El cuento de ‘Pulgarcito’ es todo un clásico recogido por Charles Perrault, ideal para los niños con poca autoestima, ya que el importante mensaje que transmite es que no importa lo pequeño que seas si tienes coraje, inteligencia y confías en ti y en tus posibilidades. Cualquiera puede hacer sus sueños realidad con esfuerzo y fe.
TIEMPO DE LECTURA: 4 MINUTOS
Un fantástico cuento para mejorar la autoestima de los niños: Pulgarcito
Pulgarcito y sus seis hermanos vivían en una humilde casa. Él era el más pequeño de todos. De hecho, era tan pequeño, tan pequeño, que sus padres le llamaron Pulgarcito, ya que era del tamaño de un pulgar.
Los padres de Pulgarcito eran campesinos. Pero llegó una época de sequía y no consiguieron salvar nada de la huerta. Estaban muy preocupados, porque no tenían nada que dar a sus hijos para comer. Y un día decidieron dejarlos en el bosque para que otras personas pudieran encontrarlos.
Pero Pulgarcito, que lo oyó todo, se llenó el bolsillo de piedras pequeñas, y según se alejaban con sus padres, fue tirándolas por el camino. Cuando los niños se quedaron solos, tan solo tuvieron que seguir el camino de las piedras que Pulgarcito había dejado caer para regresar a su casa.
Los padres de los niños se pusieron muy contentos al verles de nuevo, pero pocos meses después volvieron a estar tan desesperados, que decidieron de nuevo dejar a sus hijos en el bosque. En esa ocasión Pulgarcito se llevó pan y fue tirando miguitas por el camino, pero cuando se disponían a seguirlas, se dieron cuenta de que ya no estaban… ¡se las habían comido los pájaros!
Después de andar y andar por el bosque, los niños encontraron una casa y decidieron probar suerte.
La casa del ogro de las Botas de las siete leguas
Pulgarcito y sus hermanos llamaron a la puerta y entonces salió una mujer, que les advirtió:
– Esta es la casa del Ogro de las botas de las siete leguas. Si os encuentra aquí cuando regrese, os comerá. Le encantan los niños como cena.
Pero Pulgarcito respondió llorando:
– ¿Y qué más da? ¡No tenemos ningún lugar donde ir, y tenemos sed y hambre!
La mujer entonces se apiadó de ellos, al verles tan cansados y hambrientos, y les dejó entrar:
– Está bien, os daré algo de comer y os dejaré un lugar para dormir, pero por favor, no hagáis ruido, porque las siete hijas del Ogro, que son tan malvadas como su padre, están durmiendo, y si se despiertan, estaréis perdidos. Mañana, con los primeros rayos de sol, tendréis que iros.
Pulgarcito y sus seis hermanos asintieron. Comieron y después se fueron a dormir donde la mujer les había indicado. Les dio a cada niño un gorro con una borla y se alejó. Todos comenzaron a dormir, menos Pulgarcito, quien se levantó para explorar con mucho cuidado la casa.
El ingenioso plan de Pulgarcito para terminar con el Ogro
Pulgarcito descubrió la habitación donde dormían las hijas del Ogro. Cada una de ellas llevaba un gorro igual al de los hermanos, solo que no tenían borla. Y en el sótano, descubrió muchísimos sacos llenos de oro y piedras preciosas. Pulgarcito volvió a su habitación. Entonces, llegó el ogro, quien empezó a olisquear la entrada y gritó:
– ¡Huele a carne fresca!
La mujer, intentando ayudar a los niños, dijo:
– Será el viento, que viene del sur y trae muchos olores…
Pero el Ogro no estaba satisfecho con aquella respuesta.
– No me mientas, mujer embustera… ¡Huelo a carne fresca! ¿A quién has dejado entrar? ¿No contestas? No importa, yo mismo los encontraré.
Y Pulgarcito, que lo estaba escuchando todo, tuvo una gran idea: le quitó a sus hermanos los gorros, fue a la habitación de las hijas del ogro, y cambió los gorros de las chicas por el suyo y el de sus hermanos, y después regresó a su cuarto.
El ogro subió las escaleras y entró en la habitación de los niños. Palpó sus cabezas y dijo:
– Estas son mis hijas…
Así que se fue a la otra habitación, en donde estaban durmiendo sus hijas, y al tocar los gorros con las borlas dijo:
– ¡Estos son los intrusos! ¡Y son siete! ¡Qué banquete me voy a dar! Y sin pensárselo más, se comió a todas sus hijas.
Después se quitó las botas de las siete leguas y se echó a dormir.
De cómo Pulgarcito y sus hermanos consiguieron escapar de allí
En cuanto Pulgarcito comenzó a escuchar los ronquidos del ogro, despertó a sus hermanos:
– ¡Rápido, debemos irnos!
Todos los hermanos se fueron corriendo, pero al día siguiente, al descubrir el ogro la verdad, salió enfurecido al bosque para encontrar a los niños. Cansado de tanto correr, se paró a descansar al lado donde estaban los niños.
Pulgarcito dijo a sus hermanos que se fueran, y él, que era tan pequeño que cabía en las botas del ogro, se metió en una de ellas y de unas grandes zancadas, llegó hasta la casa del ogro. Llamó a la puerta y al abrir la mujer, le dijo:
– ¡Corre, corre! ¡Tienes que darme todo el oro y piedras preciosas que tengas! ¡Unos bandidos han apresado al ogro y si no se las llevo, le matarán!
La mujer, asustada, le entregó todas las riquezas que tenía, y Pulgarcito se alejó gracias a la bota de siete leguas a gran velocidad. Enseguida llegó a la casa de sus padres, a quienes les pudo entregar todo el oro y las piedras preciosas. Sus padres se pusieron muy contentos al verle de nuevo y gracias a su inteligencia, consiguieron vivir tranquilos el resto de su vida.
Valores que puedes trabajar con el cuento de Pulgarcito
Con este fantástico cuento, del que existen más versiones de otros famosos escritores, puedes trabajar todos estos valores y emociones:
- La prudencia.
- El valor de la generosidad.
- La importancia de confiar en uno mismo.
- El valor del coraje.
- La caridad.
Reflexiones sobre el cuento de Pulgarcito
Ya ves que no importa lo pequeño que seas. Muchas veces lo que se necesita es maña, y no fuerza, para solucionar los problemas. De esta fantástica historia de Pulgarcito podemos sacar todas estas reflexiones:
- Confía en ti mismo y siempre lograrás tu meta: Pulgarcito no se rindió en ningún momento, a pesar de las dificultades que encontró junto a sus hermanos. Con optimismo y determinación y sobre todo, con una gran confianza en sus posibilidades, consiguió regresar a la casa de sus padres y además resolver su problema.
- Más vale maña que fuerza: La situación en la casa del ogro era bastante complicada, pero Pulgarcito consiguió salvar a todos sus hermanos gracias a dos cosas: la inteligencia o ingenio y el coraje. En ningún momento tuvo miedo, y en todas las ocasiones usó el ingenio para salvar los problemas que se le iban presentando.
- La gran generosidad de Pulgarcito: Con lo inteligente que era, Pulgarcito podía haber pensado más en él y menos en su familia, pero en ningún momento dejó de pensar en su gran objetivo: salvar a todos sus hermanos y solucionar el problema de sus padres. Sin duda que demostró tener un gran corazón.
- La caridad de la sirvienta del ogro: La mujer que vivía en la casa del ogro demostró una gran caridad y empatía al dejar entrar a los niños, sabiendo que también ella podía estar en peligro si su amo descubría que le había engañado.
Preguntas de comprensión lectora para tu hijo
Puedes usar este fantástico cuento de Charles Perrault para mejorar la atención y comprensión lectora de tu hijo. Para ello, haz algunas preguntas a tu hijo al terminar la lectura. Estas tal vez puedan servirte:
1. ¿Por qué estaban desesperados los padres de Pulgarcito y sus hermanos?
2. ¿Cómo consiguieron volver los niños la primera vez que sus padres les abandonó en el bosque?
3. ¿Quién vivía en la casa del bosque que encontraron los niños?
4. ¿Qué idea tuvo Pulgarcito para salvar a todos sus hermanos?
5. ¿Qué poderes tenían las botas de las siete leguas?
6. ¿Consiguió Pulgarcito resolver el problema de sus padres?
Otros maravillosos cuentos para niños sobre la autoestima
Utiliza también estos otros cuentos para hablar de autoestima y confianza en uno mismo con los niños:
- El niño que pudo hacerlo: No hay nada que no podamos hacer si confiamos lo suficiente en nuestras posibilidades. No dejes de leer este precioso cuento corto. Es maravilloso no solo para los niños, sino también para adolescentes y adultos.
- El flamenquito feo: Si confías en ti, no te importará lo que digan los demás y podrás ser libre y expresarte como desees, como hizo el flamenquito de este precioso cuento.
- La manzana que quería ser estrella: Érase una vez una manzana que quería ser estrella… y era muy infeliz por no poder ser estrella. Pero al final se dará cuenta de lo equivocada que estaba. ¿Quieres saber qué pasó? ¡No te pierdas este precioso cuento!
Y por supuesto, también encontrarás un gran número de cuentos infantiles narrados para escuchar aquí: