Este cuento de Navidad anónimo, ‘Las primeras rosas de la Navidad’, cuenta la historia de los pastores que fueron a adorar al niño Jesús a Belén , los primeros que recibieron la noticia, por un ángel que se les apareció. Con este relato, podemos imaginar la alegría que sintieron y reflexionar sobre valores esenciales como los de la generosidad y la humildad.
TIEMPO DE LECTURA: 4 MINUTOS Y MEDIO
Un precioso relato navideño: Las primeras rosas de la Navidad
Hace mucho, pero que mucho tiempo, unos pastores descansaban en sus tiendas, sobre unas colinas de Judea, muy cerca de Belén. Era una noche muy fría, pues ya era invierno, y los pastores, organizados en un campamento, intentaban dormir.
En una de esas tiendas de campaña descansaban Berachah y su hija Madelon. La pequeña no podía dormir. Estaba inquieta:
-¿Qué te pasa? ¿Por qué no duermes?- preguntó su padre.
– ¿No oyes el ruido, papá? Y hay una luz extraña…
Su padre salió a mirar qué pasaba. Tres pastores hacían guardia alrededor de una hoguera. Se turnaban durante toda la noche para vigilar que no se acercara ningún lobo a sus rebaños. El cielo estaba repleto de estrellas, pero una de ellas brillaba mucho más que el resto.
De pronto, todos escucharon un sonido de tintineantes campanas. La pequeña Madelon salió de la tienda. Entonces, una intensa luz cobró la forma de un ángel. Madelon se abrazó a la pierna de su padre. Tenía miedo.
– No temas, hija… es un ángel- le susurró su padre.
Y el ángel, habló, con una voz tan dulce, que hasta la pequeña Madelon dejó de temblar.
– ¡No temáis, porque os traigo buenas noticias! Esta noche, acaba de nacer el niño Dios, el Mesías. Lo encontraréis envuelto en mantas en un humilde pesebre de Belén.
Y diciendo esto, el ángel desapareció, dejando una estela de estrellas en el cielo. Los pastores no daban crédito a lo que acababa de suceder.
Las primeras rosas de la Navidad: los regalos
– ¿Habéis oído? ¡Ha nacido el Salvador! ¡Llegó el día que tanto estábamos esperando! – dijo eufórico uno de los pastores.
Madelon se puso muy contenta.
– Papá, ¿vamos a conocerle?
– Claro, hija, deberíamos ir todos… con nuestros mejores regalos.
– ¿Y quién cuidará de las ovejas? – protestó uno de los pastores que hacían guardia.
– No les pasará nada. Ha nacido el hijo de Dios. Esta noche no puede suceder nada malo.
Los pastores fueron a contarle lo sucedido a Berajá, el jefe, para pedir permiso para dejar el campamento esa noche.
– Está claro que si fue un ángel quien se os apareció, debemos ir sin demora al encuentro del niño Dios- dijo entonces el jefe de los pastores.
Y todos, muy nerviosos, comenzaron a buscar regalos para llevar al recién nacido.
– Papá, papá… ¿Yo puedo ir? ¿Qué llevaré?- preguntaba la niña sin que su padre le hiciera caso.
Estaba muy ocupado buscando el mejor de sus corderos para llevar como ofrenda. Una vez listos, los pastores se encaminaron colina abajo hacia Belén. Con frutas, mantas, un tarro de miel… todo lo que habían conseguido reunir como presentes.
La pequeña Madelon miró alrededor. No tenía nada para el niño Dios. Busco desesperada una flor, pero había nevado, y no quedaba ninguna. Un tanto triste, fue a su tienda de campaña a por su querido mastín, Melampo, y ambos siguieron a los pastores, a cierta distancia.
La llegada a Belén y las primeras rosas de la Navidad
– ¿Cómo sabremos dónde es?- preguntó uno de los hombres a su jefe.
– Lo sabremos… – Respondió Berajá con firmeza.
Después de una larga caminata por la nieve, los pastores llegaron a Belén. Berajá miró al cielo y siguió la estrella más brillante. Entonces lo vieron: un pesebre muy humilde en donde una joven descansaba junto a un recién nacido acostado en una cuna de paja. Junto a él, un buey y una mula intentaban con su aliento calentar su pequeño cuerpecito. Los pastores se quedaron maravillados y al llegar hasta donde estaba el pequeño, se arrodillaron.
La pequeña Madelon no podía apenas ver nada. Estaba detrás del todo junto a Melampo. Se puso tan triste, que comenzó a llorar. ¿Cómo iba a ella a presentarse sin ningún regalo al niño Dios?
Pero entonces sucedió algo increíble: de nuevo una luz muy intensa se transformó en un ángel.
– ¿Por qué estás triste, pequeña?- le preguntó con suavidad.
La niña, desconsolada, respondió:
– No tengo ninguna flor para el niño Dios…
– El mejor regalo es tu corazón- dijo entonces el ángel- Pero si además quieres llevarle una flor, la tendrás.
El ángel, que llevaba en la mano un cetro, golpeó con él en el suelo, y de pronto, de la nieve comenzó a nacer un rosal, cubierto de hermosas rosas blancas. El ángel cortó unas cuantas y retiró las espinas. Llenó los brazos de la pequeña de rosas. Después, desapareció.
La niña entonces avanzó entre los pastores y llegó hasta el lugar en donde dormía el recién nacido. ¡Era tan pequeño! Tenía los ojitos cerrados y la niña le puso una rosa en la mano. Entonces, para asombro de todos, el niño Dios abrió lentamente los ojitos, miró a la pequeña, y sonrió.
Qué temas puedes trabajar con el cuento Las primeras rosas de la Navidad
Utiliza este precioso relato navideño, ‘Las primeras rosas de la Navidad’, para reflexionar acerca de:
- El valor de la generosidad.
- La humildad.
- Los regalos más valiosos.
- El valor de la gratitud.
Reflexiones sobre el cuento ‘Las primeras rosas de la Navidad’
Este precioso cuento de Las primeras rosas de la Navidad, además de recordarnos quiénes fueron los primeros en recibir la noticia del nacimiento del niño Jesús (los pastores), nos habla de valores esenciales, de ilusión y de inocencia. La de nuestra pequeña protagonista:
- Los pastores, unos privilegiados: Realmente, en este cuento de ‘Las primeras rosas de la Navidad‘, los pastores se sienten unos privilegiados, al ser los elegidos, los primeros en conocer la buena nueva del nacimiento del niño Dios. Y se sienten tan agradecidos por haber recibido de esa forma la noticia, que buscan entre sus humildes pertenencias lo mejor que pueden ofrecer al recién nacido.
- Un gesto de generosidad: Sin tener apenas nada, entregaron todo lo que tenían. Los pastores fueron muy generosos. Hasta el bueno de Berachah buscó su mejor cordero para entregar como ofrenda. Caminaron de noche, a pesar del frío, hacia Belén. Dejaron sin temor a sus rebaños en la colina. Y todo esto es más valioso que los buenos regalos que llevaban en sus zurrones. De hecho, el presente más valioso, se lo llevó sin que nadie lo supiera, la pequeña Madelon.
Una reflexión más sobre ‘Las primeras rosas de la Navidad’
- El mejor regalo, el que nace del amor: Los regalos materiales nunca pueden superar el valor de un regalo que nace directamente del corazón. Por eso, el niño Jesús abrió los ojos ante el regalo de la pequeña Madelon, una sencilla flor, una rosa blanca, símbolo de la pureza y la inocencia. Una rosa que no debía estar allí, porque era diciembre, y en diciembre no florecían las rosas. Esa rosa había nacido del amor de aquella niña, de su deseo más inocente de entregar el mejor de los regalos al niño Dios. Los deseos imposibles que se hacen realidad, la fe que florece y toma forma. Es lo que esta rosa blanca simboliza en este precioso cuento navideño.
Preguntas de comprensión lectora sobre el cuento ‘Las primeras rosas de la Navidad’
También puedes usar este relato navideño, ‘Las primeras rosas de la Navidad’, para mejorar la atención lectora de tu hijo. Para ello, haz algunas preguntas sobre el texto al terminar la lectura. Por ejemplo, estas:
- En ‘Las primeras rosas de la Navidad’, ¿qué les dijo a los pastores el ángel?
- ¿Qué decidieron hacer los pastores?
- ¿Por qué estaba triste las pastorcita en ‘Las primeras rosas de la Navidad?
- ¿Qué llevó de regalo al niño Dios la pastora?
Otros cuentos de Navidad para leer con los niños
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- El niño Manuelito: ¿Conoces el villancico con este mismo nombre? A partir de esta popular canción de Navidad, hemos creado para ti un precioso cuento con la historia de un pequeño que también deseaba llevar un buen regalo al pesebre de Belén.
- La pequeña Piccola: Este tierno cuento nos llega desde Italia, y habla de caridad, de generosidad, de amistad y de inocencia. Nuestra protagonista es muy pobre, pero muy bondadosa. ¿Sabes cuál es el mejor regalo que podía recibir por Navidad? No te pierdas este hermoso relato.
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