al tronco del árbol. Pero entonces, la colmena que se escondía entre las ramas se tambaleó, y un poco de miel cayó sobre los labios del hombre.
– ¿Y esto? ¡Qué rica esta miel! ¿De dónde sale?
Alzó la mirada y vio la colmena.
– Vaya… ahora sí que merece la pena dejar este árbol intacto… Me dará miel cada año. ¡Y está deliciosa! Lo dejaré, pues, ya que ahora sí que me interesa…
Y el campesino se alejó, al tiempo que los animales, apenados, pensaban en la triste condición e inmenso egoísmo de algunos humanos…
Moraleja: «Amar y ser generoso por el propio interés no es amar y ser generoso de verdad. Es ser egoísta».
(‘El campesino y el árbol’ – Esopo)
Qué temas trabajar con la fábula de Esopo ‘El campesino y el árbol’
Utiliza esta fábula tan interesante del campesino y el árbol para tratar estos temas y valores:
- El egoísmo.
- En qué consiste el valor de la bondad y la generosidad.
- ¿Qué es la belleza?
- La empatía.
Reflexiones sobre la fábula del campesino y el árbol
No es amor el amor que nace del egoísmo, del beneficio propio, del interés… El amor da sin pedir nada a cambio. Es el mensaje que Esopo intenta resaltar en esta interesantísima fábula:
- El egoísmo del campesino: ¿Conoces este dicho español?: ‘Por el interés te quiero, Andrés’. Pues bien, podríamos utilizarlo como moraleja para esta fábula del campesino y el árbol. Resulta que nuestro protagonista solo respeta y perdona la vida del árbol tras comprobar que existe un beneficio para él si no lo tala. Sólo y únicamente en el momento en el que descubre que el árbol puede darle miel, decide dejar vivir al árbol. Es decir, que le perdona la vida por puro egoísmo, por interés. Los animales que viven en el árbol contemplan todo esto apenados. El hombre es incapaz de amar… Solo se quiere a sí mismo.
- El amor da de forma desinteresada: El labrador de esta fábula del campesino y el árbol no fue capaz de conmoverse por los gorriones que anidaban entre las ramas del árbol. Tampoco por las cigarras que vivían en la corteza del árbol. Sólo la miel del panal de las abejas fue capaz de frenar su deseo de acabar con el árbol, por el que no sentía nada de empatía. Es decir, sólo cuando el hombre se dio cuenta del beneficio que reportaba dejar sin talar el árbol, dejó de golpearlo. No lo hizo por compasión, ni por generosidad. No lo hizo por bondad ni por amor, porque se ama de forma desinteresada. Y se es generoso sin pedir nada a cambio…
Una reflexión más sobre esta fábula de Esopo
- La belleza es muy subjetiva: Está claro que la belleza depende de los ojos que la observan. Así, en esta historia del campesino y el árbol, para el labrador el árbol que no daba frutos era feo porque no era capaz de dar frutos ni flores. Era un árbol ‘inservible’ y por eso no consideraba que fuera bello. Sin embargo, los gorriones, las cigarras y las abejas que vivían en él, veían un árbol muy diferente. Tal vez no diera frutos ni flores, pero sus hojas daban sombra y sus ramas y corteza servían como hogar. Para ellos, sí era un árbol realmente bello.
«No es amor el amor que nace del egoísmo buscando un interés propio.»
— (Reflexiones sobre ‘El campesino y el árbol’)
Otras fábulas de Esopo muy interesantes para reflexionar
Si te gustó esta historia del campesino y el árbol, prueba a leer también estas otras fábulas de Esopo. Todas ellas incluyen reflexiones sobre la moraleja que transmiten:
- El cuervo orgulloso: Ay, la vanidad, que nos hace tantas veces parecer ridículos ante los ojos de otros. Sin embargo, la vanidad es capaz de cegarnos hasta el punto de transformar nuestra realidad. Y si no, mira lo que le pasa al protagonista de esta fábula.
- El lobo y la oveja: Cuando nos encontramos en una situación delicada, de riesgo, a veces la sinceridad es la mejor salida. Es lo que intenta explicarnos esta fábula.
- El pescador y el pececillo: Alguna vez habrás escuchado el refrán ‘más vale pájaro en mano que ciento volando’. La gula, la ambición… muchas veces nos hace perder lo que tenemos y quedarnos sin nada.
Y recuerda que también puedes escuchar muchas fábulas igual de interesantes que esta del campesino y el árbol aquí:
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