Este cuento corto, originario de Vietnam, ‘La serpiente cuadrada’, nos explica lo ‘ridículos’ que podemos llegar a ser con nuestras mentiras. El protagonista es un hombre al que le gusta mucho exagerar con cualquier historia que cuenta. Descubre qué le sucede y no olvides que más abajo tienes las reflexiones y comentarios sobre los mensajes que transmite el relato.
TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS Y MEDIO
La divertida historia de la serpiente cuadrada
Vivía un hombre en una pequeña aldea de Vietnam junto a su mujer. Era un hombre amable y bondadoso con todos, pero tenía un pequeño ‘defecto’: mentía. Mentía mucho. Lo hacía ‘sin querer’, porque era muy dado a exagerar las historias que contaba y ‘adornarlas’ de más.
Sus vecinos se lo habían comentado muchas veces, pero además de ‘mentiroso’, este hombre era muy cabezota, y no conseguían que se diera cuenta. Él, al fin y al cabo, pensaba que decía la verdad cuando inventaba historias.
Un día, el hombre fue a dar un paseo por el bosque y se encontró con una serpiente. Lo cierto es que era una serpiente bien grande. ¡Menudo descubrimiento! Fue corriendo a su casa. Nada le gustaba más que dar noticias de esa clase a su mujer.
– ¡No te vas a creer lo que me he encontrado en el bosque!- dijo eufórico al llegar a casa.
Su mujer, que ya estaba acostumbrada a sus exageraciones, puso cara de circunstancias, pero dejó que se explicara, como hacía siempre.
– ¡He encontrado la serpiente más grande del planeta! La tenías que haber visto. Era gigantesca. Media como como 40 metros de ancho y 70 de largo…
La mujer no pudo aguantar la carcajada.
– ¿40 metros de ancho y 70 de largo? ‘Ja, ja , ja! ¿No estarás exagerando un poco? Date cuenta que 70 metros es mucho…
El hombre dijo entonces:
– Bueno, sí, igual exageré un poco. Era más bien de 40 metros de ancho y 60 metros de largo.
– ¡Me sigue pareciendo mucho! ¡Piensa bien lo que dices!
– Sí, sí… tal vez sea verdad… 40 metros de ancho y 50 de largo, sí, eso era…
– ¡No existen serpientes tan grandes!
– Vale, tienes razón, tal vez exageré un poco. La verdad es esta, y de aquí no me muevo: la serpiente era de 40 metros de ancho y 40 metros de largo.
La mujer entonces le miró sorprendida y comenzó a reír sin parar.
– ¿De qué te ríes ahora? Pues no hacía ninguna gracia… ¡Era enorme!
– Ja, ja, ja… No es por eso… Es que la serpiente que describes es imposible. 40 metros de ancho y 40 metros de largo… ¡Sería una serpiente cuadrada!
El hombre se sonrojó al darse cuenta del error… Había querido llevar la razón y no se dio cuenta de que sus mentiras eran esta vez imposibles de creer. Recapacitó y entendió que no debía ser tan exagerado a la hora de contar las cosas. Desde entonces, cambió su actitud y empezó a contenerse para evitar mentir.
Qué temas podemos trabajar con ‘La serpiente cuadrada’
Utiliza este cuento popular de Vietnam para reflexionar sobre:
- Las mentiras. Tipos de mentiras.
- A dónde nos lleva la terquedad.
- La capacidad de cambio y reconocimiento de los errores.
Reflexiones sobre el cuento ‘La serpiente cuadrada’
Muchas veces no somos conscientes de nuestros errores hasta que de pronto alguien nos hace ver lo equivocados que estábamos… Una sabia lección que nos ayuda a cambiar y a mejorar.
- Las mentiras que no hacen daño: Sí, existen diferentes tipos de mentiras y en este caso, en el cuento de ‘La serpiente cuadrada’, nuestro protagonista no era consciente de su error, ni quería con ello causar ningún daño a nadie. Disfrutaba inventando historias y no imaginaba que con ello podía llegar a hacer el ridículo. Se dio cuenta en el momento en el que su mentira le llevó a pensar en algo irreal, imposible. Fue entonces cuando recapacitó y vio que tal vez era verdad lo que sus vecinos decían de él.
- Las mentiras restan credibilidad: El protagonista de ‘La serpiente cuadrada’ mentía tanto, que el resto de vecinos nunca le creían. Esto es un peligro, porque al perder toda la credibilidad, el día que el mentiroso dice la verdad, nadie le cree. Algo parecido a lo que le pasó al protagonista de la famosa fábula de ‘Pedro y el lobo’. Cuidado pues con esas mentiras aparentemente ‘inofensivas’, que nos etiquetan como ‘mentirosos’ y hacen que perdamos toda credibilidad sobre aquello que decimos.
- El deseo de enmienda: Lo bueno es que el protagonista de ‘La serpiente cuadrada’, al darse cuenta al fin de su error, decidió cambiar y dejar las mentiras. Una vez que se reconoce el error, el siguiente paso es cambiar, y aunque nunca es fácil, es necesario.
«Cuidado con esas mentiras que nacen de ‘exagerar’ una realidad, porque restan credibilidad»
— (Reflexiones sobre ‘La serpiente cuadrada’)
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