¿Alguna vez visitaste la hermosa Alhambra de Granada, en España? Esta historia, ‘El soldado de la Alhambra’, cuenta la leyenda española de un soldado que permanece preso en ella para siempre… ¿Quieres saber qué le ocurrió? Esta historia antigua y anónima la podrás encontrar en ‘Cuentos de la Alhambra’, de Washington Irving. ¡Presta atención!
TIEMPO DE LECTURA: 2 MINUTOS
La inquietante leyenda del soldado de la Alhambra
Cuentan que hace mucho, pero que mucho tiempo, existió un joven estudiante en Salamanca que en verano, guitarra en mano, recorría todo el país para ganarse unas monedas. De esta forma, después conseguía pagar los estudios durante el invierno.
En uno de sus viajes, justo en la víspera de San Juan, llegó a Granada. Paseando entre sus mágicas calles, se encontró con un soldado, equipado de arriba a abajo con una resplandeciente pero antigua armadura. Llevaba en la mano una lanza.
– ¿Quién eres?- preguntó extrañado el estudiante al ver que ese hombre no parecía de su época.
– Ay, amigo… Llevo una maldición a cuestas. Soy soldado y desde hace ya 500 años, debo custodiar un tesoro en la Alhambra. Me escondo allí, y solo puedo salir durante la noche de San Juan.
– ¡Qué horror! ¿Y cómo podría ayudarte? – preguntó el joven.
– ¿De veras? ¿Podrías echarme una mano? ¡Te daría la mitad del tesoro si consigues romper este maleficio! – respondió el soldado- Necesito que traigas a una joven y a un sacerdote en ayunas.
El soldado de la Alhambra explica al joven cómo romper el hechizo
El estudiante se sorprendió de aquella petición tan extraña. Aún así, decidió probar suerte. No le fue difícil encontrar una joven que quisiera ayudar, pero el único sacerdote que encontró disponible, sentía debilidad por la comida.
– ¡Te daré parte del tesoro que me den si renuncias al desayuno!- le dijo.
El hombre al fin accedió, y fueron hasta una de las torres de la Alhambra, en donde se escondía el soldado. Allí vieron el resplandeciente tesoro.
Pero el párroco no pudo aguantar el hambre y le dio un bocado a un pequeño dulce que había escondido en el bolsillo. El hechizo no pudo romperse, y el soldado, aún hoy, permanece atrapado en la torre de este majestuoso palacio granadino.
Qué temas puedes trabajar con la leyenda ‘El soldado de la Alhambra’
Utiliza esta increíble y misteriosa leyenda del soldado de la Alhambra para reflexionar sobre:
- La honestidad, la necesidad de cumplir la palabra dada.
- El sacrificio.
- A dónde nos lleva la gula.
- La incapacidad de dominar nuestros impulsos.
- El valor de la solidaridad y el de la empatía.
Reflexiones sobre la leyenda del soldado de la Alhambra
No sabemos por qué el soldado arrastraba un hechizo. Lo que sí sabemos en que en esta historia, se pone de manifiesto lo difícil que es a veces cumplir una promesa cuando ésta implica cierto sacrificio:
- Las promesas deben cumplirse: Menuda decepción debió sentir el soldado al comprobar que su hechizo no podía romperse por culpa de un impulso… de la incapacidad de una de las personas que necesitaba para librarse de su pena de sacrificarse durante un breve periodo de tiempo. El estudiante se comprometió y cumplió su palabra, pero no pudo responder por las otras dos personas que debían acompañarle e involucrarse en ese compromiso.
A veces, por culpa de otros, no conseguimos cumplir con nuestra promesa. La frustración entonces es tremenda, porque aún haciéndolo todo bien, cuando se depende de otros, el triunfo deja de estar en nuestras manos. Debes confiar y a veces, los demás pueden decepcionarnos.
«A veces no logramos lo que nos proponemos por culpa de terceros, que destruyen nuestras ilusiones y nuestro sacrificio. La derrota puede venir de muchas formas y hay que aceptarla»
— (Reflexiones sobre ‘El soldado de la Alhambra’)
Más reflexiones sobre la leyenda del soldado de la Alhambra
- La empatía del estudiante: Entre todos los personajes de esta leyenda del soldado de la Alhambra, destaca el del estudiante, que encarna valores esenciales como los de la empatía y la solidaridad. Son conocer la historia del soldado, sin juzgar por qué arrastraba ese pesar, decidió ayudarle, liberarle de esas cadenas. La bondad máxima consiste precisamente en esto, en ayudar sin pedir explicaciones ni juzgar. El estudiante ofreció su ayuda antes incluso de que el soldado le prometiera una recompensa a cambio, lo que pone de manifiesto la bondad y sinceridad de su ofrecimiento.
- Los impulsos nos juegan malas pasadas: En esta historia del soldado de la Alhambra, llama la atención la incapacidad de uno de los personajes, el sacerdote, de sacrificarse y rechazar sus impulsos primarios. Su gula podía más y no consiguió cumplir su promesa. Son impulsos primarios que en un segundo, nos atrapan. Normalmente, luego nos arrepentimos, pero ya es demasiado tarde. No hay marcha atrás.
- Las cosas no siempre salen bien: Aunque pongamos todo de nuestra parte, ya hemos visto en esta historia del soldado de la Alhambra cómo no siempre se consigue lo que nos proponemos. Por más ilusión e interés que pongamos, a veces las cosas se tuercen y no salen como quisiéramos… A menudo, como en este caso, por culpa de factores externos a nosotros.
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