Cuidado con las promesas, ‘que se las lleva el viento’, parece decir esta fábula, ‘El pescador y el pececillo’, una fábula corta de Esopo que nos habla sobre todo, de prudencia.
TIEMPO DE LECTURA: 1 MINUTO
Una fábula de Esopo sobre la prudencia: ‘El pescador y el pececillo’
Intentaba pescar un pescador y llevaba ya mucho tiempo sin sacar nada del agua. Al final de la jornada, recogió la red que había echado por la mañana y vio que solo había conseguido atrapar a un pequeño pececillo.
– ¿No me vas a devolver al agua?- le dijo al pescador- Así, dentro de unos meses, cuando vuelvas a pescarme, seré un pez mucho más grande y podrás disfrutar mucho más de mi carne…
El pescador se quedó un rato pensativo y finalmente dijo:
– Pues prefiero llevarte hoy conmigo, aunque seas pequeño, y comer poco, antes que irme para casa con los brazos vacíos y no comer nada… Que a saber mañana lo que pesco.
Moraleja: «Más vale poco pero seguro que mucho pero incierto»
(‘El pescador y el pececillo’ – Esopo)
Qué temas puedes trabajar con la fábula ‘El pescador y el pececillo’
Utiliza esta fábula corta del pescador y el pececillo para reflexionar sobre:
- La prudencia frente a la codicia.
- Las mentiras piadosas.
- La astucia.
Reflexiones sobre esta fábula corta de Esopo del pescador y el pececillo
Ya lo dice el refranero español, ‘más vale pájaro en mano que ciento volando’. Y eso mismo debió pensar el protagonista de esta fábula, al que le proponían un trato que a largo plazo le hubiera beneficiado pero…
- No dejes escapar lo que es seguro: Y más si es por una promesa a largo plazo, ya que las promesas se pueden olvidar con facilidad. Esta fábula nos invita a ser prudentes y a procurar conservar lo que tenemos frente a ansiar aquello que podríamos tener. Además, hay que tener en cuenta que muchas veces las propuestas llegan envueltas en una atractiva mentira que esconde ciertos intereses.
- Cuidado con los engaños: La astucia del pez le llevó a intentar salvar su vida con una promesa que no era más que una mentira ‘piadosa’. Su intención no era otra que tentar al pescador y despertar en él el sentimiento de codicia para que le soltara al mar de nuevo. Sin embargo, la prudencia del pescador evitó que la codicia despertara, y valoró de forma razonada la propuesta del pececillo, que no consiguió librarse de su destino. El pez fue astuto, cierto, pero no fue suficiente para ‘engatusar’ al pescador y regresar al mar.
«Quien aprende a mantenerse lejos de las tentaciones, se aleja de trampas y argucias y consigue acercarse sin problemas a su meta»
(Reflexiones sobre la fábula de Esopo ‘El pescador y el pececillo’)
Otras fantásticas fábulas de Esopo para niños
¿Te gustó la fábula de Esopo del pescador y el pececillo? Este fantástico fabulista griego nos dejó numerosas fábulas como esta que acabas de leer. Todas con prácticas moralejas que nos ayudan a reflexionar sobre algunos valores esenciales. ¿Conoces todas estas?
- Sobre la falta de concentración, ‘El asno y el lobo’: La concentración es muy importante para conseguir un objetivo. Mira lo que le pasó al lobo por no centrarse bien en lo que hacía.
- Los celos nos hacen perder la cabeza, ‘La zorra y la serpiente’: Por mucho que intentes ser como aquel por el que sientes celos, no lo conseguirás. Así que casi será mejor centrarse en lo que uno es y uno tiene antes que envidar lo de los demás.
- Es mejor la sutileza que la imposición, Bóreas y el sol: Hay un refrán español que dice ‘se cazan más moscas con miel…’ y es cierto, la sutileza de un rayo de sol puede más que la fuerza del viento. Cuando leas esta fábula corta, lo entenderás mejor.
¿Te gustaría escuchar fábulas como este de Esopo narradas? Encontrarás muchas aquí, en el canal de podcast:
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