Este relato del escritor francés Guy de Maupassant (1850-1893), ‘Nochebuena’, es un original cuento de Navidad para adolescentes y adultos, un relato repleto de momentos muy cómicos y que describe una anécdota que no trae muy buenos recuerdos al protagonista de la historia.
TIEMPO DE LECTURA: 6 MINUTOS
Un cuento de Navidad divertido para adolescentes y adultos: ‘Nochebuena’
El bueno de Enrique Templier miraba a sus amigos con el rostro desencajado:
– ¿Nochebuena? ¡Yo nunca celebraré la Nochebuena! ¡Qué horror! – dijo espantado ante la propuesta de sus amigos de organizar algo.
– ¿Pero qué te pasa? – dijeron extrañados todos ellos.
– Muy bien, os lo contaré. Os explicaré qué me sucedió y al fin podréis entenderme…
Y el joven Enrique Templier comenzó a narrar su horrible experiencia:
– Era Nochebuena y en las calles se respiraba felicidad. Pero yo tenía que trabajar, así que me encerré en el cuarto e intenté concentrarme para escribir todos los encargos que aún tenía por terminar.
Sin embargo, me fue imposible… A las pocas horas sucumbí al sonido y el ambiente de la calle. Imaginé que en todas las viviendas se comenzaba a preparar la cena de Nochebuena y me entró una enorme congoja. Decidí pedir a la doncella que pusiera la mesa para dos y después se fuera a su casa.
Enrique Templier decide salir a la calle
Y al poco salí a la calle. Pensé en encontrar a alguien que quisiera compartir conmigo una cena de Nochebuena. Los amigos lo harían, por supuesto, pero buscaba algo diferente. Buscaba a alguien que esa noche estuviera solo. Así que me encaminé a la calle en donde las doncellas buscan compañía. Allí había muchas mujeres que estarían dispuestas a pasar una velada agradable.
Sin embargo, todas me parecían demasiado flacas. Busqué una mujer que me atrajera más y al fin vi a lo lejos a una mujer entrada en carnes, con la cara más redonda. Me gustó y me acerqué a ella para ofrecerle mi invitación. Evidentemente, aceptó encantada. Todo era perfecto. La mujer era hermosa y agradable. Tenía unos grandes ojos oscuros y la piel muy blanca. Sin embargo, ya durante la comida noté que su rostro se retorcía de dolor.
– ¿Estás bien? – le pregunté en más de una ocasión.
– Sí, sí, no es nada- contestaba ella.
Fue justo después de la cena cuando de pronto se fue corriendo al dormitorio y se metió bajo las sábanas. Y fue entonces cuando comencé a escuchar los gritos. Cada vez eran más espeluznantes, más intensos. Fui corriendo al cuarto:
– ¿Qué te ocurre? ¿Qué te sucede?
La mujer se retorcía del dolor… su hermoso rostro estaba totalmente deformado:
– Mi vientre.. – acertó a contestar ella.
Entonces aparté las sábanas y lo vi: ¡aquella mujer estaba dando a luz!
Una Nochebuena con un final inesperado
Grité espantado, sin saber muy bien qué hacer. Y precisamente por mis gritos, comenzaron a aparecer en mi piso vecinos y desconocidos. Gente elegantemente vestidos con traje, con disfraces, con lujosos vestidos y fino encaje.
Algunos, intrigados por si se estaba cometiendo algún asesinato.
Uno de ellos, aprovechando el caos organizado, se sentó en mi mesa para terminar el cangrejo y el pavo que había dejado a medias.
Muchos de ellos estaban borrachos. De pronto me entró miedo y temí por su vida, así que bajé escaleras abajo en busca de un viejo doctor que vivía en el edificio contiguo.
El hombre la atendió ante la expectación reinante de los no invitados y al cabo de un rato se escuchó el llanto de un recién nacido. Sonaba débil, como el maullido de un gato.
– ¡Enhorabuena, es una niña! – me dijo entonces el médico.
Y uno a uno, los no invitados, comenzaron a felicitarme.
El comienzo de una pesadilla
– Mandaré a una enfermera con medicinas- me dijo el doctor-; su esposa está muy débil.
– No, si no es mi esposa- protesté yo.
– Bueno, pues su compañera… – añadió el doctor.
Pero aquellas personas me miraban expectantes. ¿Qué iba a hacer? ¿Dejar a aquella mujer en la calle? No, tuve que dejar que se quedara en mi cama. Durante un mes entero… y después, busqué un buen hogar para la niña. Como ella no tenía dinero, le prometí que la mantendría yo. Así que tengo que pagar cincuenta pesetas al mes durante toda mi vida, o al menos, hasta que la niña cumpla 18 años. Ya que me comprometí desde el principio… no voy a abandonarla ahora.
Intuyo que cuando la niña crezca, pensará que soy su padre. Y su madre, entre tanto, me adora, me persigue, me busca a cada instante para besar mis manos. No estaría mal si siguiera siendo la misma a la que invité aquel día. Pero no, no es la misma. Adelgazó, adelgazó tanto, que ahora está terriblemente flaca. ¡Y ya no me gusta!
¿Entendéis ahora por qué no celebraré la Nochebuena nunca? No quiero recordar ni un instante más aquella pesadilla.
Reflexiones sobre este cuento de Navidad de Nochebuena
Es curioso cómo la estructura de este cuento recuerda de una forma más moderna, más de la época del escritor, el momento del nacimiento del niño Jesús: una madre a punto de dar a luz, un padre que no es el padre real del bebé pero que se encargará de él hasta que cumpla la mayoría de edad… Un gesto de caridad que le compromete para siempre. Eso sí, con una pizca de humor y algunas diferencias bastantes obvias.
Aún así, introduce de forma magistral personajes de la Nochebuena de la Virgen María y San José. También el hogar del protagonista, como en su día el pesebre de Belén, recibe la visita de muchas personas que conocerán al recién nacido. Y hay hasta Reyes Magos, que llegan en forma de médico y enfermera para regalar al niño y a la madre atención y medicinas. ¡Sorprendente!
Otras historias de Navidad para adolescentes y adultos
¿Quieres leer más cuentos ambientados en la Navidad, como este? Aquí tienes alguno más:
- Tragedia navideña: Una magistral obra de Agatha Christie con un asesinato de por medio. Y ambientado, cómo no, en el día de Navidad. ¡Maravilloso!
- La batalla de la vida: Este relato, de Dickens, nos invita a reflexionar acerca de la necesidad de creer en el futuro, a pesar de todas las calamidades que pasamos en el presente. Muy esperanzador.
- El último sueño del viejo roble: La muerte no es el final, sino el comienzo. Este es el tema principal de un cuento de Hans Christian Andersen que tiene como protagonista a un árbol.
Y recuerda que también puedes escuchar un buen número de relatos navideños mediante podcast:
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