Este increíble relato, ‘Los gnomos y la mina de oro’, cuenta una historia mágica y sorprendente relacionada con la historia de Suecia. Se trata de un cuento de hadas popular muy antiguo en donde por supuesto, no falta la princesa encantada. ¿Te lo vas a perder?
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ToggleEl increíble cuento de Los gnomos y la mina de oro
Cuentan que hace mucho tiempo, llegaron a Suecia unas hordas de bárbaros con deseos de conquistar estas tierras. Eran guerreros muy feroces, que dejaban a su paso aldeas destrozadas y saqueadas.
El rey de Suecia, al enterarse de que los bárbaros estaban cerca, temeroso de perder a su hermosa hija Edelina, ordenó excavar en la montaña una cueva para esconderla. El rey se aseguró de que la princesa tuviera víveres y antorchas para iluminar la oscuridad de la cueva durante mucho tiempo.
Nadie sabía dónde estaba escondida la hija del rey, salvo su prometido, el conde Svent, quien acudió a verla un buen día por última vez para despedirse de ella:
– Te prometo que volveré a por ti en cuanto venzamos esta batalla. El conde cerró la puerta desde fuera y se guardó la llave.
Y Edelina se quedó allí sola, rodeada de víveres y antorchas.
Sin embargo, las cosas no salieron como los suecos esperaban: los bárbaros ganaron la batalla, mataron al rey y dejaron muy malherido al conde, que fue conducido por dos siervos hasta una ciudad de Noruega, en donde tardó mucho tiempo en recuperarse de las heridas. Y Edelina, sola como estaba en su escondite, comenzó a excavar un túnel desde su cueva con sus propias manos, al darse cuenta de que le quedaban pocos víveres y antorchas y nadie acudía en su rescate.
Los gnomos y la mina de oro
Pero la princesa, desorientada como estaba, cavó el túnel en la dirección contraria a la salida, y en lugar de ver la luz del día, desembocó en un estrecho pasadizo que la condujo hasta una enorme explanada con un río subterráneo. Al cruzarlo, vio un gran agujero excavado en la pared y no dudó en seguir el camino. Entonces se encontró con un montón de pequeños gnomos que trabajaban frente a un enorme horno encendido. ¡Estaban fundiendo oro!
Los gnomos se dieron cuenta de su presencia y muchos quisieron acabar con ella:
– ¡Matemos a la intrusa! ¡Ha descubierto nuestra mina de oro!- gritaban muchos de los gnomos.
– No, yo no diré nada… soy la princesa de este lugar. Me llamo Edelina…- Intentó defenderse la princesa.
– ¡Esperad!- dijo entonces el más anciano de ellos- ¡Puede ser de gran utilidad! Recordad que ayer perdimos a nuestra rana del tiempo, y necesitamos otra para que nos avise de la llegada de lluvias. Si no estamos preparados, nuestra mina puede inundarse, y sería un desastre…
Los gnomos asintieron y el más anciano sacó una varita mágica que tenía guardada en el bolsillo y transformó con un suave toque a Edelina en rana. Entonces la guardó en un frasco con agua hasta la mitad. Tenía el frasco una escalera.
– Ahora, princesa, serás nuestra rana del tiempo. Deberás subir a lo más alto de la escalera cuando vaya a hacer sol y bajar al agua si crees que llegan tormentas…
Desde ese momento, Edelina se convirtió en una estupenda rana del tiempo. Los gnomos estaban encantados con su trabajo. Anunciaba lluvia o sol y no solía fallar.
Los gnomos y la mina de oro: la gran tormenta
Pero sucedió que Edelina, sin saber por qué, sintió la necesidad de permanecer bajo el agua durante mucho tiempo. Un día, y otro… y al tercer día, los gnomos, preocupados, pensaron que Edelina estaba deprimida por su apariencia de rana.
– La princesa está triste… Está claro. Por eso no sale nunca a la superficie…
Y los gnomos siguieron trabajando en su mina como si nada… hasta que de pronto, llegaron unas nubes muy, muy oscuras y descargaron en tan poco tiempo tanta agua, que la mina comenzó a inundarse, y los gomos tuvieron que salir de allí corriendo, siguiendo del túnel que Edelina había abierto hasta allí.
Con el frasco con la princesa convertida en rana en la mano, el gnomo más anciano iba indicando al resto por dónde tenían que ir. Al llegar a la puerta cerrada, encontraron un pequeño hueco entre las rocas, por donde pudieron salir.
Llovía y llovía y lo que no sabían los gnomos es que se acababa de librar una terrible batalla en ese lugar. El conde Svent había regresado con muchos más hombres que consiguió reclutar en Noruega, y había conseguido vencer a los bárbaros. Ahora ascendía la montaña, con una llave en la mano, desesperado por salvar a su princesa Edelina.
El desenlace de Los gnomos y la mina de oro
En ese momento se cruzó con los gnomos que bajaban la montaña:
– ¡Gnomos!- gritó el conde.
Y los gnomos, asustados, salieron corriendo a toda velocidad. Y del susto, soltaron todo lo que tenían en las manos, incluido el frasco con su rana del tiempo.
La rana, por supuesto, en seguida reconoció a Svent, y de un salto, se plantó en su hombro. El conde sostuvo a la rana entre sus manos. ¿Cómo era posible que aquel animal le mirara de esa forma, como con dulzura? Y con ella en la mano, fue en busca de su princesa.
Abrió la puerta, pero no encontró más que una cueva vacía y llena de agua. Entonces miró de nuevo a la rana, y sin saber por qué, le dio un beso. Y la rana se convirtió de nuevo en princesa.
– ¡Edelina!- gritó eufórico el conde, mientras la abrazaba.
La joven le enseñó a Svent la mina de oro, y con toda esa riqueza, pudieron reconstruir todo el reino dañado por la guerra con los bárbaros, y ofrecer al pueblo, dinero para que pudieran comenzar de nuevo.
Edelina y Svent se casaron y se convirtieron en los nuevos reyes de Suecia.
Qué temas puedes trabajar con Los gnomos y la mina de oro
Utiliza este cuento sueco lleno de aventuras, ‘Los gnomos y la mina de oro’, para reflexionar acerca de:
- La resolución de problemas.
- El instinto de supervivencia.
- Las promesas y la fidelidad.
- La justicia.
- El amor verdadero.
- Las recompensas a la paciencia.
Reflexiones sobre el cuento sueco ‘Los gnomos y la mina de oro’
Si hay algo claro en esta historia es que las promesas se cumplen. Y aunque todo parezca complicarse, al final, el tiempo pone a cada cual en su lugar. Es una de las conclusiones que sacamos de este cuento, ‘Los gnomos y la mina de oro’, pero hay más:
- La decisión del rey: En esta historia, ‘Los gnomos y la mina de oro’, el rey de Suecia tomó una decisión ante la proximidad del enemigo, y era la de poner a salvo a su hija. Tenían un problema y necesitaba una rápida solución. Escondiéndola, pensó que podría salvarla de los bárbaros. Sin embargo, no tuvo en cuenta las posibles complicaciones. Él pensaba vencer al pueblo bárbaro y rescatar después a su hija. Pero, ¿y si no sucedía tal y como esperaba? Al contemplar una solución ante un problema, siempre debemos tener en cuenta todas las posibilidades, no solo una. Sin saberlo, el rey estuvo a punto de condenar a su hija a la muerte. Menos mal que ella también supo buscar una solución…
- Adaptarse a la situación: Dicen los expertos que el mundo es de aquellos capaces de adaptarse a los cambios. Y es lo que hizo Edelina en ‘Los gnomos y la mina de oro’. Al ver que apenas le quedaban víveres, se buscó ella misma una salida, y al llegar a la mina de los gnomos, se adaptó a su nueva situación de ‘rana del tiempo’. Era consciente que saltando e intentando escaparse, solo se buscaría la ruina, así que esperó, con paciencia a que llegara el momento más propicio para buscar una nueva salida a esa situación.
«Saber adaptarse a una situación y esperar con paciencia la mejor oportunidad, son dos grandes virtudes que auguran éxito»
Reflexiones sobre el cuento ‘Los gnomos y la mina de oro’
Más reflexiones sobre el cuento Los gnomos y la mina de oro
- Las promesas, se cumplen: El conde Svent nos recuerda en ‘Los gnomos y la mina de oro’ que las promesas deben cumplirse. Prometió a la princesa sacarla de allí en cuanto ganara la batalla y es lo primero que hizo, solo que no cuando él hubiera querido. Las circunstancias le obligaron a retrasar ese momento… Afortunadamente, la princesa seguía allí, aunque no con la apariencia con la que él la conocía.
- El amor más allá de las apariencias: Si Svent solo hubiera visto en la rana a un anfibio verde de piel húmeda, nunca hubiera roto el encantamiento que mantenía embrujada a la princesa. Pero su amor le llevó a sentir algo especial por ese animal, y a intuir que tras ese aspecto se encontraba alguien diferente. Su corazón no le engañó y gracias a ese beso, pudo recuperar Edelina en ‘Los gnomos y la mina de oro’ su forma verdadera. Además, gracias a la paciencia de la princesa como ‘rana del tiempo’, pudo mostrar a Svent el camino hacia esa mina de oro, gracias a la que consiguieron después recuperar su reino.
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- Al este del sol y al oeste de la luna: Este cuento noruego narra las pericias de una joven dispuesta a recuperar el gran amor de su vida. Pero para ello, deberá superar un buen número de obstáculos.
- La bola de cristal: Este cuento de los hermanos Grimm nos cuenta una sorprendente aventura en la que un joven deberá conseguir una extraña bola de cristal para desencantar un castillo y con él, devolver la apariencia original a una bella princesa.
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Un comentario
Todo los que nos sucede siempre será para bien,porque nos ayudará a reflexionar y hacer que las cosas cambien para bien